La pugna por el control del Igualatorio continúa y avanza hacia una batalla decisiva que definirá el futuro de una compañía estratégica que puede perder anclaje en Euskadi. La junta de accionistas decidirá en junio -en fecha sin concretar- el nuevo mecanismo de cesión de las acciones. Los médicos propietarios de IMQ tendrán que decidir entre dos opciones: vender las participaciones de los que quieran dejar la compañía en manos de Adeslas -la aseguradora de la Mutua Madrileña y CaixaBank- o hacerlo a otros médicos que estén interesados en acceder al entramado societario.Los números ya están sobre la mesa. Adeslas ofrece 255.000 euros por paquete accionarial -1.000 títulos- y Ademi elevó ayer esa cifra hasta los 260.000 euros. Son números que ya se venían manejando dentro del Igualatorio y que ponen de relieve el valor de la compañía.

Silencio del consejo

El consejo de administración de IMQ se reunió ayer por la tarde sin que trascendiera su valoración sobre la propuesta de la aseguradora, que en estos momentos es socio de los médicos en la sociedad de seguros (controla el 45%) y en la clínica de Zorrotzaurre (con una participación del 20%). SegurCaixa Adeslas plantea abonar al Igualatorio una cifra variable de euros en función del interés de los accionistas y que sea la sociedad principal la que compre a los médicos su participación. El tope establecido es el 50% de la empresa, pero a pesar de esa reserva, a efectos prácticos, Adeslas se haría con el control de la compañía. No tendría una posición mayoritaria enfrente y controlaría de facto el consejo. La Asociación en Defensa del Modelo de Igualatorio (Ademi) eleva el precio por paquete accionarial en 5.000 euros y además garantiza la venta de las participaciones a médicos interesados en entrar en la compañía, manteniendo el control en manos de los profesionales sanitarios.

El futuro de IMQ se juega en esas dos opciones, en un escenario que deben definir los propietarios y en el que básicamente hay dos salidas: vender ya, hacer caja y olvidarse de la empresa o buscar un equilibrio en el traspaso de las acciones, ahora o en el futuro, para garantizar que el control continúa en manos de los médicos. La Plataforma de Accionistas del Igualatorio (PAI), que está en el origen de este debate interno al plantear la venta al mejor postor de las acciones, tampoco se ha pronunciado en relación a la propuesta de Adeslas.

Más allá de los mensajes oficiales de los dos grandes sectores y del consejo, alineado desde la última junta de accionistas con la PAI; accionistas consultados por DEIA consideran que la propuesta de la aseguradora de Caixabank y la Mutua Madrileña supone una “venta a plazos” del Igualatorio. Aunque Adeslas renuncia a superar el 50% del accionariado y garantiza el arraigo a Bizkaia, estiman que se pierde el control y que la aseguradora buscará a medio plazo tener una participación mayoritaria.

A falta de una valoración oficial por el actual consejo y de la PAI, que probablemente esperaban que Adeslas les diera protagonismo en la presentación de su propuesta, Ademi vuelve a ser el contrapeso del actual reparto de poder en el Igualatorio.

El último movimiento de la aseguradora, un socio que ha permitido un salto de calidad a la compañía pero que ahora rema en una dirección que no comparten todos los accionistas, ha aumentado los recelos en el colectivo que intenta evitar que un socio externo controle el IMQ.

junta de accionistas

De hecho, algunos accionistas empiezan a cuestionarse el papel que juega Adeslas en la compañía. Consideran que seguir contando con la aseguradora en el accionariado frena en seco la expansión del Igualatorio fuera de Euskadi, un movimiento alineado con la evolución del sector sanitario y que generaría nuevas fuentes de ingresos y más valor para el accionista.

De modo que la junta de accionistas de junio se plantea como una revalida tanto para el consejo como para Adeslas. La dirección, renovada el pasado mes de octubre eliminando del consejo a todos los médicos contrarios a la venta de la compañía, se comprometió a presentar en la junta de este año una propuesta a precio de mercado de los paquetes accionariales.

Si su planteamiento es rechazado por la mayoría del accionariado habrá perdido el partido que planteaba y tendrá que asumir las consecuencias. Lo mismo le ocurre a la aseguradora de Caixabank y Mutua Madrileña, cuya participación en el proyecto quedará en entredicho si la junta no apoya sus planes.