El desencuentro entre las tres patronales territoriales vascas del sector y el Departamento del Comercio es palpable y los empresarios temen que suponga un freno de cara a la recuperación.

Son muy críticos con el Departamento vasco de Comercio.

Solicitamos una reunión a la consejera para tratar una serie de puntos y nos ha respondido pidiendo que le hagamos llegar nuestras peticiones. De momento no habrá reunión.

¿Cuándo empezó el desencuentro?

—Cuando se marchó Alfredo Retortillo [abandonó el Gobierno vasco en febrero de 2019 para ser candidato del PSE a la Alcaldía de Barakaldo] se produjo un cambio radical. Poco antes de marcharse, una semana o diez días antes, firmamos un acuerdo en torno a los Presupuestos con partidas perfectamente estipuladas. Al mes de marcharse Retortillo nos llamaron para decirnos que no se podía hacer nada, que el acuerdo no valía para nada. Echaron abajo todo lo que habíamos pactado. Y con lo que ha pasado ahora nos han quitado prácticamente todo el presupuesto.

El virus ha cambiado prioridades.

—A ver, lo entendemos. Cuando la consejera [Sonia Pérez (PSE)] nos dijo que había otras prioridades, fuimos receptivos, pero desde entonces no hemos sabido más. Según la consejera ha anunciado, van a reforzar proyectos como la escuela de retail, formación online y digitalización a través de las cámaras de comercio. No lo sabemos de primera mano.

Cuestiones que el sector no considera necesarias ahora.

—Hay otras prioridades y me refiero a la financiación. La Diputación de Bizkaia sacó el miércoles un programa de financiación para comercios de menos de cinco trabajadores, que es lo que necesitamos: una financiación larga en el tiempo con un año de cadencia y sin intereses. Tenemos que salvar al comercio, ya que un 40% está en peligro de desaparición. Hay muchos miles de puestos de trabajo en riesgo de desaparecer. Vamos a tener que adaptar las instalaciones para la reapertura, llevamos casi dos meses sin actividad, tenemos muchas dificultades económicas..., para eso necesitamos el dinero. Ahora no necesitamos que nos vendan una escuela de retail. ¿La digitalización? Sí, todos sabemos que es muy importante y estamos trabajándola. Pero Nuestra razón de ser es la venta física y la única salvación va a ser esa. Nosotros tenemos que vender en nuestro entorno sea vía online o sea venta física. Y nos preocupa que no se nos tenga en cuenta. Somos comerciantes, estamos en el día a día, sabemos lo que necesitamos y más en esta circunstancia.

Buscan un salvavidas.

—Exactamente. Ahora lo que hace falta es salvar comercios y necesitamos toda la ayuda posible. Necesitamos una campaña de sensibilización importante, que el consumidor compre en el comercio de proximidad, y los impuestos se quedan, van a las instituciones para que puedan mover la maquinaria. ¿Formación online?, si toda la formación online se está haciendo a través de Hobetuz y Lanbide y las empresas homologadas. No hay nada nuevo. Es duplicar gasto para nada. Hay oferta más que de sobra en la formación.

Ha comentado que no conocen de primera mano los planes del Departamento de Comercio.

—Cuando a nosotros se nos ha citado a reuniones se nos habla de hechos consumados. Por eso hace unos días decimos no participar en una videoconferencia. No sabemos si van a seguir con los proyectos en marcha o si van a dedicar los recursos a otras necesidades. No se cuenta con nosotros, sacan campañas y nos enteramos cuando las vemos en la prensa.

¿No se cubren las necesidades de financiación con planes como el de Bizkaia o con las líneas de Elkargi?

—La línea de Elkargi, que está llegando, va dirigida a otro tipología de negocios, empresas más grandes. Nosotros necesitamos microcréditos, de 5.000 a 20.000 euros y tiene que ser un crédito ágil, fácil de conseguir. La línea que ha hecho la Diputación de Bizkaia es la nuestra. Y ahí tendrían que poner los recursos todas las administraciones y el Departamento de Comercio el primero, que tendía que apoyar en esa dirección.

¿Estiman que la línea de la Diputación se va a quedar corta?

—Con la que está cayendo todo se va a quedar corto. No va a haber dinero capaz de dar las ayudas que precisamos. Pero hay que poner en valor el esfuerzo. Bizkaia ha puesto casi 100 millones de euros, prácticamente todo para el pequeño comercio. Ojalá puedan darnos más. Si la Diputación pone un poco y el Departamento de Comercio otro poco, al final será mucho.

Hoy empieza la desescalada del comercio, ¿qué opina el sector?

—Primero que es una desescalada que deja muchas incógnitas. El protocolo no está nada claro. Se va a seguir una guía de buenas intenciones y queríamos un protocolo mucho más claro de qué es lo que tiene que hacer cada sector. No hay un protocolo oficial para cada sector del comercio y estamos muy diversificados. No tienen nada que ver las ferreterías con las zapaterías, con el textil, con la alimentación o la informática. Necesitaríamos ya un protocolo muy claro para poder adaptarnos. Si hay que tener mascarillas, si hay que tener guantes, si hay que tener alfombrillas, si hay que tener mamparas, si hay que tener lo que sea, pero muy claro. No nos olvidemos que con el estado de alarma el presidente Pedro Sánchez, como él mismo dijo, es el que manda. Pues el Gobierno central tiene que asumir las responsabilidades.

En cualquier caso es una reapertura muy limitada.

—Estamos deseando abrir pero somos conscientes de que el día después va a ser muy duro. Esto ha sido duro, pero nos esperan unos meses muy duros. Porque el consumo va a estar como está. Porque el consumidor va a tener miedo a gastar por la incertidumbre. Va a consumir lo mínimo. Hace falta una campaña de consumo por parte del Departamento.

¿Es viable abrir el comercio con cita previa?

—Eso es muy difícil. Cuando un consumidor se compra un pantalón, mira en dos o tres tiendas. Cuál le gusta, el precio... ¿Cómo se hace eso con cita previa? No lo sé. Falta un protocolo de actuación consensuado para cada subsector comercial.

Dice que vienen meses duros, ¿cuándo se recuperará el sector?

—Es muy difícil saberlo. Nosotros somos una segunda locomotora, la que tira del carro es la industria. Si la industria se recupera rápido para nosotros será ventajoso, pero nos cuesta más arrancar que a otros sectores porque la confianza del consumidor es fundamental. Necesitamos que el consumidor tenga tranquilidad en el mantenimiento de su puesto de trabajo, en el ingreso de sus recursos, en tener capacidad de gasto. Tenemos muchas dudas de que nos podamos recuperar de este golpe en el año 2021. En la crisis de 2008, que fue mucho más suave, nos costó siete años salir del atolladero. Vamos a pasar algunos años muy complicados.

Es increíble como un virus ha trastocado la economía y la sociedad.

—Esto lo va a cambiar absolutamente todo. ¿Cuándo vamos a poder estar en un restaurante como estábamos en febrero? Hasta que no haya una vacuna, imposible. Eso incidirá en la industria. Pero si dicen que vamos a tardar un año en tener la vacuna, vamos a pasar un año muy difícil.

"Cuando el Departamento vasco de Comercio nos cita, nos habla de hechos consumados. No cuenta con nosotros y nos preocupa"

"En la crisis de 2008, que fue mucho más suave, nos costó siete años recuperarnos. Vamos a pasar algunos años muy complicados"