Los efectos del coronavirus ya se han trasladado a la recaudación de las tres haciendas forales y las administraciones vascas están preparándose para una notable caída de sus ingresos en abril y mayo. Los datos de recaudación de Bizkaia hechos públicos el miércoles reflejan una bajada de más del 14% en el primer trimestre. Más allá del valor del porcentaje, la evolución impuesto a impuesto en el territorio vizcaino marcan una tendencia que seguirán las otras dos diputaciones, y todas, junto al Gobierno vasco, son conscientes de que lo peor está todavía por llegar.

Por este motivo han arrancado esta semana reuniones a nivel técnico entre diputaciones y Ejecutivo vasco. En ellas, participan los funcionarios que trabajan día a día en la sala de máquinas del sistema tributario vasco. El primer encuentro, una toma de contacto, se celebró el pasado martes y a partir de ahora la comunicación será constante y los ayuntamientos, a través de Eudel, estarán al tanto de los análisis de situación y de las decisiones que se pudieran tomar.

El objetivo es buscar fórmulas para minimizar el recorte de ingresos que sufrirán, en mayor o menor medida, las administraciones vascas. La coordinación es clave en ese frente. Al igual que los mecanismos que permiten la solidaridad entre las haciendas forales cuando una de ellas no alcanza su objetivo de recaudación y ve mermada su capacidad para cubrir el porcentaje asignado en el reparto de los fondos que recibe el Gobierno vasco.

Fuentes tributarias explican que todo hace pensar que la recaudación recibirá el golpe más fuerte este mes y el próximo. Esa lectura es de una lógica aplastante. El confinamiento y el cierre de toda actividad comercial no alimentaria y de la hostelería se produjo a mediados de marzo, lo que implica que una parte de ese mes se desarrollo con normalidad en términos fiscales.

En cambio, no hay ninguna duda de que abril será otro mes perdido para el comercio y por tanto para el IVA. Con el agravante de que desde finales de marzo tampoco hay actividad en gran parte de la industria. El sector manufacturero no esencial empieza a despertar en teoría el próximo martes, pero lo hará gradualmente y al ralentí. Grandes fábricas como Mercedes consideran que en su caso es más realista pensar en reabrir el día 20, aunque si ve las condiciones procederá a hacerlo a lo largo de la próxima semana. Lo hará en cualquiera de las dos fechas con un solo turno de producción, o lo que es lo mismo, a un tercio de su capacidad habitual.

El caso de la fábrica gasteiztarra refleja la lentitud con la que despertará la industria en su conjunto, un ritmo que llevará de la mano la capacidad del sector de generar ingresos en la Administración.

el efecto en el irpf

Del mismo modo, el incremento del paro y las regulaciones de empleo temporal que se han puesto en marcha las últimas semanas están recortando y lo seguirán haciendo a corto plazo la recaudación por retenciones en las nóminas. Ese letargo fiscal se trasladará a mayo. No hay expectativas de un arranque del sector comercial, más bien lo contrario porque Pedro Sánchez confirmó ayer que el confinamiento irá más allá del 26 de abril -al parecer como mínimo hasta el 10 de mayo-, y la actividad industrial seguirá con perfil bajo.

De ahí que abril y mayo estén señalados en rojo en el calendario tributario por el Gobierno vasco y las diputaciones, que están preparando el terreno para atender las necesidades actuales de los ciudadanos, con sanidad y ayudas de emergencia social a la cabeza, sin que ello genere un agujero de tesorería en la Administración.

El Departamento de Hacienda y Finanzas estima que el periodo de reactivación se prolongará entre 45 y 60 días, lo que implica que la economía no alcanzará una mínima normalización hasta bien entrado junio o incluso hasta principios de julio. Eso si no se aplaza de nuevo la finalización del estado de alarma.

De momento, no hay motivos para pensar que la situación no vaya a mejorar gradualmente a partir de junio una vez superada la crisis sanitaria. En ese caso empezarían a recuperarse algunos de los empleos que se están destruyendo en estos momentos y mejorarían los ingresos por IRPF. La apertura de los comercios levantaría el IVA y poco a poco la recaudación recobraría el pulso, quedándose eso sí muy lejos de la previsión con la que se elaboraron los Presupuestos de todas las administraciones vascas. Y ahí es donde, partiendo de una tesorería saneada que facilita el endeudamiento, el entramado institucional vasco trabaja para evitar que la factura del coronavirus sea demasiado cara tanto para ciudadanos como para administraciones.

-14,3%

La Hacienda vizcaina ha sido la primera en publicar sus datos de recaudación en el primer trimestre. Sus ingresos han caído un 14,3% entre enero y marzo, cuando hasta febrero subían un 5,5%. Su evolución tendrá reflejo en las otras dos diputaciones. La bajada del IVA (-15%) es la más llamativa por al parón comercial, los ingresos por las nóminas de trabajadores han retrocedido 8,5% en Bizkaia.