Todos coinciden en que la salud es lo primero pero tanto desde el Gobierno vasco como desde Confebask, así como desde los sindicatos CC.OO. y UGT, se insta a mantener la actividad industrial tras establecer los protocolos adecuados y dotar de los equipo de protección necesarios a los trabajadores para evitar los contagios del coronavirus. En este sentido, la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, señaló ayer en Radio Euskadi que el Ejecutivo está trabajando para buscar “una vía” que permita a las industrias vascas adquirir equipos de protección individual EPI (mascarillas, gafas, guantes etc), para que puedan retomar la actividad a lo largo de la semana que viene.

Tapia coincide con el presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre, y con la secretaria general de CC.OO. de Euskadi, Loli García, en que si se paraliza todo, el riesgo económico a futuro es muy alto. De hecho, Tapia alertó que, si “se paraliza absolutamente la actividad” en el País Vasco, “tendríamos que empezar de cero” cuando se supere la crisis sanitaria.

La responsable del sindicato CC.OO. Euskadi, Loli García, supeditó el mantenimiento del trabajo en las empresas a que se garantice la salud laboral y se cumplan las medidas preventivas necesarias, algo que “a día de hoy, no está ocurriendo”.

Algo que vino a reconocer la consejera Tapia al señalar que “muchas empresas están parando porque no disponen de los EPI suficientes” para mantener la distancia de seguridad en los centros de trabajo y seguir con su actividad.

En la misma línea, el presidente de la organización empresarial vasca, Confebask, Eduardo Zubiaurre, recordó que las actividades industriales “no están prohibidas por decisión gubernamental, y, por ello, todos estamos en esa situación de tomar medidas de precaución y de prevención adecuadas”, algo necesario para “hacer posible que la actividad económica de este país no se pare”, porque, de lo contrario nos veremos abocados “a una situación de consecuencias impredecibles”.

A la vista de esta coyuntura, y de que empresas con protocolos de seguridad e higiene muy estrictos como la alimentaria o la química están trabajando con toda la normalidad posible en estas circunstancias, desde el Gobierno vasco se está tratando, en colaboración con las empresas, de “buscar una solución” para que el tejido productivo vasco pueda “disponer de esos guantes, mascarillas, gafas y todos los EPI necesarios para aquella actividad productiva que no puede mantener la mínima distancia de seguridad entre los trabajadores” determinada desde el Departamento de Salud, de manera que “les permita seguir con la actividad productiva”.

“Es algo en lo que estamos empeñados, que nos están trasladando las empresas y, si bien no es insuflar liquidez de forma directa, es indirectamente permitir que esa actividad pueda desarrollarse no al 100%, pero sí de una manera permanente”, resaltó.

Tapia indicó que no se trata de que el Gobierno compre los equipos de protección, algo que deberán hacer las compañías, pero sí de colaborar para que esto salga adelante y se establezcan protocolos adecuados. “En el Ejecutivo estamos trabajando en esa línea” porque, “si no se disponen de esos elementos de seguridad, es normal que las empresas estén cerrando, esperando que la semana que viene se puedan disponer de unos mínimos” que permitan retomar la actividad.

También se está hablando con el Gobierno del Estado” para que “no incauten esos equipos de que va a disponer la industria”, con el objetivo de que “no se paralice la actividad”, una idea que, según la consejera, “comparte” el Ministerio de Industria español.

Tapia alertó de que el cierre de las grandes industrias en Euskadi “supondría de facto paralizar todo” porque también “indirectamente paralizan la pequeña empresa, sus proveedores”.

La secretaria general de CC.OO. Euskadi, Loli García, también se mostró de acuerdo, según Europa Press, con intentar mantener la actividad industrial, pero siempre que se garantice la salud laboral y se cumplan las medidas preventivas necesarias “para cada puesto de trabajo y para cada trabajador”.

Confebask, por boca de Zubiaurre, se mostró crítica con los cierres desordenados forzados por los trabajadores en algunas grandes empresas vascas y pidió responsabilidad a todas las partes y diálogo.

Sin embargo ELA y LAB se mostraron mucho más críticos. El secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, afirmó en Euskadi Irratia que “hay que parar” sectores que en estos momento no son básicos, como pueden ser la industria o la construcción.

Misma tesis sostiene la secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu, que abogó por la “lucha” sindical para parar toda la actividad en las empresas que no son “esenciales” para combatir el coronavirus, como la industria y la construcción.

El Gobierno vasco trabaja para buscar “una vía” que permita a las industrias vascas adquirir equipos de protección”, afirmó la consejera Arantxa Tapia mientras que Eduardo Zubiaurre, de Confebask, recordó que “cerrar la actividad es el último recurso”.

Erkide. La Federación de Cooperativas vascas, Erkide, advirtió ayer que las cooperativas “no pueden quedarse al margen” de las bonificaciones e incentivos que aprueben los poderes públicos para tratar de atenuar el impacto de la crisis del coronavirus sobre el tejido empresarial. Por ese motivo, desde Erkide, se reclama que este tipo de empresas, así como sus socios trabajadores y empleados por cuenta ajena, puedan ser contempladas como beneficiarias de las medidas paliativas que aprueben las diferentes administraciones públicas. “Si estamos ante una situación especial, hay que tomar medidas excepcionales”, advirtió a través de un comunicado, en el que recordó el compromiso que las cooperativas han tenido “desde siempre” con el mantenimiento del empleo. De esa forma, reclaman que se tengan en cuenta este compromiso y que se adopten medidas de “discriminación positiva” para aquellas cooperativas que optan por reparto de trabajo o reorganización de turnos.