BILBAO- Las exportaciones vascas pasan por el mejor momento de su historia. De hecho, las ventas de bienes y productos de la CAV en el exterior alcanzaron el año pasado la cifra récord de 23.857 millones de euros, la mayor registrada en toda la serie histórica, desde 1990, según Eustat. La tendencia sigue evolucionando de forma positiva este año. Y todo esto no sería posible sin el trabajo de organizaciones pioneras en promover la internacionalización de las empresas vascas y sus exportaciones como el Grupo Agex formado por cuatro asociaciones empresariales, Agragex, Fundigex, Siderex y Mafex, -estas tres últimas clústeres sectoriales- cuyos objetivos son la internacionalización y la promoción de las exportaciones del sector agrícola, fundición, siderúrgico y ferrocarril desde hace décadas. El director general de Agragex, una entidad creada hace 40 años en Bilbao para promover las exportaciones de maquinaria agrícola, Jaime Hernani, analiza la situación del comercio exterior.

Los números muestran que las exportaciones evolucionaron muy bien en 2017. ¿Este año sigue igual?

-La situación de las exportaciones va francamente bien. Tras el récord del pasado 2017, este año las perspectivas son también positivas si nadie lo estropea. Las empresas asociadas en Agex facturaron 11.500 millones de euros y exportaron 7.500 millones, con crecimientos del 7%. Después de una década muy complicada a nivel económico parece que ya empezamos a ver la luz al final del túnel. La cosa se esta estabilizando pero cuando crees que está todo hecho te surgen temas como el de los aranceles de Estados Unidos que añaden nuevas incertidumbres. Por no hablar, por ejemplo, de Turquía, con el absolutismo del presidente; Brasil, con los populismos; Ucrania, Irán, etc. situaciones geopolíticas complejas que en algunos casos desembocan en la imposición de embargos y penalizaciones comerciales que te pueden cambiar el escenario de un mercado exterior.

El hundimiento del mercado interno español con la crisis de 2008 obligó a las empresas a salir fuera a vender. ¿La salida fue coyuntural o las empresas se han dado cuenta que hay que estar de forma constante en los mercados exteriores?

-Es verdad que muchas compañías salieron a vender fuera porque no había más remedio. Fue una huida porque el mercado español se paró en aquellos años. De hecho, todavía hay algunos sectores económicos que no se han recuperado y siguen muy parados pero, en general, la presencia exterior de las empresas vascas se ha consolidado y están vendiendo fuera con vocación de permanencia. En el caso concreto de Agragex, somos responsables de haber animado desde hace 40 años a nuestras empresas a salir al exterior porque, entre otras cosas, hay que diversificar el riesgo.

¿Para vender fuera desde el País Vasco qué características tienen que tener los productos?

-Sin lugar a dudas mucho valor añadido y más cuanto más lejos se quiera vender, por eso del mayor coste del transporte. Normalmente no se puede ir, por ejemplo a Asia, a vender una inyección de plástico o un hierro retorcido porque te comen.

¿La administración vasca apoya los procesos de internacionalización y de exportación empresarial?

-Sí. Sin duda. La apuesta del Gobierno vasco desde siempre por la internacionalización ha sido notable, incluso en los años de la crisis. Aquí hay que reconocer el buen trabajo del departamento de Arantxa Tapia. Además, en Euskadi se han creado los clúster sectoriales que ha fomentado la colaboración entre las compañías vascas de una manera notable. Y esta colaboración es fundamental sobre todo en empresas pequeñas, que son mayoría en el tejido industrial vasco, para poder acceder a un mercado globalizado. Esa colaboración ayuda a presentar mejores ofertas, a desarrollar productos de más valor añadido etc. Conocida la rivalidad individual entre las empresas yo era escéptico pero lo de los clúster vascos ha sido y es todo un éxito. Chapeau.

Agragex agrupa a empresas ligadas a la producción de equipos para el sector agrícola. ¿Se ha recuperado la alegría inversora?

-Todavía no. Antes, por poner un ejemplo, se cambiaba de tractor con alegría, y ahora lo que se cambian son los tornillos del mismo. Se hace el mantenimiento bien pero para que aguante más años.

¿Cómo ha evolucionado Agragex en sus cuatro décadas de vida?

-Creo que las cosas se han hecho bien y ahí están los números. Hay que tener en cuenta que esta asociación surgió de la iniciativa de un pequeño grupo de empresarios que en 1978 quería ver qué posibilidades de negocio había más allá de nuestras fronteras. Agragex nació de ocho fabricantes de maquinaria agrícola pero en seguida se sumaron empresas especializadas en riego, equipamiento ganadero, salud y nutrición animal, fabricantes de invernaderos, maquinaria forestal, fertilizantes etc. Hoy los ocho socios iniciales son 110 aunque también han desaparecido empresas en estos 40 años, sobre todo de maquinaria agrícola, ya que no hemos podido aguantar el tirón de los fabricantes de Japón o Corea, primero y de Turquía o India, ahora. Pero siempre quedan empresas en el País Vasco que son líderes a nivel mundial en sus nichos de mercado. Por ejemplo, la guipuzcoana Goizper, es líder en pulverizadores individuales para fumigar con su marca Matabi. En todo caso, en Agragex siempre trabajamos con el objetivo de abrir nuevos mercados, exportar, vender y diversificar riesgos para evitar concentrar todas las ventas en un mercado. Las empresas asociadas, con 7.000 personas en plantilla, exportaron el pasado año 1.035 millones de euros, una cifra notable porque la facturación global fue de unos 2.000 millones de euros. Y una noticia, en próximas fechas trasladaremos la sede de todo el Grupo Agex desde Bilbao a la localidad de Leioa.

Agragex trabaja con empresas del sector primario. ¿El tamaño empresarial también es un problema en este sector?

-La dimensión empresarial en el sector primario de nuestros asociados es, en general, pequeño o muy pequeño, con toda la problemática que ello conlleva. Pero no hay que olvidar que nuestros fabricantes trabajan en equipos para el sector de la Alimentación. Y aunque las cosas no siempre vayan bien en la economía, normalmente se come todos los días. No hay que olvidar, por poner un ejemplo, anecdótico pero significativo, que un país como España con 45 millones de habitantes demanda unos 43 millones de huevos diarios y hay una industria que tiene que ayudar a que ello sea posible.

¿Cuáles son los principales destinos de las exportaciones de los asociados de Agragex?

-Principalmente Europa, con Francia como primer mercado, seguido de Portugal. Y luego teniendo en cuenta que vendemos para el sector agrícola también son importantes países como los del norte de África. En Marruecos, Túnez, Argelia y Egipto estamos estables. Pero hemos perdido mercados con la crisis islámica como Libia o Siria, en Oriente Medio. De hecho hace poco hemos estado con una misión comercial en Jordania para intentar recuperar parte de lo perdido en Siria porque con la guerra muchos sirios han emigrado al país y operan desde allí.

¿Y el resto de África?

-Si de algo podemos estar orgullosos en Agragex es que hace muchos años que apostamos por África. Estamos bien posicionados en el norte pero queremos entrar en los mercados más al sur como Senegal, Mauritania, Costa de Marfil, Nigeria, Ghana y Angola.

Para la exportación es clave la paridad euro-dólar ¿Cómo lo ve?

-En mercados que pueden ser muy importantes para nosotros como América Latina es fundamental. El pasado año 2017 pensábamos, al igual que muchos analistas, que el dólar estadounidense iba a evolucionar a la par con el euro pero con la administración Trump se ha situado en 1,15-1,16. Y ese cambio no ayuda en nada a las exportaciones europeas. Un dólar más fuerte nos vendría bien.