El grupo vasco de telecomunicaciones Euskaltel intensifica sus esfuerzos técnicos para hacer frente al crecimiento del 80% en los servicios de banda ancha fija y la duplicación diaria de las llamadas de voz por teléfono móvil debido a los efectos de la pandemia de coronavirus, mientras mantiene los trabajos para lanzar sus ofertas comerciales en el Estado español bajo la marca Virgin. En este sentido, fuentes del operador dirigido por el consejero delegado José Miguel García, reiteran que, a día de hoy, mantienen sus plazos de lanzamiento de la marca Virgin previstos para una fecha indeterminada del segundo trimestre del presente año, en el periodo abril-junio.

A la vista de la coyuntura actual y dando por hecho que se superase la crisis sanitaria el mes de junio sería el periodo más factible. En todo caso, la decisión del Gobierno español de prohibir la portabilidad entre operadores telefónicos vigente actualmente confirmaría la excepcionalidad del momento como para tener en primer plano la operación Virgin.

En los mercados bursátiles, las acciones del operador vasco controlado por la británica Zegona también han sufrido, lógicamente, la adversa coyuntura y ayer cerraron en 6,2 euros, con un ligero recorte del 0,8%. Ello deja a la compañía valorada en Bolsa en unos 1.100 millones de euros, un 30% por debajo de los 1.600 millones de euros con que terminó 2019.

En todo caso, y sin descuidar el plan estratégico de crecimiento en España del operador que trabaja bajo las marcas Euskaltel, R y Telecable en los territorios del País Vasco, Galicia y Asturias, estos días los esfuerzos de la compañía se han centrado en conseguir dar el mejor servicio posible a sus usuarios y a la sociedad en medio de una situación desconocida en tiempos modernos y que ha disparado la utilización de las telecomunicaciones como nunca antes en la historia.

En este sentido, fuentes de la empresa presidida por Xabier Iturbe, destacan que el grupo, con un equipo de más de 800 profesionales, sigue trabajando para que las comunicaciones entre las personas mantengan un nivel máximo de calidad en un contexto de fuerte incremento de utilización de los servicios de telecomunicaciones por el auge formidable del teletrabajo y, sobre todo, de la demanda de ocio, -televisión, series etc- en los domicilios.

Los equipos del grupo Euskaltel dedicados a sistemas y red están redimensionando la red para soportar tráficos muy superiores a lo habitual en esta situación de alarma sanitaria generalizada y de confinamiento en el hogar.

En el aspecto tecnológico, dado el crecimiento experimentado y el que se pueda producir todavía en los próximos días por efecto del mayor uso de las telecomunicaciones debido a la prolongación del estado de alarma en el Estado, la compañía está diariamente trabajando para ampliar la capacidad existente.

Los técnicos de Euskaltel han constatado en esta situación excepcional a raíz de la declaración del estado de alarma que se han visto patrones nuevos de consumo de telefonía. Curiosamente lo que está generando más problemas no es el incremento de las llamadas de voz y ni siquiera el teletrabajo. Se ha comprobado que el teletrabajo, -una opción factible para unos 4 millones de ciudadanos en el Estado, algo más del 20% de la población laboral-, no es la actividad que genera saturación en las redes, sino que son precisamente los consumos domésticos y, más concretamente, la demanda de servicios de vídeo, los que elevan la demanda.

Según fuentes de Euskaltel, en estos momentos el consumo medio diario de televisión es de 5 horas diarias, un 31% más de lo habitual. Además, el tiempo consumido en la oferta de contenidos bajo demanda se ha incrementado un 17% y los canales de cine han multiplicado por 13 su audiencia.

No es de extrañar que compañías como la estadounidense Netflix hayan accedido a las peticiones europeas de reducir la calidad de sus emisiones para evitar saturar las redes al dispararse la demanda. De hecho, en Netflix consideran que durante los 30 días de vigencia de la medida en Europa va a ayudar a reducir un 25% el consumo de datos.

Es por ello que desde el grupo vasco de telefonía se recomienda establecer las comunicaciones de voz, siempre que se pueda, a través de las redes del teléfono fijo.

En general, los servicios de banda ancha fija han aumentado un 80% su uso diario y Euskaltel está ampliando las capacidades donde proceda siempre que sea técnicamente factible sin que entren en conflicto con servicios esenciales de emergencias.

En relación al lanzamiento de Virgin hay que tener en cuenta que en estos momentos no es factible el cambio de operadora para abrazar una hipotética nueva oferta porque, como se recordará, el Gobierno español ha incluido la suspensión de la portabilidad, tanto en telefonía móvil como fija, en el decreto-ley de medidas urgentes para hacer frente a la pandemia de coronavirus, de manera que mientras dure el estado de alarma se eviten los desplazamientos de los ciudadanos a los establecimientos y de los instaladores a los domicilios de los clientes. Y las compañías se centren en mantener el mejor servicio posible.

Demanda. La pandemia de coronavirus y las medidas adoptadas para intentar contener los contagios como el confinamiento de la población en sus domicilios han disparado además de las llamadas de voz, el teletrabajo y la demanda de ocio en casa, televisión y vídeos. El resultado es, según Euskaltel, un crecimiento del 80% en los servicios de banda ancha.

Virgin. Oficialmente, a fecha de hoy, Euskaltel mantiene su previsión de lanzar sus oferta en el Estado español bajo la marca Virgin en el segundo trimestre de este ejercicio, entre los meses de abril y junio.

-30%

Es la caída en Bolsa de las acciones del grupo Euskaltel en los mercados bursátiles en los que va de año. Ayer, los títulos del operador de telecomunicaciones controlado por el grupo británico Zegona cerraron a 6,2 euros, con un ligero recorte del 0,8%. Ello supone que la capitalización bursátil de la compañía que controla las marcas Euskaltel, R y Telecable ascendía a unos 1.100 millones de euros frente a los 1.600 millones. Zegona antes de convertirse en el primer accionista del grupo vasco con el 21% del capital valoró realizar una oferta a 7,75 euros por acción.