Bilbao - Tras encadenar cinco jornadas de huelga esta semana, que se suman a las otras cuatro escalonadas celebradas este año, la pregunta que queda en el aire en el conflicto del Metal vizcaino es tan simple como difÍcil de resolver. ¿Y ahora qué? Los sindicatos mostraron el viernes en la última manifestación su voluntad de seguir con la lucha, pero lo cierto es que empiezan a verse las costuras de la insólita unidad sindical mostrada esta semana.

No se trata ni mucho menos de rendir las armas, pero el bloque conformado por CC.OO. y UGT considera que, tras haber echado el resto esta semana, ha llegado el momento de apostar por el diálogo y dejar en un segundo plano las movilizaciones. ELA y LAB, por su parte, quieren mantener encendido el rescoldo de los paros y utilizarlo como elemento de presión ante la Federación Vizcaina de Empresas del Metal (FVEM).

Lo cierto es que la negociación del convenio del metal de Bizkaia ha tenido la virtud de propiciar una suma de fuerzas entre los cuatro grandes sindicatos vascos, una circunstancia poco habitual que da cuenta del hartazgo de los trabajadores del sector tras nueve años de bloqueo del convenio. El último acuerdo laboral sectorial se remonta a 2011 y las relaciones entre la parte social y la empresarial se han convertido en un auténtico tormento desde entonces.

El director gerente de la patronal del Metal, Adolfo Rey, explicó el viernes cuáles serán los siguientes pasos de la federación. En primer lugar analizará junto a las empresas cómo queda el panorama tras la huelga de esta semana. Y, posteriormente, decidirán si procede buscar una fecha para una nueva reunión y la postura que llevarían a ese encuentro con el que se reabriría oficialmente la negociación.

guerra de cifras De puertas afuera, la FVEM ha minimizado el impacto de los paros, en realidad muy circunscritos a las pequeñas empresas debido a que las grandes cuentan con convenio propio y no están por tanto concernidas por el conflicto. Según sus cálculos, la huelga a tenido un seguimiento de en torno al 20% de los 50.000 trabajadores vizcainos del Metal, un porcentaje que los sindicatos elevan por encima del 80%.

Más allá de la tradicional guerra de cifras y del impacto real de la convocatoria, cabe tener en cuenta que muchas de esas pequeñas empresas son proveedoras de las grandes, lo que implica que los paros también se han notado en éstas últimas. Además, la incidencia ha sido en todo caso importante en las fábricas a las que afecta directamente la negociación del convenio, con lo que la decisión de qué hacer a partir de ahora por parte de la patronal tendrá que tener muy en cuenta la afección de los huelgas en la producción de las pymes del sector.

En ese contexto, los sindicatos esperan el siguiente movimiento de los empresarios tras haber puesto sobre la mesa una movilización que se parece mucho a un órdago. ¿Cuál puede ser el siguiente paso tras convocar cinco días de huelga? ¿Es posible elevar el listón?

En general los representantes de los trabajadores confían en que la Federación del Metal se siente a negociar y avance en los puntos en los que más han incidido: la subrogación del personal subcontratado y la reducción de las contrataciones vía ETT. Dentro de esa apuesta por la negociación, la mayor predisposición al diálogo de CC.OO. y UGT añade una marcha más en el camino hacia un hipotético acuerdo. Sin embargo, parece difícil que ambos sindicatos firmen un convenio en minoría, por lo que sería necesaria la participación al menos de otra central.