Los claroscuros que asoman en la actividad económica no hacen sombra a las expectativas de crecimiento del PIB vasco, que mostró una gran fortaleza el año pasado y acompasó su ritmo con el de la media europea. La evolución de los países es muy dispar y si se compara el empeño de la economía vasca con la de la locomotora del euro, Alemania, Euskadi sale muy bien parado, con más de un punto de ventaja y mejores expectativas. Así lo destaca el Gobierno vasco en su último informe sobre la economía, que todavía no recoge la evolución en el último trimestre del año y ya computa la corrección a la baja de la previsión de este año.El PIB creció un 3,9% interanual en términos reales en el tercer trimestre y un 6,2% en euros corrientes, con un deflactor del PIB que se eleva hasta el 2,2%, su mayor subida desde el inicio de 2008, destaca el Departamento de Economía y Hacienda. “Precisamente la evolución de los precios es una de las preocupaciones más mencionadas en el panorama económico mundial, si bien mayoritariamentese piensa que se trata de un fenómeno transitorio que refleja una incapacidad de la oferta para satisfacer una demanda extraordinariamente elevada”, detalla.

El ejecutivo establece una comparación con las economías del entorno y constata que “el crecimiento del PIB real vasco es muy similar al del conjunto de los países europeos, bien sea el de la Unión Europea (4,1%) o el de la zona del euro (3,9%)”. Añade que es, además, “más intenso que el mostrado por España (2,7%) y Alemania (2,6%), aunque podrían darse a conocer próximamente revisiones sustanciales de las cifras españolas”.

El análisis sectorial de la economía vasca, en términos reales, indica que el valor añadido bruto aumentó un 4,2% interanual y que los impuestos netos tan solo lo hicieron un 1,9%. Este último dato contrasta con el 20,4% registrado el trimestre anterior y se explica por las medidas adoptadas para ayudar a las empresas a hacer frente a la pandemia, que modificaron los periodos de liquidación de impuestos en 2020. La industria consiguió un “significativo avance del 5,5%, que deja el nivel de producción a tan solo cuatro puntos del que registró en el tercer trimestre de 2019”. Por tanto, se ha conseguido “una importante recuperación en el sector, aunque es todavía incompleta”, subraya el informe. El cálculo del valor añadido en la construcción deja la “paradoja de un modesto crecimiento interanual (1,3%) y un significativo incremento intertrimestral (1,5%)”. Por último, los servicios aumentaron un 4,0% respecto al año anterior, con una tasa del 6,1% para el bloque de comercio, hostelería y transporte, una vez que las restricciones se han ido suavizando, y un incremento del 2,6% para las actividades más ligadas al sector público. El resto de servicios anotó una subida del 3,5%.

La perspectiva de demanda deja “como punto más relevante la continuidad del impulso exterior”. Tras el incremento del 30,1% en las exportaciones del segundo trimestre, en el tercero se registró un avance del 12,5%, todavía muy significativo.

Además, las importaciones aumentaron en “menor medida (10,2%)”, por lo que el saldo exterior realizó una aportación al crecimiento del PIB de 1,2 puntos. Hay que remontarse a 2012 para encontrar aportaciones de un tamaño similar a ese. “La reactivación del comercio con el exterior podría haber sido incluso mayor, pero la fuerte demanda ha creado cuellos de botella en el suministro de bienes y una importante escasez de contenedores para el transporte”, destaca el Departamento que dirige Pedro Azpiazu.

En resumen, el PIB crecerá este año un 5,6% en términos reales y un 6,7% el año próximo. “Hay, por tanto, una revisión a la baja en 2021 y al alza en 2022, que responde, en parte, a un retraso en el proceso de recuperación, a consecuencia de las interrupciones en la producción de varias ramas de actividad, cuya alta demanda supera la capacidad de la oferta. Ese menor crecimiento previsto en 2021 se recuperará en 2022”.

6,7%

Los resultados reflejados en el

nuevo escenario de previsión apuntan a un incremento medio del 5,6% en 2021 y del 6,7% promedio en 2022. El importante ajuste del año 2021 -1,1 puntos menos de lo estimado- se debe, principalmente, a que durante el segundo semestre del año el PIB no creció con la intensidad que se esperaba en las perspectivas publicadas hace tres meses y la recuperación “se aplazará” pero “será más intensa en 2022”.