Bilbao. No hay tregua este mes. Los parqués siguen en números rojos y el Ibex 35, el principal indicador de la Bolsa española, se ha dejado esta semana casi el 6%. Desde los 8.647 puntos del viernes 12 de agosto a los 8.141 del cierre de la jornada de ayer. Es la segunda peor semana del año para la Bolsa. El uno de agosto el Ibex alcanzaba los 9.318,2 puntos. El lunes 25 de julio, antes de iniciar el vertiginoso descenso, los 9.866,20 puntos. Más de 1.700 puntos de diferencia, un 18%.
Las Bolsas europeas encadenaron su segunda jornada de fuertes caídas agobiadas un día más por los temores a la recesión y la desconfianza en la banca europea. El Ibex añadió otro 2,11% de caída al desplome del jueves. En el resto de Europa, el Dax alemán que lideró el jueves las pérdidas, volvió a perder casi un 2,2%. Por su parte, el CAC francés se dejó un 1,92%. La bolsa de Milán cayó un 2,46%. Y la de Londres se dejó algo más del 1%. El vencimiento de opciones sobre índices y acciones en los mercados de derivados apenas tuvo repercusión en la negociación de los mercados de valores europeos.
Ayer, el banco estadounidense JP Morgan rebajó sus previsiones de crecimiento de la economía de EE.UU. para el cuarto trimestre de 2011 y el primero del 2012, igual que hizo el jueves Morgan Stanley, aumentando el temor a los riesgos de una nueva recesión.
Los mercados prestarán atención la próxima semana a la reunión de la banca central en Jackson Hole y a la posibilidad de que la Reserva Federal estadounidense acometa una tercera ronda de compra de deuda para aumentar la oferta de dinero, según apuntan varios analistas consultados por Efe.
Deuda La prima de riesgo española por su parte bajó ayer de 288 a 286 puntos básicos, con lo que no se aleja de los 300. El día en el que el economista jefe del Banco Central Europeo, el alemán Jürgen Stark, se mostró contrario a la emisión de eurobonos como respuesta a la actual crisis al considerar que sería un "remiendo" que serviría para "curar los síntomas, pero no las causas", mientras que aseguró que el BCE seguirá comprando deuda pública en función de las tensiones en los mercados y advirtió del riesgo de unos tipos demasiado bajos.
El influyente economista jefe del Banco Central Europeo señaló ayer que mantener los tipos de interés demasiado bajos durante un periodo excesivamente prolongado puede resultar arriesgado.