BASAURI. Hilfa acaba de ganarle una batalla a la crisis. La empresa de bienes de equipo de Basauri ha superado la fase crítica del proceso concursal y ha aprobado un convenio con el 73% de sus acreedores. A efectos prácticos, la compañía ha trazado un camino para mantener su actividad, gracias a una quita del 50% de su deuda y un periodo de pago de cinco años, los máximos previstos en la ley.

La firma vizcaína se acogió al paraguas del concurso, la antigua suspensión de pagos, en febrero de 2011 con el único objetivo de seguir creando riqueza y empleo. En ningún momento se les pasó por la cabeza a sus propietarios el cierre y el pasado 19 de octubre lograron el apoyo de la gran mayoría de sus acreedores al proyecto, que nace renovado y con la cartera de pedidos llena.

Ahí está una de las claves de la llegada a buen puerto de Hilfa. De hecho está fabricando en estos momentos el domo, la cúpula, del que será el mayor telescopio del mundo cuando se instale en Hawai. El proyecto tiene un nítido acento vasco ya que la ingeniería Idom ha sido la encargada del diseño de la pieza. Se trata de un telescopio solar de tecnología avanzada que se instalará en el monte Haleakala en la isla de Maui. Aportará importantes avances en el estudio del cosmos. El diámetro del telescopio es de 28 metros para un peso total de 500 toneladas. La participación en la aventura empresarial de estas dos empresas vizcainas pone de manifiesto la capacidad tecnológica del tejido productivo vasco.

Además, con esas dimensiones no es extraño que Hilfa haya sido la empresa escogida entre las de todo el mundo para la fabricación y montaje, que concluirá a lo largo de 2013 tras la fase de pruebas. Las instalaciones de la empresa basauritarra superan los 15.000 metros cuadrados, de los cuales la mitad están construidos. La integración de todo el proceso productivo en la planta de Basauri les permite hacer frente de forma solvente a encargos con piezas que superan las cien toneladas. Son contadas las empresas europeas con ese perfil.

Los responsables de la empresa no tienen dudas: Hilfa ha salido reforzada del concurso gracias a la conjunción de varios factores. Las instalaciones, sesenta años de trayectoria, la capacidad técnica y la plantilla. La participación de la parte social ha sido esencial para dejar atrás el lastre más pesado de la insolvencia, la posibilidad de que concurra en una liquidación.

La plantilla se ha reducido en 19 personas y en la actualidad se sitúa en los 41 trabajadores. No ha habido sin embargo despidos. Diez personas se acogieron voluntariamente a un plan de bajas incentivadas. La cifra se redondeó con prejubilaciones y la eliminación de algunos empleos temporales. Se ha evitado asimismo el ajuste salarial, si bien el sueldo permanecerá congelado este año.

El pacto entre empresa y trabajadores contempla asimismo un incremento de la flexibilidad laboral, que pasa de 65 a 120 horas anuales. Eso permite que Hilfa tenga margen para aumentar su capacidad productiva en un 50% o reducirla en el mismo porcentaje. Se absorben así los picos del negocio sin quebranto de las condiciones laborales de sus recursos humanos vía expediente de regulación.

Hilfa tiene más ventajas. Trabaja bajo el modelo de subcontratación y no tiene un producto propio. No es un fabricante de coches que puede colapsarse si los consumidores dan la espalda a su marca. Así, realiza encargos para una variedad de sectores: energía, aeronáutica, ferrocarril, máquinaria de obra pública, minería... no se le escapa prácticamente ninguna actividad productiva. Y su área de ingeniería productiva le permite definir al milímetro los diseños para afrontar cualquier reto.

Con esa base, ha exportado históricamente el 50% de su producción y ha alcanzado los últimos años el 60%. Sus relaciones comerciales con Francia son robustas y se encuentra en fase de consolidación de sus negocios en Noruega. Su principal mercado internacional es Alemania, con más de 30 años de experiencia, donde los encargos realizados por los principales clientes finales del mundo del petróleo y las obras públicas han generado pedidos suficientes para cubrir las capacidades de sus parners y las de Hilfa para el próximo ejercicio 2013.

Los portavoces de la empresa aseguran que esos datos refuerzan su posición. "Queda por delante la fase de devolver la deuda, pero tras el acuerdo con los acreedores, hacerlo depende de nosotros". Los bancos, que eran sus principales acreedores, así lo han entendido al firmar el convenio.