El sector vasco de la previsión social pidió ayer jueves a los sindicatos que incluyan los planes complementarios de pensiones en la negociación colectiva de Euskadi para “generalizar” su uso a nivel de empresa, en las denominadas EPSV de empleo. También reclamó a la Administración pública una fiscalidad “amable” para este producto de ahorro, con deducciones tanto en el caso de las aportaciones de las empresas como en la tributación de los trabajadores cuando recuperan el dinero en forma de renta.

La Federación de EPSV de Euskadi hizo ayer jueves balance de la evolución de la actividad de las entidades asociadas el año pasado. Un ejercicio en el que se recuperaron los números previos al bache de 2022 –consecuencia del mal comportamiento de los mercados financieros– y en el que se constató que no hay grandes movimientos, pese a que la economía vasca está en niveles récord de empleo. La entrada de nuevos partícipes en el sistema de prestación voluntaria se compensa en gran medida con la salida de los trabajadores que se jubilan y el sector avanza a velocidad diésel, cuando el ajuste a la baja de las pensiones públicas requiere de una respuesta más rápida para mantener el nivel de vida tras la jubilación.

La fórmula más rápida de cambiar el paso es a través de las EPSV colectivas, que cuentan con un motor fiable en Gipuzkoa con Geroa, pero que siguen al ralentí en Araba y Bizkaia. De ahí que el sector reclame incentivos e incluir esta cuestión en la agenda del diálogo social para impulsar esta fórmula de ahorro, que necesita un “revulsivo”.

Así lo trasladó ayer jueves el presidente de la Federación de EPSV de Euskadi, Ignacio Javier Etxebarria, en una comparecencia en Bilbao, acompañado entre otros, por el exdiputado general de Bizkaia Unai Rementeria, actual presidente de Elkarkidetza, la entidad de previsión social voluntaria de funcionarios forales y municipales. El balance de 2023 es “francamente positivo”, con una rentabilidad cercana al 7%. Las entidades abonaron prestaciones por valor de 820 millones de euros (esa cifra se eleva a más de 4.000 millones de euros en los últimos cinco años). Por su parte, las cuotas o aportaciones anuales superaron los 815 millones de euros con un pequeño aumento del 1,41%.

Otro dato relevante es el de la inversión “en el país”, que alcanzó el año pasado los 1.700 millones, repartidos en deuda pública –con menor peso debido a que la Administración vasca no tiene grandes necesidades de financiación– e inversión directa en empresas de Euskadi. El Clúster Financiero promovido por el Gobierno vasco será un resorte de incremento en este campo para la Federación de EPSV, que formará parte del consejo de este instrumento.

Los números dibujan un escenario sólido, pero a futuro hacen falta estímulos de crecimiento y los cambios fiscales que están perfilando las diputaciones forales son una oportunidad. Por un lado, la patronal de EPSV reclama deducciones en el Impuesto sobre Sociedades para las empresas que realicen aportaciones para complementar las pensiones públicas de sus trabajadores. Y, del lado del IRPF, consideran necesario un mejor tratamiento en el rescate de los fondos en forma de renta –de manera periódica, no en un solo pago– para hacerlo más atractivo. En esta línea, Etxebarria planteó, por ejemplo, exenciones en la declaración de la renta proporcionales al tiempo durante el que se han realizado las aportaciones.

Con todo, el presidente de las EPSV vascas indicó que los incentivos fiscales caerán en saco roto si las prestaciones sociales voluntarias no forman parte de la cláusulas de los convenios. Así, tras recordar que LAB rechaza los complementos privados de la pensión pública, pidió a ELA, CCOO y UGT que “lo planteen en la negociación colectiva”.

Inversión de país

1.700

Las EPSV vascas tienen más de 1.700 millones de euros “invertidos en el país”, a través de deuda pública vasca y, sobre todo, de participaciones directas en empresas.

Patrimonio. El patrimonio de las Entidades de Previsión Social Voluntaria del País Vasco superó el año pasado los 28.000 millones, recuperando, prácticamente, lo perdido en el ejercicio anterior. Ese patrimonio representa más del 30% del PIB de Euskadi, porcentaje muy superior a los sistemas del Estado (8,6%), y algo superior a la media UE (29,2%), aunque el porcentaje todavía está muy alejado de los países más desarrollados en este ámbito (la media OCDE es del 59,5%).

Cuotas y prestaciones. Los partícipes de las EPSV vascas realizaron aportaciones por un valor superior a los 815 millones. Por su parte, las entidades de previsión social abonaron unos 820 millones en prestaciones.