El fin del acuerdo de exportación de grano a través del mar Negro desde los puertos ucranianos deja un escenario "preocupante" y "peligroso", ya que puede provocar el "desabastecimiento" de cereal en el mercado.

Así lo ha detallado el responsable del sector herbáceos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), José Roales, quién ha apuntado que, a pesar de contar actualmente con reservas a nivel mundial, la suspensión del acuerdo puede poner en jaque al sector debido a las malas cosechas en el Estado.

Roales ha indicado que el sector arrastra ya dificultades derivadas del conflicto en Ucrania como el encarecimiento de los precios, y que ahora, a este hecho se le une el fin del acuerdo anunciado este lunes por el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, tras constatar que no se han cumplido los compromisos con la parte rusa.

Un "golpe duro"

La suspensión del acuerdo de exportación de grano a través del mar Negro anunciada por Rusia puede ser "un golpe bastante duro" para el Estado, según la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas (Accoe).

El secretario general de Accoe, José Manuel Álvarez, ha señalado este lunes que "nadie se esperaba" la suspensión del acuerdo y habrá que ver el alcance de la noticia, ya que "perder otra vez el cereal ucraniano puede ser un golpe bastante duro".

Un buque exporta grano desde un puerto ucraniano. EP

"Nos puede perjudicar mucho, el mercado no contaba con que eso pudiera pasar", ha afirmado el responsable de la asociación de mayoristas, que ha recordado que Ucrania es un importante suministrador de cereal a partir de enero, coincidiendo con la segunda mitad de la campaña en el Estado.

Fin del acuerdo

Rusia anunció hoy la suspensión del acuerdo de exportación de grano a través del mar Negro desde puertos ucranianos, tras constatar que no se han cumplido los compromisos con la parte rusa.

La nueva temporada de cereales empieza oficialmente cada 1 de julio en el Estado, deficitario en grano, que necesitará un abastecimiento récord de cereales importados, unos 25 millones de toneladas según algunas fuentes, para garantizar la materia prima de alimentos o de piensos.

Según Accoe, la producción de cereales de invierno (trigo, cebada, avena o centeno) disminuirá un 45,2% respecto al año pasado, será la peor de las tres últimas décadas, y se situará en ocho millones de toneladas; Asaja cifró en junio esa caída en un 65% y en los cinco millones de toneladas el volumen recolectado.

Cooperativas Agro-Alimentarias situó en 48,5 % el descenso de cosecha de cereales hasta los nueve millones de toneladas, si bien en estas previsiones también entraban los de primavera (maíz).