BILBAO - Los precios se encarecieron un 1,5% en el mes de marzo en Euskadi de la mano, principalmente, de la subida de la energía, gasolinas y electricidad. Las alzas de carburantes han situado al Transporte como el sector más inflacionista. El incremento de la inflación, de mantenerse, y ya hay analistas que avanzan un IPC de al menos el 1,2% a nivel de todo el Estado, reduciría notablemente la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores por la vía de la negociación colectiva.

Como se recordará, el incremento salarial de los convenios registrados en 2018 en Euskadi, incluyendo los acuerdos estatales con incidencia en la CAV, se situó en el 2,15%. La citada subida fue superior a la inflación media registrada en 2018 (1,6%).

El alza del IPC en la CAV tiene como base la subida de los precios internacionales del petróleo, con el barril de crudo por encima de los 70 dólares, y el inmediato traslado de los mismos por las refinerías a las gasolineras, sobre todo en épocas de mayor volumen de consumo de carburante como son las de Semana Santa.

A nivel del Estado, los citados aumentos de precios de los carburantes y electricidad han propiciado un repunte de la inflación de marzo hasta el 1,3%, por debajo del País Vasco, aunque los alimentos frescos han contenido esta tasa que ha crecido dos décimas respecto a febrero.

Analizando la evolución de la inflación el pasado mes en Euskadi se constata que el Indice de Precios de Consumo (IPC) se incrementó un 0,4% en marzo en el territorio de la CAV en relación al mes anterior, mientras que la tasa interanual se situó en el 1,5%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En lo que va de año, los precios han bajado en la CAV un 0,4%.

La subida de los precios de las gasolinas y gasóleos tiene relación con el alza del petróleo pero también con el cambio fiscal que afecta a los carburantes este año en el Estado español.

El pasado 1 de enero entró en vigor el denominado tipo especial único, la nueva fiscalidad que grava el consumo de los hidrocarburos y que fue aprobada por el anterior Gobierno español del PP en los PGE de 2018. Esta nueva normativa impositiva ha provocado una subida de los precios de venta al público de la gasolina y el gasóleo de unos 10 y 22 céntimos por litro, respectivamente, según los datos de la CNMC.

Para hacerse una idea de lo que ha supuesto el cambio fiscal hay que tener en cuenta que a principios de 2019 se integraron los dos tramos del antiguo Impuesto de Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos (IVMDH), el tramo autonómico (que oscilaba entre 0 y 4,8 céntimos de euro por litro y cuya cuantía decidía cada territorio) y el tramo estatal (que ascendía a 2,4 céntimos de euro por litro) en un único impuesto. El PP decidió unificar los dos tipos en un solo impuesto denominado tipo especial, que, curiosamente, alcanzó el máximo posible con los dos tipos anteriores, pues se elevó a 7,2 céntimos de euro por litro y se aplica por igual en todo el Estado español salvo en las islas Canarias.