La innovación ha supuesto una transformación integral de los negocios y de sus modelos, un cambio en la búsqueda de gestionar soluciones tanto para la industria como para las personas. Todo ello ha llevado a que la innovación sea hoy el verdadero motor del crecimiento económico de las industrias y de la mejora del bienestar humano, y por tanto, una obligación a la hora de adoptar procesos o encarar proyectos. 

Lo cierto es que su crecimiento es imparable y que cabe hablar de diferentes tipos. Por innovación tecnológica se entiende el proceso mediante el cual una empresa crea un nuevo producto, servicio, proceso o modelo de negocio, o bien mejora significativamente las características de uno ya existente, utilizando como vehículo las herramientas tecnológicas. Sin duda, un soporte que ha dado lugar a grandes descubrimiento.

 Se habla de cuatro tipos de innovación tecnológica: la incremental, la disruptiva, la sostenible y la radical. En la primera de ellas, la incremental, se aplican una serie de pequeñas mejoras o actualizaciones en los productos, servicios, procesos o métodos existentes de una empresa, y como ejemplo claro se puede señalar la impresión 3D o los smartphones.

La innovación tecnológica disruptiva, por su parte, crea nuevos productos y servicios que transforman el mercado y generan una red de valor. La tecnología blockchain forma parte de este tipo. 

La innovación sostenible es la que incorpora los recursos naturales para fomentar el desarrollo económico y social. El objetivo de estas tecnologías es reducir drásticamente los riesgos ambientales y ecológicos, gracias a la utilización de energías renovables y materiales biodegradables, y, de esta manera, crear un producto sostenible. El Internet of Things (IoT), las Smarts Cities, la domótica, la energía solar o el transporte eléctrico son algunas de las innovaciones tecnológicas sostenibles que se han potenciado en los últimos años. 

Por último, la innovación radical es aquella que combina el poder de la tecnología con un nuevo modelo de negocio. De ahí que las empresas que realizan innovaciones radicales transforman la industria y el mercado con el fin de progresar y poder responder de manera totalmente nueva a algún problema existente. 

El I+D CRISPR (del inglés, Clustered Regularly Interspaced Short Palidromic Repeats) es una tecnología revolucionaria de edición genética que permitirá buscar y reemplazar fragmentos de ADN para combatir diferentes patologías como puede ser el cáncer, el VIH, las enfermedades neurodegenerativas, como el alzheimer.

Si bien la innovación tecnológica representa grandes beneficios para el desarrollo de nuevos productos, requiere a su vez de profesionales cualificados y competentes en el manejo de las nuevas tecnologías.