La empresa navarra Onhaus acumula amplia experiencia en el sector de la construcción de viviendas industrializadas que se autoabastecen energéticamente. Con motivo del Foro de Construcción Industrializada organizado por Grupo Noticias el pasado 31 de enero en Bilbao, hablamos con el CEO de Onhaus, Koldo Monreal, para abordar qué patrones tiene que cumplir una vivienda de altas prestaciones.

¿Cómo debería de ser una vivienda industrializada partiendo de los cánones de autoabastecimiento?

-Antes de hablar de la construcción industrializada deberíamos definir cómo deberían de ser las viviendas donde vamos a pasar el 66% de nuestras vidas. No se trata de que sea industrializada o no, sino de que sea saludable. Los nuevos edificios, como nos está marcando Europa, tienen que pasar a cuidarnos a nosotros y no al revés. La industrialización va a ser una de las poquísimas herramientas para hacerlo viable porque nos va a ayudar, dentro de la economía de escala, a dar un mejor resultado, de mejor calidad, en un plazo menor y sin que se disparen los costos.

A la hora de hablar de este tipo de vivienda, la gente puede pensar que el coste será muy elevado…

-No se trata de preguntarse si es caro o no, sino ¿hay otra forma de hacerlo? Es verdad, que lo que al final le preocupa a la gente es si va a costar más o menos pero hay que ir más allá. Por ejemplo, deberíamos saber que la calidad del aire que tenemos dentro de nuestros edificios está más contaminado que el aire exterior, aunque vivamos en Madrid o Bilbao. Por lo tanto, sabemos que es importante que el edificio nos cuide. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el sector de la construcción es de los pocos que no ha evolucionado en los últimos 30 años; seguimos poniendo ladrillo encima de ladrillo con mortero. Algo que es inviable actualmente porque no hay mano de obra y, además, ha habido un incremento brutal de precios. En conclusión, la industrialización es la herramienta que nos va a permitir seguir construyendo, incluso rehabilitando, de una manera mucho más eficiente y accesible desde el punto de vista económico, aunque aparentemente parezca que puede ser más caro. ¿Alguien se imagina hacer un coche pieza a pieza en un taller? Se puede hacer pero evidentemente no se puede ser competitivo.

¿Cuáles son las prestaciones que tiene que tener un edificio realizado mediante el sistema industrializado?

-El problema es que la mayoría de nosotros no tenemos ni idea de cuándo estamos delante de un edificio bien hecho o cuándo se trata de un inmueble de bajas prestaciones. La industrialización es una de las herramientas que va a ayudar a los usuarios a tener edificios de altas prestaciones. 

Ha escrito un libro, ‘El nido que eres’, en el que explica este tema. ¿Cuál era el objetivo?

-El objetivo es acercar el conocimiento de la física de la construcción al usuario final. No puede ser que vayamos a comprar un coche y sepamos muchísimo más que sobre la mayor inversión que vamos a realizar en nuestra vida, que es la del hogar, la del nido. En el libro hay un número de pautas que nos van a ayudar a saber dónde debemos fijarnos, porque no tenemos que ser arquitectos para comprar, alquilar o rehabilitar, pero sí tenemos que tener un mínimo de conocimiento. Por ejemplo, una de las cosas que debemos tener claras a la hora de comprar una casa es saber cuánto nos va a costar el mantenimiento pero de una forma real, con números. Si una persona compra una casa que consume 15 kw m2 al año y resulta que está gastando 25, el vendedor no puede decir que ese incremento es por un mal uso. Por este motivo, en el libro reivindico constantemente los números. Un edificio de altas prestaciones que dé respuesta a las exigencias europeas, a las que ya llegamos 30 años tarde, tiene que garantizar que el aire sea de calidad, y eso tiene un número. La OMS dice que tiene que estar por debajo de 1000 ppm, de manera que alguien se tiene que preocupar de sacar el CO2 y otros aires del edificio e introducir oxígeno. Y eso se consigue, o bien teniendo las ventanas abiertas las 24 horas, o bien teniendo un buen sistema de ventilación. 

Vamos, que la mayoría de las casas convencionales que tenemos tienen muchos fallos…

-No son fallos, responden a una construcción de hace 80 años y han tenido muy poca evolución. Actualmente, existen una serie de pautas que nos ayudan a vivir o trabajar dentro de un edificio de altas prestaciones y el primer elemento a tener en cuenta es el aire. Tenemos que asegurar que el aire interior es de calidad y no vale con decir que se ha puesto un doble flujo o hay ventilación mecánica en la vivienda. Hay que hacerlo con números. Cuando entro en mi edificio quiero saber qué nivel de calidad tengo.

Nafarroa es una comunidad pionera en edificios industrializados y ‘passivhaus’...

-Esto fue una bandera que cogió el gobierno en la anterior legislatura y que se ha mantenido y ha ayudado al sector a situarse como eje. La administración pública tiene la posibilidad de animar al sector privado a caminar en la dirección correcta, que es la que marca Europa. En 2013 la UE advirtió que se tenían que construir edificios de bajo consumo por obligación. Pero diez años después pasamos de ser el país con menos edificios de baja demanda energética a ser el país con mayor número de estas características. Y eso es falso. Lo que se hizo fue cambiar el CTE (Código Técnico de la Edificación) y decidir que todos los edificios que cumplían lo que se ponía en el CTE eran de baja demanda.