Iñigo Bejar dirige una pyme vasca, E&M Combustión, que ha dado el salto internacional a países como China e India, y ello le permite tener una visión del futuro industrial vasco y europeo. “En Europa vivimos muy acomodados y se está perdiendo la cultura del esfuerzo y el trabajo duro. Tenemos una generación de jóvenes a los que les hemos dado todo y que solo piensa en derechos y no, en obligaciones, y así es difícil prosperar. Hay una cierta falta de actitud en el trabajo. En Asia, no sólo los costes son inferiores, es que tecnológicamente están avanzando mucho. Ya nos superan en diversas áreas y, si no reaccionamos, en veinte años nos van a pasar por todos los lados y vamos a ser más pobres” ¿La solución? “Creo que a nivel económico el modelo que funciona es el modelo liberal que aplican los países anglosajones y aquí hay un intervencionismo público y una dependencia de lo público que es un auténtico disparate y que no ayuda a competir en un mercado global. Un ejemplo, tenemos muchos proyectos parados a la espera de si caen los fondos europeos. Si el proyecto es bueno y es rentable, adelante, pero aquí la mentalidad es otra y así nos va”.¿Qué es E&M Combustión?

—Es una empresa industrial vasca fundada en marzo de 2004. Somos un grupo formado por dos pequeñas firmas: una ingeniería, Soluciones Integrales de Combustión, y otra, E&M, de producción de quemadores industriales para el sector oil&gas, principalmente en Oriente Medio, India etc. Somos un ejemplo de una pyme industrial, ahora más volcada en la ingeniería, diseño y elaboración de proyectos llave en mano, y con presencia internacional.

¿Cómo les incidió la pandemia?

—Más allá de la afección a algunos como es mi caso, y del impacto general en la economía ya conocido, en E&M nos ha incidido por los retrasos en las decisiones de inversión en los clientes y por los problemas con el transporte. A nivel de organización, durante el confinamiento recurrimos al teletrabajo, salvo en el taller. Y pudimos continuar la actividad normal para hacer frente a nuestros compromisos aplicando medidas más exhaustivas de seguridad.

¿Fabricar equipos metálicos en Euskadi hoy día es complicado?

—Complicado, no. Imposible. Mantener una actividad de cortar chapa, sin mayor valor añadido, en el País Vasco, con sus costes laborales, para competir en un mercado globalizado es imposible en el siglo XXI. Se puede hacer por supervivencia pura y dura pero sin beneficios suficientes para invertir e innovar. Nosotros podemos hacer quemadores industriales pero porque es un producto muy especializado, de nicho, hecho a medida, con un componente de I+D importante, pero hacer solo, por ejemplo, calderería es imposible porque los márgenes cada vez son menores y no es rentable.

¿Qué mercados tienen más perspectivas de crecimiento?

—Claramente el futuro pasa por Asia. Dejando a un lado India y China, por su dimensión, el futuro está en el Sudeste asiático. Esta última zona, con 800 millones de habitantes, crecerá en los próximos años y podría convertirse en la fábrica del mundo desplazando a China, porque este país se va a centrar en áreas más tecnológicas. India destaca por el aumento de la capacidad productiva y por la mejora de sus instalaciones. Tiene personal cualificado, con inglés, y costes asumibles.

Su empresa, una pequeña pyme, ha conseguido contratos en China.

—Hace un par de años logramos ganar los concursos para equipar a dos centrales de calefacción municipal en Luan Chuan y Beichen (en la provincia de Henan y municipio de Tianjin). Allí, siguen el antiguo sistema soviético de centrales de calefacción municipal. Tuvimos suerte de contar con una persona que llevaba años en el país, un técnico alemán, porque en países como China contar con alguien local, de confianza, que conozca bien el mercado y sus peculiaridades es fundamental, y, por supuesto, mucha paciencia.

¿Tienen problemas para encontrar personal cualificado?

—Sí. En el País Vasco tenemos ya un problema grave. No tenemos personal cualificado industrial, de Formación Profesional, de ciertas ingenierías. Aquí, el día que se nos jubile el responsable de calderería, no sabemos de dónde vamos a poder encontrar un sustituto. La falta de personal es el gran problema de las empresas industriales vascas y contratar profesionales fuera, nosotros ya tenemos técnicos indios, será normal.

¿Cómo ve la Formación Profesional en Euskadi?

—Hay que potenciarla en la línea de la FP dual, que es una gran idea. Las últimas políticas de la formación en el País Vasco han sido positivas. Con la integración de la FP y la práctica en empresas se ha facilitado bastante la adaptación de los jóvenes a la actividad industrial y ello propicia que estén mejor formados técnicamente. Falta aún dar el salto a la motivación porque los jóvenes todavía mantienen reticencias con respecto a trabajar en la industria.

¿En qué áreas está posicionado el grupo E&M de cara al futuro?

—La apuesta estratégica de E&M Combustión continuará siendo ayudar a conseguir una reducción drástica de emisiones NOx, generando equipos cada vez más innovadores, aportando tecnologías y sistemas orientados a mejorar la eficiencia y a minimizar las emisiones.

Están trabajando en combustión del hidrógeno. ¿Qué opina del gas?

—Hay un gran desconocimiento pero está llamado, junto con los combustibles alternativos, a ser un elemento fundamental en la transición energética para descarbonizar la actividad económica y potenciar las energías renovables para combatir el cambio climático. El hidrógeno no produce CO2 pero sí NOx, y ahí es donde entran en juego los equipos y sistemas de combustión especialmente diseñados para reducir los óxidos de nitrógeno. El hidrógeno puede ser un elemento importante de transición energética, un paso intermedio desde los hidrocarburos tradicionales, como el gas natural, hacia energías totalmente renovables, como la eólica y la solar. A Europa, por razones geoestratégicas, el hidrógeno le ayudaría a no depender del gas ruso o del petróleo árabe. El problema es que hoy económicamente todavía no es rentable aunque a nivel de laboratorio, con tecnologías que no son la electrólisis convencional, sí hay alternativas en cuanto se industrialicen. Para nosotros es el futuro de la empresa y estamos trabajando mucho en la combustión de hidrógeno.

¿Hacia dónde van tecnológicamente los equipos de E&M?

—Las tecnologías de combustión evolucionan hacia una reducción constante de emisiones. Las normativas son cada vez más restrictivas, lo que nos lleva a aumentar la capacidad de fabricar equipos más sostenibles. Otra vía de evolución natural es la apertura a los combustibles alternativos porque está claro que es el futuro. El reto de la industria es continuar con el desarrollo de tecnologías de combustión cada vez menos contaminantes.

¿Se valora lo suficiente el trabajo de innovación en las empresas?

—Nosotros pensamos que es fundamental para poder competir en un mercado global con compañías pequeñas como las nuestras. El trabajo en I+D+i tiene un papel fundamental en E&M Combustión. Permite lograr objetivos de eficiencia, mediante estudios, diseños, análisis y experimentación de equipos y la mejora continua de los mismos, así como el desarrollo de nuevos equipos para combustibles emergentes.

En el País Vasco se habla mucho de defender la industria pero luego en el día a día las cosas no son tan bonitas. ¿Hay que hacer un esfuerzo para reindustrializar Euskadi?

— Sí, porque la actividad productiva permite preservar el conocimiento, ayuda a generar riqueza en cuanto que aporta valor añadido y empleos. Además, los salarios más altos y los empleos más estables están en el sector industrial. Sí creo que las instituciones han dejado un poco de lado la industria porque, por ejemplo, el sector servicios es más sencillo y permite ver resultados rápidos. En la industria, los periodos de maduración son largos. El problema es que tenemos una sociedad que está olvidando el valor del esfuerzo, que ha seguido la inercia de ir hacia lo fácil.

Una tendencia imparable es la lucha contra el cambio climático. ¿Qué pueden aportar ustedes?

—Nuestro trabajo en E&M Combustión se centra en la dirección de reducir las emisiones de NOx de forma notable con el diseño de equipos cada vez más innovadores y aportando tecnologías y sistemas para minimizar las emisiones a la atmósfera y mejorar la eficiencia.

¿Desde el ámbito de la empresa que pediría a las administraciones?

—En mi opinión, una primera medida sería reducir toda la burocracia y mantener la unidad de criterios en materia normativa y fiscal, con una mayor simplificación. A nivel laboral también ayudaría que se simplificara el marco laboral, que sigue siendo un horror. Como hoy día competimos en un mercado global mundial, por lo menos a nivel europeo, una medida positiva sería reducir la carga impositiva para mejorar la competitividad de las empresas respecto a otros competidores. Sería bueno para todos una normativa que ayudase a simplificar la gestión administrativa de las empresas, buscar un equilibrio entre seguridad, tiempo e inversión de las compañías.

¿Hay que reconocer más la figura del empresario en Euskadi?.

—Sin duda. Un empresario es desde el panadero al fontanero hasta el que lleva una gran empresa. Su trabajo ayuda a generar riqueza y empleo, con mucho esfuerzo, y la sociedad no lo reconoce lo suficiente.

“En Europa vivimos muy acomodados, los jóvenes saben de derechos pero no, de obligaciones”

“El hidrógeno es el futuro. A Europa le conviene no depender del gas ruso o del petróleo árabe”

“La formación profesional dual es una buena iniciativa vasca en la que hay que profundizar aún más”