BILBAO - Euskadi dio el año pasado un importante paso de cara a recuperar el nivel de empleo previo a la crisis y, si se cumplen las previsiones, en diciembre se quedará a un suspiro de su récord de afiliación a la Seguridad Social. Tras encadenar cinco ejercicios de crecimiento y pese a la ralentización de la economía en el último trimestre de 2018, la mejoría del mercado laboral es palpable. Sin embargo, si se analiza la calidad del empleo se detectan algunas lagunas en la evolución.

Una de ellas es el aumento de los contratos a tiempo parcial, utilizados en ocasiones como vía para la conciliación familiar y, en otras, como cortina que esconde jornadas laborales completas con salarios más reducidos. También sirve para ajustar la jornada a las necesidades de producción, cada vez más. El empleo con tiempo de trabajo inferior al marcado en convenio ha crecido constantemente desde 2008, siendo una dinámica compartida en la crisis y la recuperación tanto en los contratos indefinidos como en los eventuales.

Hasta el estallido de la última recesión, el tiempo parcial se concentraba sobre todo en las contrataciones temporales, que representaban un 60% del total del empleo con jornada reducida. El reparto se ha equilibrado y tras el salto registrado el año pasado un 45,1% de los afiliados a tiempo parcial de Euskadi tiene contrato indefinido. Se trata del mayor porcentaje histórico y se produce tras un crecimiento de casi un 8% en 2018 del empleo fijo con estas características.

Ese avance contrasta con el retroceso de la afiliación temporal a tiempo parcial, que bajó un 1,2% el año pasado en el que es el primer retroceso desde el año 2012. Traducido ese comportamiento dispar a valores absolutos, Euskadi perdió el año el año pasado 1.093 eventuales a tiempo parcial, mientras que ganó 5.184 indefinidos con jornada reducida. Ese repunte ha sido clave para la consolidación de la mejora del mercado laboral vasco, que en estos momentos está a solo 7.500 indefinidos del récord de 2008, según los datos de la Seguridad Social.

El peor dato de la serie es de el cierre de 2014, cuando el número de trabajadores vascos fijos cayó hasta los 409.233, casi 37.900 menos que al inicio de la crisis. Se han recuperado por tanto algo más de 30.000 empleos indefinidos durante la recuperación. Ahora bien, el perfil de los que acceden al empleo sin fecha de caducidad ha variado sustancialmente. El tiempo parcial representaba en 2007 solo un 11% de los contratos indefinidos y el porcentaje supera hoy ligeramente el 16%.

El motivo es que las jornadas reducidas no han parado de crecer desde la recesión, mientras que los horarios completos solo acumulan cuatro años de incremento. Por este motivo, al cierre de diciembre estaban registrados en la Seguridad Social 28.471 cotizantes indefinidos a tiempo completo menos que en 2008, mientras que en ese periodo se han ganado casi 21.000 contratos fijos a tiempo parcial.

De forma paralela también han ganado peso las jornadas reducidas en el empleo temporal. Algo menos de un 30% de los eventuales tenían ese perfil antes de la crisis y el porcentaje roza ahora el 39%. Si se suman los temporales y los indefinidos, los afiliados a tiempo parcial han aumentado casi un 27% desde 2008, lo que supone 33.780 contratos de este tipo más. En el otro lado de la balanza, el empleo a jornada completa se ha reducido en cerca de 48.390 afiliados, un 8,6% menos.

fijos discontinuos La nueva foto del mercado laboral vasco se completa con la fuerte irrupción de otro tipo de contratación, la de los fijos discontinuos. Esta modalidad de empleo indefinido, utilizada para profesionales que realizan trabajos estables pero discontinuos en el tiempo, ha crecido un 57% en Euskadi durante la crisis y la recuperación.

Las empresas se garantizan personal con este tipo de contrato en actividades como la educación, los servicios turísticos o las campañas de recogida de fruta. Son ocupaciones estacionales que se rescinden durante las vacaciones escolares o las temporadas bajas en la hostelería. El contrato se reactiva cuando llegan los picos de trabajo.

En esa situación estaban en 2008 poco más de 8.000 personas en Euskadi. Una década después, algo más de 12.600 vascos tienen un empleo fijo discontinuo. De modo que, si suman estos contratos y los indefinidos, en estos momentos hay 459.702 contratos fijos en la CAV, solo 2.899 menos que el récord marcado justo antes del estallido de la crisis. El avance de las figuras laborales más atípicas ha cambiado el panorama del empleo vasco, que se ha adaptado durante los últimos años a las necesidades productivas de las empresas y familiares de los trabajadores.