Se acaba el tiempo para La Naval, que está a punto de escribir la última página de un libro de 104 años de historia. El próximo miércoles, día 30, se cumple el plazo concedido por la jueza para la presentación de ofertas de compra de las instalaciones del astillero. Salvo sorpresa de última hora, ninguna empresa entrará en la puja y la magistrada abrirá la puerta a la siguiente fase de la liquidación: la venta por partes de la histórica compañía sestaoarra.La consejera vasca de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, confirmó el pasado viernes en una entrevista concedida a DEIA, que se publicará mañana en estas páginas, que los grupos industriales con los que ha tenido contactos el Gobierno vasco no han dado el paso finalmente y que el futuro de La Naval empieza a despejarse pero con el “peor de los escenarios posibles”.

Los esfuerzos de los últimos años no ha fructificado y todo apunta a que se trocearán los activos de la compañía y se venderán para subsanar las deudas con los acreedores. A expensas de los usos que tenga en el futuro la zona de la ribera de la ría en la hoy todavía quedan los restos del último barco que no se pudo terminar de construir, todo apunta a que el concurso de acreedores del astillero no llegará a la orilla.

La consejera Tapia reconoció que esa labor de búsqueda de un posible comprador de todas las instalaciones de La Naval ha fracasado, a pesar de que el Departamento “trabajó mucho” para encauzar el “interés” que generaba el histórico y último gran astillero vasco.

En su opinión, “el recurso interpuesto por los trabajadores al procedimiento de la liquidación y al expediente de regulación de empleo” que suponía el despido de toda la plantilla “ha dificultado mucho la presentación de ofertas”.

No se espera que la jueza prorrogue más el plazo para la presentación de ofertas por toda la compañía, ya lo hizo con motivo de la pandemia, y todas las miradas están puestas en el próximo miércoles.

El proceso llegará a su fin si no hay una oferta en firme y el Gobierno vasco, que ha seguido muy de cerca todas las fases del concurso, estima que nadie moverá ficha. “No tenemos constancia de que se vayan a presentar aquellos con los que hemos trabajado, los que querían dar continuidad al astillero como tal, con una actividad industrial naval”, afirmó Arantxa Tapia.

La consejería de Desarrollo Económico tampoco tiene “conocimiento de que haya algún otro tipo de interés, al menos no hay acercamiento al Gobierno”. Las posibilidades de que acuda al rescate un caballo blanco inversor son más que remotas. “En la mejor de las situaciones nos podemos encontrar con que aparezca un inversor que no conozcamos y que a nosotros nos gustaría que fuera industrial. Puede ocurrir que haya algún otro tipo de interés que no sea industrial, lo cual no sería tan importante desde nuestro punto de vista. Y en el peor de los casos puede ocurrir que el día 30 la jueza inste a la liquidación por partes”, subrayó Tapia.