madrid - El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria celebró el miércoles en Madrid su conferencia anual con expertos en pensiones. La conclusión clave es que el sistema actual muestra síntomas de agotamiento, pero que cualquier reforma del sistema público no será efectiva si no se complementa con el ahorro individual de los jubilados del futuro. David Carrasco, vicepresidente de Inverco -la asociación de fondos de inversión del Estado- y director de pensiones del banco vasco pone voz a ese mensaje.

Los expertos que han participado en las jornadas del banco coinciden en la necesidad de diseñar un nuevo modelo de pensiones públicas y buscar vías para complementarlas.

-No sé si el sistema actual ya no sirve. Lo que sí se es que el sistema fue diseñado en unas circunstancias sociodemográficas muy diferentes a las actuales. Hay que pensar que la mayoría de sistemas de pensiones nacen en base al modelo alemán, que apareció a finales del siglo XIX, en la época del canciller Bismarck, y cuando se diseñó aquel modelo la esperanza de vida estaba por debajo de los 40 años en Alemania y la edad de jubilación era 65. Por suerte hoy tenemos una sociedad muy diferente a la que había en la Alemania de Bismarck o en la España de inicios del siglo XX. Y eso nos obliga a adaptar los sistemas para que puedan pervivir en el tiempo y puedan seguir cumpliendo con su función.

¿Y por dónde hay que avanzar?

-Hay que actuar sobre una serie de cuestiones. Desde el lado de los ingresos, porque con la jubilación de los baby boomers y de los próximos cortes generacionales el número de pensionistas y pensiones pagadas va a crecer con el tiempo y eso va a demandar recursos públicos crecientes. En segundo lugar habrá que actuar también en el lado de los gastos del sistema para racionalizarlos en la medida de lo posible y que haya un equidad entre generaciones. Y en tercer lugar habrá que recurrir a un mayor esfuerzo de carácter complementario.

¿Cómo?

-Empezando por el ahorro en la empresa en primer lugar y luego el ahorro individual. El recurso del ahorro vivienda, la riqueza inmobiliaria, supone casi 4,5 veces el PIB español y ahí tenemos inmovilizado, valga la redundancia, parte de nuestro ahorro. Sin embargo, previsiblemente, en alguna medida tendremos que utilizar todas estas opciones que están a nuestro alcance para poder hacer que nuestros futuros jubilados tengan una situación adecuada y evitar condiciones de pobreza para una parte importante de la población.

¿Vender el piso? Cambio complejo.

-Más allá de vehículos concretos, la decisión más importante es la de decidir ahorrar o no. Hay mucha gente que decide ahorrar para la jubilación en depósitos, hay gente que lo hace en vivienda y que alquila pisos para obtener rentas, hay gente que lo hace en acciones, hay gente que lo hace en fondos de inversión y hay gente que lo hace en planes de pensiones. Cada uno de esos vehículos tiene características que, en función de las personas, gustan más o menos. Hay gente a la que le gusta los planes de pensiones o las EPSV, en el caso del País Vasco, porque tiene ventajas fiscales, etcétera. Hay gente a la que la falta de liquidez de vehículos como las EPSV les atrae menos y prefieren la inversión en fondos de inversión. La decisión más relevante es la de ahorrar o no ahorrar y, sobre todo, comprometerse con el ahorro si se apuesta por ello.

Hay que ser previsor.

-Sí, si queremos ahorrar para la jubilación, teniendo en cuenta que conlleva periodos de jubilación que en la mayoría de los casos las personas que hoy se jubilan puede suponer 20, 25 o más años, el movilizar el ahorro necesario para obtener el retiro soñado y complementar los ingresos de la Seguridad Social y, por tanto, vivir el futuro deseado, requiere de una movilización enorme de recursos y se tiene que hacer en un plazo muy largo de tiempo.

¿Y se percibe que avanza la concienciación?

-Desde luego lo que percibimos en BBVA es que existe un enorme interés y una enorme... yo diría que preocupación que habría que transformar en ocupación en nuestro país. En nuestro caso el dato que mejor conocemos y más cercano que tenemos es el del Instituto BBVA de Pensiones, que cada mes recibe 400.000 visitas en su web. Más de seis millones de personas han hecho uso de sus herramientas de simulación. Lo cual quiere decir que este tema le preocupa a la gente y que quiere recibir información. Es un esfuerzo muy importante por nuestro lado, pero creo que nos corresponde a toda la sociedad en su conjunto mejorar mucho la cantidad y la calidad de la información. Cuando estamos preocupados, normalmente esa preocupación es en base al desconocimiento o a la incertidumbre sobre lo que puede traer el futuro. Mientras que cuando decidimos ocuparnos es porque tenemos información sobre qué se puede esperar y a partir de ahí se puede planificar.

En Euskadi todo parece muy centrado en las EPSV.

-Efectivamente, las EPSV en el País Vasco lo que tienen es que fueron diseñadas con un objetivo muy concreto: el ahorro para la jubilación y tienen ventajas, el legislador les ha otorgado una serie de ventajas fiscales para ello. Ayudan a señalar el camino a la sociedad. No es fácil comprometernos con el ahorro durante 20, 30, 40 años cuando en el día a día nos surgen imprevistos. Desde el ahorro para la vivienda o para la educación de los hijos. Se nos rompe el coche o tenemos que cambiar la caldera... Todo eso entra en conflicto con nuestros objetivos de largo plazo y hay que tener una disciplina muy importante. El ahorro para la jubilación es como la Odisea, cuando Ulises quiere volver a Itaca, va en el barco, llega a la isla de las sirenas y para evitar caer en el encanto y morir ahogado decide atarse al mástil del barco. Esto es lo mismo, el ahorro para la jubilación es un compromiso a largo plazo. La mejor forma de alcanzar el objetivo es respetando ese compromiso que marcamos con nuestro futuro.

Pero en general las dudas en torno al futuro son importantes.

-Tenemos que avanzar mucho. Si queremos tener un sistema más capaz de dar respuesta a los retos que nos vienen en el futuro, el sistema debe tener distintas patas, no solo la de la Seguridad Social, que es el único cesto en el que todos hemos puesto los huevos hasta ahora. Y si se nos rompe el cesto, tenemos un problema. Requiere por tanto de hacer un esfuerzo de adecuación de las pensiones públicas, de lograr los ingresos necesarios para que el sistema pueda pervivir y hacerlo de manera adecuada, pero además de potenciar ese ahorro en el ámbito de la empresa. Hay muchas experiencias en muchos países de nuestro entorno que llevan bastantes años con ello y nos marcan un camino.

BBVA está apostando también por inversiones sostenibles para los fondos de pensiones.

-Fuimos probablemente la primera gestora de fondos de España en firmar los criterios de inversiones responsables de Naciones Unidas en el año 2008. El tema de la sostenibilidad ha llegado para quedarse y las entidades que no se suban a este carro, sean financieras o no financieras, probablemente en el futuro lo tengan difícil porque esa demanda social es una marea creciente que va a arrastrar todo lo que no esté en línea con ese deseo, con esa pulsión.