Las cifras son evidentes. Por cada 10 mayores de 65 años en la Comunidad Autónoma Vasca hay 8 menores de 20 años. Sin duda, se trata de datos que muestran claramente el envejecimiento progresivo de la población vasca. 

Un análisis más exhaustivo de la situación pone de manifiesto que en Euskadi residen 494.364 (22,5%) personas de 65 y más años, de las que 284.126 (57,5%) son mujeres y 210.238 (42,5%) hombres. 

Estos datos dejan ver que el desajuste se acentúa más entre las mujeres, y se explica por una esperanza de vida superior y la mayor población de mujeres que de hombres.

Por territorios históricos, Bizkaia es el más envejecido mientras que Araba, el más joven, según figura en el estudio elaborado por el Eustat, El Panorama estadístico de las personas mayores 2021. 

Según el mismo estudio y respecto a la vida económica, resalta que tras la edad de jubilación se intensifica la desigualdad de género en la renta personal media y se atenúa con la posterior agregación de las pensiones de viudedad.

La renta, en el colectivo de las personas de 65 y más años proviene, sobre todo, de las pensiones de jubilación y de otras prestaciones sociales. En mucha menor medida, de las rentas de capital, y son prácticamente nulas las rentas de actividad o trabajo.

Además, los hombres de 65 y más años tienen una renta personal media que va decreciendo progresivamente con la edad. Cuanto mayor son menor renta tienen. 

En cambio, en el caso de las mujeres, a partir de los 80 años tienen unas rentas medias que aumentan ligeramente debido al cobro de pensiones de viudedad.

La brecha de género es menor hasta los 40 años.

Un colectivo satisfecho con su tiempo de ocio

Otro aspecto a tener en cuenta en estos momentos es que las personas mayores participan de manera muy significativa en el fenómeno del turismo en Euskadi, siendo un colectivo que reconoce estar muy satisfecho con su tiempo de ocio y de cómo lo invierten.

En este apartado, es de destaca además que la población jubilada es la que mayor tiempo medio social le dedica a las actividades de ocio y a la vida social.

Tomando como referencia el tiempo invertido en ocio desde una perspectiva de género, los hombres jubilados, con 7:24h., son los que más disfrutan de la vida social. A ellos le siguen las mujeres jubiladas, que en promedio le dedican 6:02 h. (1:22 menos que ellos).