Tras un año "particularmente malo" para el sector, las empresas del metal de Bizkaia esperan consolidar en este 2021 la tendencia positiva iniciada tras el verano y recuperar mes a mes el terreno perdido durante la pandemia. Sin embargo, el impacto del virus en la industria ha sido tan grande que se tardará más de un año en alcanzar los niveles de actividad previos a la crisis. Habrá que esperar por tanto hasta 2022 para sentar las bases de un nuevo ciclo de crecimiento y se perderán otros 500 puestos de trabajo de aquí a diciembre.

La Federación Vizcaina de Empresas del Metal (FVEM) presentó el martes en Bilbao los resultados de su última encuesta de coyuntura y previsiones entre sus asociados. En el acto, la presidenta de la patronal siderúrgica, Tamara Yagüe, afirmó que este año también será "duro" para las empresas, pero destacó que habrá una mejoría gradual de los niveles de actividad. Se prolongará de este modo la recuperación de los últimos cuatro meses del año y el ritmo dependerá sobre todo de dos cuestiones que están en mayor o menor medida fuera de alcance de las empresas: la evolución de la crisis sanitaria -ligada al calendario de vacunación- y el impacto final en Bizkaia de los fondos europeos en la economía.

Yagüe compareció junto a la vicepresidenta de la FVEM, Begoña San Miguel, y su director general, Adolfo Rey. La cita ante los medios fue telemática, condicionada por el coronavirus del mismo modo que lo ha estado el sector los últimos meses y lo seguirá estando al menos en el primer semestre de este curso.

La encuesta, elaborada en la segunda quincena de diciembre con la participación de más de una cuarta parte de los asociados de la federación, refleja la incertidumbre que continúa envolviendo la actividad de las fábricas, pero también las expectativas que genera el proceso de vacunación.

Si en septiembre la mayoría de las empresas (51%) estimaba que su situación era de "recesión o fuerte recesión", esa percepción baja ahora hasta el 37%, el mismo porcentaje de las que opinan que están en una fase de "estancamiento".

De forma paralela, avanza hasta el 25,7% el peso de las compañías que estiman que están en fase de "reactivación" o "fuerte reactivación". Un grupo que en septiembre suponía un 18% del total. Esta evolución es más intensa en las sensaciones de cara a los próximos seis meses. Las respuestas más negativas bajan hasta el 26%, las que prevén que continúe el estancamiento rozan el 40% y las que auguran una mejoría de la actividad avanzan hasta el 34%.

Tras cerrar un segundo semestre "mejor de lo previsto", las empresas abandonan poco a poco la zona roja para acercarse a la de crecimiento, pero para la mayoría (49%) la recuperación real se percibe todavía lejos, en un horizonte de al menos un año. Solo un 20,6% estima que su situación se ha situado ya en niveles habituales.

Respecto al balance de 2020, el metal vizcaino ha visto reducida su facturación en un 18% respecto al año anterior, si bien el impacto ha sido más fuerte en las empresas pequeñas. De modo que el 41% de las compañías del sector cerró el pasado ejercicio con pérdidas, frente al 15% de 2019. La previsión para este nuevo año es que el dato se reduzca a 16%, recuperando la proporción de ejercicios anteriores.

En cuanto al empleo, la siderurgia vizcaina perdió entre enero y septiembre del año pasado casi 1.800 afiliados. La FVEM prevé que ese dato sea algo mayor al cierre, pero no de manera "importante". Con todo, otros 500 trabajadores del metal perderán su empleo este año.

"El año no será fácil, pero el nivel de actividad será mejor y se mantendrá la tendencia al alza"

Presidenta de la FVEM