Euskadi es una de las tres comunidades autónomas que finalizó el mes de marzo con superávit, concretamente del 0,16% del PIB, lo que se traduce en 151 millones de euros. Todo ello en un contexto de récord de recaudación fiscal en el primer trimestre, pero también con gran intensidad en el gasto. De hecho, el mes de marzo del año pasado Euskadi tuvo un superávit mayor, del 0,30% del PIB (235 millones).

Según los datos hechos públicos ayer miércoles por el Ministerio de Hacienda, catorce de las 17 comunidades incurren en déficit al término del primer trimestre, todas excepto Asturias, País Vasco y la Rioja.

En cifras absolutas, Madrid presenta al final del primer trimestre de este año el mayor déficit, con 566 millones de euros, más de la cuarta parte de los 2.186 que suman todas las comunidades autónomas, seguida de Catalunya (466 millones), la Comunidad Valenciana (428) y Baleares (298 millones), que es la región que lidera el desajuste en función del PIB (0,84%).

El déficit conjunto de la Administración Central, la Seguridad Social y las comunidades autónomas, excluida la ayuda financiera, se situó en 2.538 millones de euros en el primer trimestre del año, lo que supone un descenso del 51,1% respecto al año anterior y equivale al 0,18% del PIB –frente al 0,39% del mismo periodo de 2022–.

En cuanto al déficit solo de la Administración del Estado, en este caso hasta abril, se situó en 1.660 millones de euros, lo que supone un descenso del 76,5% respecto al mismo periodo del año anterior y equivale al 0,12% del PIB, frente al 0,53% existente en abril de 2022.

Este resultado se debe a un incremento de los ingresos no financieros –recaudación fiscal y cotizaciones sociales– del 10,7%, frente al comportamiento de los gastos, que crecen a un ritmo del 3%.

“Continúa la senda de descenso del déficit del Estado iniciada en 2021 y certificada en 2022 como consecuencia de la reactivación económica y la creación de empleo”, destacó el Ministerio que encabeza María Jesús Montero en un comunicado.

Seguridad social

No llegan en cambio buenas noticias del frente de la Seguridad Social, que registró un saldo negativo de 497 millones de euros en el primer cuatrimestre del año tras ingresar en este periodo 58.559 millones de euros, un 8,7% más, frente a unos gastos por valor de 59.056 millones (+7,9% interanual).

Este saldo negativo de la Seguridad Social se ha producido a pesar de que el sistema logró hasta abril un nuevo máximo histórico de ingresos por cotizaciones, con 50.171 millones de euros, un 9,3% más que en el mismo periodo de 2022, el mayor crecimiento interanual en un primer cuatrimestre en 16 años.

Si se comparan los ingresos por cotizaciones de este año con los de 2019, último ejercicio no afectado por la pandemia, el aumento de la recaudación por cuotas alcanza el 22,8%, con 9.324 millones de euros más que entonces. Y a pesar de todo continúa aumentando el agujero de la Seguridad Social por el constante aumento en el gasto de las pensiones.