- La crisis del coronavirus ha dejado sin trabajo a cerca del 12% de los europeos que estaban contratados en el Reino Unido, un impacto que puede llevar a la salida de miles de comunitarios del país y consolidar tendencias migratorias que puso en marcha el Brexit. Las medidas de confinamiento contra la pandemia han afectado especialmente a la hostelería, un sector en el que hasta una cuarta parte de los empleados provienen de la Unión Europea (UE) y que vio como su actividad se desplomaba un 86,7 % entre abril y junio.

En ese trimestre, 284.000 de los 2,34 millones de europeos que trabajaban en el Reino Unido han perdido su empleo, según la Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS), y muchos de ellos pueden haber decidido regresar a sus países de origen. “Los datos sugieren que la mayoría de ellos han abandonado el Reino Unido. No ha habido un incremento en las cifras de desempleo (búsqueda activa) ni de inactividad en ese grupo, así que, en su mayor parte, ya no están aquí”, afirma el economista del King’s College London Jonathan Portes.

Uno de los más afectados

El Reino Unido es una de las economías continentales más afectadas por la pandemia -cayó el 20,4 % en tres meses-, y Portes, experto en inmigración y movilidad laboral, cree que solo “algunos” de los europeos golpeados por la crisis decidirán quedarse en el país como desempleados. La situación es especialmente complicada para aquellos europeos que llevan menos de cinco años en el país y no tienen estatus legal de “asentados”, porque han sufrido dificultades para optar a subsidios y ayudas, según asegura Maike Bohn, cofundadora del grupo The3Million, que defiende los derechos de los comunitarios en el Reino Unido.

El Brexit ha frenado el flujo de europeos que deciden asentarse en el Reino Unido y ha incrementado, aunque de forma más moderada, el número de comunitarios que abandonan el país. La crisis del coronavirus puede impulsar aún más ambas tendencias.

Bohn recalca por su parte en que la pandemia ha “golpeado con dureza” a los europeos que trabajan en sectores como el hotelero y la restauración. “No debería sorprender si menos ciudadanos de la Unión Europea deciden venir y muchos más se van”, sostiene Bohn, que piensa que la recesión económica agrava un escenario que ya se había vuelto problemático para los extranjeros comunitarios. “El Reino Unido se enfrenta al mismo tiempo a una recesión y al aumento de una retórica polarizadora, antiinmigración, que hace que posiblemente muchos ciudadanos europeos se vayan a otro sitio”, sostiene.