Españoles por el mundo
EN la elegante inauguración de la planta de la empresa RPK en Pune hubo mucho sari, una presentadora estrella de Bollywood, danzas propias de Maharastra… y algo parecido a flamenco. Sí, no alcancé a entender muy bien la letra en castellano, pero juro que era flamenco y que ellos trataban de imitarlo.
Todo podría ser anecdótico, como los centros de rosas rojas y amarillas que en la misma ciudad presidían la mesa donde MCC firmó un extraño convenio con el Gobierno vasco. Pero desgraciadamente no lo es. Me contaba un empresario que lleva varios años de experiencia en India de forma muy gráfica: "en los tres últimos años me estoy desgañitando con los socios, clientes y proveedores indios para explicarles que, al menos a efectos económicos y sobre todo financieros, no somos España. Y ese trabajo, lo puede echar por la borda el Gobierno vasco en dos días de visita". Nótese que dice "al menos a efectos económicos", porque el interlocutor quiere desligar esta cuestión de matiz político alguno. "Bastante tengo con los negocios como para mezclarlos con la política", aclara.
El asunto no es sencillo, porque si preguntamos a las empresas vascas que dependen de los contratos públicos no ponen ningún reparo. Les parece muy adecuado colgarse de la lámpara española para tener acceso a los lobbies de poder que son los que finalmente influyen en la adjudicación de la obra pública. Pero los que están directamente compitiendo sin depender de este factor se quejan de este españolísimo programa de la misión comercial vasca.
Nadie pone en cuestión que a la hora de rellenar una agenda, ir de la mano de la embajada de turno o del ICEX, es más sencillo. Lo que es más cuestionable es si ese socio es precisamente el más recomendable cuando la marca "España" pesa como una losa en los ámbitos económicos mundiales.
Pues si no quieres taza, taza y media. Desde la intervención de la consejera económica del consulado español en Bombay (¿dónde estaba la Spri para dar esas explicaciones?) hasta la proactiva participación en la Tribuna España-India inaugurada por Patxi López, todo lleva el sello que algunos empresarios consideran un lastre.
A mí me chirría que Patxi López se refiera en su intervención a "nuestros dos países", en referencia a España e India. Sobre todo cuando habla de "la región que presido" al referirse a Euskadi. Y es que hoy hemos españoleado un montón; tanto que la representante del Ministerio de Asuntos Exteriores Indio para Europa, miraba a Patxi López con satisfacción cuando ha anunciado que tratará de que la siguiente cumbre UE-India se celebre en Madrid.
En defensa de la intervención española de López conviene subrayar que su descripción de la "región" vasca no ha estado nada mal: industria, innovación, turismo y hasta referencia, con cita a Xenpelar incluida, del euskera. No sé qué concepto tendrá la audiencia india de lo que somos. Pero a mí me da la sensación de que, con López, siempre somos españoles por el mundo.
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