El director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), Juan Virgilio Márquez, analiza la situación de un sector, “con un gran futuro, en el que España tiene mucho que decir si se hacen las cosas bien y se sientan unas bases para las futuras subastas que permitan acompasarse con la capacidad industrial existente en el territorio”.¿Cómo ha sido 2020?

—Ha sido un buen año para el sector eólico con 1,7 Gw de potencia instalada. Venimos de subastas de 2016 y 2017, con 4,1 Gw adjudicados, que tenían de plazo hasta ahora para instalarse.

¿Estas cifras son positivas para el tejido industrial eólico del Estado?

—Queremos mantener un ritmo estable de instalación para que la industria proveedora pueda trabajar con normalidad. Por ello, para cumplir el PNIEC se necesitaría instalar unos 2,2 Gw al año hasta 2030. Y pensamos que todos los instrumentos y normativas deberían ir dirigidos a facilitar que se alcancen esas cifras de forma viable. Es importante mantener un ritmo estable para que las fábricas pueden trabajar con una cierta normalidad.

¿La capacidad industrial eólica española va a crecer?

—Sí. La capacidad del sector en España es de unos 4 Gw anuales, buena parte con destino a la exportación. En el último año las exportaciones sumaron 2.100 millones. Eso sí, para entender la problemática industrial hay que ver que las máquinas cada día son más grandes, por ejemplo en onshore se está pasando de turbinas de 2 Mw a 5,5 Mw. El coste de producción de una y otra son muy parecidos pero al ser más grandes la capacidad de producción de las plantas, medidas en Mw, cada día va a ser mayor.

¿Qué se puede hacer para evitar cierres de plantas en el Estado?

—El reto para mantener las fábricas es que el mercado español tenga una demanda estable como la citada lo que ayudaría a ser también competitivos para seguir exportando fuera. Y para ello es preciso que se diseñen subastas adecuadas para las nuevas instalaciones eólicas.

¿ Cómo valoran la última subasta de renovables y por qué creen que hay que mejorar el sistema?

—La ultima subasta es mejor que las anteriores en especial porque el mecanismo de retribución es más homologable a nivel internacional. Pero hay aspectos mejorables. Por ejemplo, el tener un cupo neutral aunque garantiza un cupo mínimo a cada una de las tecnologías, eólica, solar etc, es un problema ya que tienen que competir tecnologías. Y no son los mismos requisitos, precios y rendimientos de la eólica que los de la fotovoltaica. No podemos valorar sólo por el precio 1 Mw eólico que uno fotovoltaico. Así, sólo por precio, el cupo neutral se ha ido todo para la fotovoltaica y ya lo advertimos porque no son comparables.

¿La eólica es más competitiva que la fotovoltaica?

—Sí. La fotovoltaica genera 1.800 a 2.200 horas cuando la eólica puede estar en 3.500. Si se compara de forma homogénea y mirando los precio de la electricidad en el pool se ve que ahorra más la eólica, que produce el 22% de la electricidad en España, que la fotovoltaica. Esta es más limitada y la eólica, en cambio, sigue creciendo y esto no se valora bien en las subastas. Pedimos que no existan cupos porque distorsionan el mercado y no adjudicas capacidad a la tecnología que más ahorro en emisiones genera y más energía produce. Y sobre todo no estas adjudicando a la tecnología que más cadena de valor y más producción industrial genera en el territorio.

Euskadi, en particular, y España, en general tiene elementos para ser un referente eólico mundial?

—Sin duda. El sector invierte un 4% en I+D. España es el sexto país del mundo y el tercero de Europa, tras Dinamarca y Alemania, en patentes eólicas y en tecnología offshore flotante es el número 1 del mundo. Es más, la península ibérica junto con Francia pueden formar un hub que se configure como el primer lugar de desarrollo de la energía flotante en el mundo. España puede ser un líder en el sector porque tenemos un escenario perfecto para el desarrollo de la tecnología, y contamos con una industria competitiva en toda la cadena de valor, ademas, hay territorios como Canarias, idóneos para crear un mercado.

“La eólica precisa de un nuevo modelo de subastas que permita acompasar con la capacidad industrial ”