CON "optimismo" y con la idea clara de que "hay que adaptarse al cambio", la economía vasca afronta los próximos años. En el encuentro organizado por el Grupo Noticias y BBVA sobre la situación actual y futura de las pymes, se deslizaron las expectativas de crecimiento para el segundo semestre del año así como para 2022. "Nuestras empresas, en términos generales, han aguantado bien tanto el año pasado como el arranque de este año aunque ha habido diferencias entre sectores", explicó Eduardo Junkera, presidente de Adegi, la Asociación de Empresas de Gipuzkoa. Esa situación y las perspectivas que se vislumbran invitan a pensar que "las empresas están recuperando la confianza". En esa misma línea se manifestó Carolina Pérez de Toledo, presidenta de Cebek, la Confederación Empresarial de Bizkaia. "Los empresarios muestran mucho más optimismo gracias a la reactivación de las exportaciones con Europa y Estados Unidos, la bajada del paro, la recuperación de las personas en ERTE", explicó a la vez que auguró que "a mediados de 2022 estaremos en un momento similar a la precrisis" ocasionada por la pandemia.

Para poder llegar a esta situación, las empresas vascas han contado con el valor añadido de la digitalización, aunque en este proceso todavía se tienen que seguir dando pasos adelante. "Es un reto para las empresas pequeñas porque no tienen la infraestructura suficiente para asumir eso. Es necesario que se asuma. Estamos en un mundo globalizado, nuestras empresas compiten no solo en el mercado local sino que tienen que competir con las empresas de todo el planeta", ahondó el presidente de Adegi. Con el objetivo de lograr ese desafío, Lorena Torres, presidenta de Ampea, Asociación de Mujeres Profesionales y Empresarias de Araba, subrayó la necesidad de "trabajar, adaptarse a los nuevos cambios" siendo con la mirada puesta en las empresas, que en su gran mayoría son pequeñas y medianas, lo que favorece que "esa capacidad de cambio pueda ser mejor".

En ese proceso de adquirir nuevos recursos, están acompañados por el Grupo SPRI que tiene por lema "somos muy de pymes". Aitor Urzelai, director general de la entidad, desglosó los programas que esta institución tiene en marcha. "Es un plan con 68 programas que está dotado con un presupuesto de más de 430 millones de euros que responde a tres cuestiones. La primera está dirigida a programas de ayudas más conocidos en materia de I+D+I, transformación digital, internacionalización... La segunda son programas como Bideratu e Indartu de ayuda a empresas que están pasando por una dificultad acusada. Y la tercera es que presentamos una serie de ayudas novedosas para acompañar a las empresas para realizar inversiones que les permitan aumentar sus capacidades productivas, a diversificar...", detalló. Un papel fundamental en los apoyos económicos lo ha jugado la banca. "Hay que valorar la colaboración público-privada en la implementación de las ayudas. Los bancos han sido canalizadores de la finaciación de los créditos ICO o Elkargi", precisó Carlos Gorria, director Territorio Norte de BBVA, quien reconoció que esa perspectiva positiva también la están notando: "Estamos viendo que poco a poco, sobre todo la pequeña empresa, empieza a quitarse la incertidumbre y a hacer inversiones a largo plazo de nuevos almacenes, de renovación de máquinas...".

Fondos Next Generation

Al optimismo económico también se suman el dinero que comenzará a llegar próximamente desde Europa. "Estamos ante una oportunidad histórica pero nos confundiríamos si lo identificamos como un regalo porque viene con formato de deuda. Nuestros hijos, nietos y bisnietos tendrán que trabajar bastante para devolver esa deuda", avisó Eduardo Junkera quien se posicionó sobre cómo habría que hacer el reparto de esos millones. "Lo inteligente sería canalizar esos fondos hacia el tejido productivo para que salga reforzado, mejorando su productividad y que, en base a ello, salga riqueza suficiente para devolver esa deuda". "En Araba se están esperando con mucho entusiasmo aunque tampoco vamos a tener una partida muy amplia por los criterios que se están marcado por parte del Estado", apuntó Torres. Por su parte, el director general del Grupo SPRI explicó que "desde Euskadi se ha planteado el programa Euskadi Next para atraer 6.400 millones de euros para acompañar y ayudar a proyectos transformadores, no es un dinero que viene del cielo. Lo importante es la identificación de oportunidades en ámbitos como los energéticos o de sostenibilidad. Y a partir de ahí, tratar de buscar fórmulas de financiación para acompañar esos proyectos".

El objetivo, según Carlos Gorria, tendría que ser que a través de esas inversiones que "cada euro se pueda multiplicar". Para ello, posicionó a la banca como un intermediario imprescindible. "No solo en materia de financiación, sino en asesoramiento, en ayuda a la transformación", subrayó el director Territorio Norte de BBVA quien puso deberes a las administraciones públicas ya que tienen "que dar confianza al mercado, a los inversores, a los empresarios" para que la economía vuelva a la senda previa al covid.

A las propuestas sostenibles que señalaba Urzelai, hizo referencia la presidenta de Cebek quien reseñó que "la presión por cuidar del medio ambiente nos va a afectar a las pequeñas y medianas empresas" ya que la sociedad está empujando a ser responsables con el entorno.

Y si este ámbito es importante también lo es el papel de la mujer en la dirección de las empresas. "No podemos dejar que el 50% de la población se quede fuera", destacó Carolina Pérez de Toledo. Su compañera en Araba, Lorena Torres, hizo especial hincapié en la necesidad de concienciación de las "personas que tienen poder de mando en las empresas" para que las mujeres comiencen a ocupar más puestos directivos.