La situación derivada de la pandemia ha tenido un impacto directo en la demanda de vivienda. El confinamiento estricto provocó desde un primer momento que los ciudadanos valoren más elementos de la vivienda que antes no eran tan imprescindibles y que muchos se planteen cambiar de casa o reformar la suya. Así lo avalan estudios realizados en el conjunto del Estado por distintas promotoras inmobiliarias, de los cuales se extrae como conclusión que cerca del 50% de las familias desearía cambiar de casa en los próximos cinco años a raíz de la pandemia.

Así, en términos generales, los portales inmobiliarios observan una recuperación del sector y un aumento del interés por la compra de vivienda tras la pandemia. Si bien tal auge continúa la tendencia iniciada en 2018 y congelada durante los meses del estado de alarma, por lo que el repunte también puede responder al "arranque de operaciones embalsadas".

Motivos para el cambio

Dos son los motivos principales por los que se busca cambiar de casa. Por un lado, porque no se desea seguir viviendo en el barrio o la zona actual, y por otra parte, porque la casa se ha quedado pequeña, ya sea por el aumento de la familia, porque se prefiere tener una casa más grande o por necesitar una estancia para teletrabajar, como consecuencia de los cambios a nivel laboral provocados por la pandemia, que en muchos casos han venido para quedarse.

En este sentido, entre las principales preferencias de los compradores están que sea una zona tranquila, o que la calidad de la construcción sea elevada. Este aspecto es importante, porque haber pasado por el confinamiento estricto ha mostrado todas las incomodidades que pueden existir en una casa antigua, en la que la calidad de la construcción es menor que en una vivienda nueva. Tras madurar la idea del cambio de vivienda meses después, ello puede suponer una importante oportunidad tanto para el mercado de la rehabilitación como para el de obra nueva.

Además, son elementos innegociables a la hora de valorar la compra de un inmueble su orientación, que disponga de luz natural, un salón amplio y una terraza o un jardín. De hecho, durante la crisis sanitaria, las personas han empezado a valorar más la felicidad que les produce su hogar, donde han pasado mucho más tiempo del habitual, como una de las grandes palancas para tomar decisiones en el plano inmobiliario.

Además, a estos factores tradicionales para el comprador se suman en la actualidad como factores clave que están adquiriendo creciente valor la sostenibilidad y la eficiencia energética, atendidos por las nuevas construcciones.

Otros de los elementos que juegan un papel importante en la decisión de compra son también la posibilidad de adaptar o ‘hacer propia’ la vivienda, así como las vistas que ofrece, especialmente si se ubica en entornos turísticos o urbanos.

Nuevo reto para el sector

Con todo, el sector de la construcción y promoción de vivienda nueva tiene un nuevo reto por delante y es dar respuesta al gran auge de la demanda que se ha despertado tras el confinamiento, sobre todo en la vivienda a estrenar. Su esfuerzo queda ya patente en las nuevas edificaciones, pensadas para dar respuesta a las demandas de los potenciales compradores.

Uno de los principales retos del sector de la construcción es lograr avanzar en cuanto a nuevas tecnologías se refiere, siempre de la mano de la sostenibilidad y la preocupación por el medio ambiente. De esta manera, nace lo que se conoce como?'smartbuilding'? o edificios inteligentes. Se trata de viviendas adaptadas tecnológicamente para una mayor comodidad de sus moradores, así como para lograr un alto ahorro energético.