Abanto-Zierbena. Los cerca de ochenta empleados de Onduline en Gallarta -y los otros en torno a veinte que el grupo tiene en el resto del Estado- están de enhorabuena. La multinacional francesa ha elegido su sede vizcaina para el desarrollo y la fabricación de un nuevo e innovador producto, que se fabricará en exclusiva en esta fábrica. En la práctica supone un salto cualitativo y cuantitativo para la planta que pasará de tener como único mercado la península a exportar cerca del 90% de las nuevas placas asfálticas, denominadas Onduvilla. Además la fabricación le permitirá trabajar al cien por cien de su capacidad productiva, una excepcional noticia después de afrontar cruda la crisis del ladrillo.
La fábrica gallartina ya ha comenzado a experimentar el salto. Según fuentes de la compañía, cuenta ya con pedidos para Bielorrusia, Estados Unidos, El Chad, Indonesia y Tailandia. Y eso que la nueva línea de producción se inauguró precisamente ayer. Pero es que responsables territoriales de la compañía llegados desde diferentes partes del mundo arroparon la puesta de largo del proyecto y, al tiempo, realizaron esos primeros pedidos.
Atrás ha quedado un período sombrío de dos años como consecuencia de la crisis que afecta fuertemente el sector de la construcción. La factoría de Abanto-Zierbena ha superado en este tiempo dos Expedientes de Regulación de Empleo e incluso el riesgo de cierre. Según informó ayer, su futuro inmediato había llegado a ser cuestionado por la dirección mundial del grupo ante la falta de pedidos. Pero con esta nueva inversión el futuro se antoja diferente.
"España y Portugal son el mercado habitual de esta fábrica y no hace falta que explique la difícil situación del sector de la construcción en estos últimos años", apuntó ayer Alfonso Bugallo, director general de Onduline precisamente para España y Portugal. "Nos ha tocado, pero nos hemos levantado. Hoy es un día de esperanza", se felicitó. La compañía ha decidido crear ese nuevo producto basado en la innovación y ha elegido para su desarrollo una de sus plantas más modernas, inaugurada en 1999. "Las casi cien personas que trabajan aquí tienen un futuro prometedor", anunció sonriente Bugallo. La entrada en servicio de la nueva línea de fabricación de placas fibroasfálticas supone un nuevo impulso para la planta.
Innovación
El presidente de la compañía, Jean-Noël Fourel, por su parte, subrayó igualmente la importancia de la innovación utilizada para el desarrollo de un producto "novedoso" en el mercado. "La innovación es una de nuestras apuestas, desarrollando tecnología propia. Hoy presentamos un producto basado en nuestros estudios", subrayó. Además, el máximo responsable de la multinacional argumentó que, cuando la compañía se planteó dónde fabricar ese nuevo producto y tras un largo análisis y estudio, la conclusión fue hacerlo en la sede de Gallarta "y estamos muy orgullosos de ello".
De hecho, la fábrica gallartina ganó la partida a otras propuestas del grupo, como algunas plantas localizadas en otros países europeos como Italia, Francia o Polonia, según fuentes de Onduline. Aunque opera en todo el mundo, el mercado europeo sigue siendo el más importante para la compañía francesa.
El acto de ayer contó con la presencia de numerosos representantes de la propia firma pero también del tejido empresarial vasco. Estuvieron presentes, entre otros y además de algunos empresarios, la viceconsejera vasca de Tecnología, Innovación y Competitividad, Estibaliz Hernáez; el viceconsejero de Industria, Ignacio de Motiloa; el diputado foral de Promoción Económica de Bizkaia, Imanol Pradales, o la alcaldesa de Abanto-Zierbena, Maite Etxebarria.
"La decisión permite incrementar la producción y ampliar las instalaciones", incidió la regidora de la localidad, quien además destacó que Onduline es una de las empresas tractoras de la comarca minera. "Esta inversión atractiva para el municipio llega en un momento en el que el desempleo es uno de los principales problemas sino el más preocupante para las administraciones públicas".
La viceconsejera de Tecnología, Innovación y Competitividad aseguró por su parte que el Gobierno vasco "apuesta decididamente por la industria productiva", que es "el principal motor de generación de riqueza y empleo" y abogó en ese sentido por reforzar la I+D+i. Hernáez subrayó que "merece la pena apostar por Euskadi", donde los inversores pueden encontrar "un ecosistema económico inmejorable", "un entorno que acompaña, como han subrayado los dirigentes de Onduline".
La viceconsejera añadió que, tras un 2013 cargado de muchas dificultades, se empiezan a ver "algunas luces que alumbran" y destacó los nuevos contratos en los sectores naval, de automoción y aeronáutica, "gracias a productos de alta tecnología y servicios punteros".
La planta de Gallarta, que se inauguró hace catorce años tras una inversión de cerca de 13 millones de euros, ocupa una parcela de 33.000 metros cuadrados enel Polígono Industrial de El Campillo, con una superficie edificada de 9.000 metros cuadrados y 600 metros cuadrados de oficinas.