“Transformar residuos en energía que nos mueve”. La máxima responsable de Diseño de Producto de Repsol, Dolores Cárdenas, resume en esta frase todo el trabajo de inversión, investigación, diseño y puesta en marcha de la planta demo de combustibles sintéticos de Petronor en el Puerto de Bilbao. DEIA visitó el pasado martes Repsol Technology Lab en Madrid, el corazón de la innovación de la casa matriz de la petrolera vasca, donde ya realiza pruebas para optimizar la nueva fuente de energía renovable que se pondrá en marcha en 2025 o 2026.

El objetivo es alinear la producción del grupo con los objetivos de descarbonización fijados por Europa en el horizonte 2050 y las dinámicas que desarrolla la compañía desde hace más de veinte años. Para ello, apuesta por tecnologías disruptivas como el hidrógeno verde, pero de forma complementaria a otras que ya están en el mercado como los biocombustibles –gasolina o diesel cada vez más renovables a través de residuos orgánicos, como aceites de cocina y desechos del sector primario o la industria agroalimentaria, entre otros– y los combustibles sintéticos.

Dolores Cárdenas explica las pruebas en un coche. DEIA

Respecto a estos últimos, la planta demo, el banco de pruebas final antes de dar el salto a escala industrial, estará en las instalaciones de Petronor en el Puerto y tendrá un tamaño medio, con capacidad para llenar el depósito de 200 vehículos al día. Y lo más importante, un coche matriculado hoy podrá abastecerse de ese combustible sin tener que realizar modificaciones. Ese es el reto que afronta en estos momentos la compañía vasca: diseñar un producto renovable que alimente el parque móvil actual y el de un futuro inmediato de forma menos contaminante sin que los consumidores tengan que recurrir a motorizaciones menos maduras, como la eléctrica, hoy mucho más caras.

La planta de combustibles sintéticos de Bilbao, que será una de las mayores de su tipo al ser una tecnología incipiente, se alimentará de energía renovable y captará CO2 de la atmósfera para mezclarlo con hidrógeno. Un proceso de electrólisis separará el oxígeno del hidrógeno y se obtendrán combustibles neutros en carbono pese a que generarán emisiones, porque el dióxido de carbono captado en su producción compensará el que genera. La Comisión Europea ha admitido la posibilidad de incluir estas tecnologías neutras dentro de las que impulsan la descarbonización, pero la decisión definitiva se tomará en 2026.

Mientras tanto, Petronor madura su proyecto, que está en estos momentos en la fase de ingeniería y diseño de los componentes que se ensamblarán en el Puerto de Bilbao. En el capítulo del desarrollo del producto, Repsol tiene en su laboratorio 35 plantas piloto en las que puede reproducir cualquier proceso químico de sus plantas actuales y avanzar en el desarrollo de nuevos productos.

La responsable de Plantas Piloto de Repsol, Mercedes Ayala, explica que el combustible sintético de Petronor evoluciona en estos momentos en varias de estas fábricas a escala, que producen un gramo por cada tonelada en fase industrial. En poco tiempo, el proyecto del Puerto tendrá su propio, “hierro”, su planta piloto, en el argot de la empresa.

Es una de las claves del proceso de adaptación de los actuales centros de producción de Repsol para convertirlos en “complejos multienergéticos” con diferentes productos renovables. El tránsito desde la fase de I+D hasta la industrialización del resultado ronda los cuatro años y la multinacional cuenta con 250 investigadores en su laboratorio de Madrid para avanzar en esa dirección.

Coches al día

200

A pesar de que la planta de combustibles sintéticos de Petronor es un banco de pruebas, cuando esté operativa generará 2.000 toneladas al año. Es decir, 50 barriles al día, suficiente para llenar 200 depósitos de coche cada 24 horas.

Captar CO2. El procedimiento, explicado de forma muy simple, consiste en captar CO2 e hidrógeno de la atmósfera, separar el oxígeno mediante electrólisis y obtener combustibles sintéticos neutros en carbono.