Bilbao
En un mercado financiero condicionado por el pinchazo de la burbuja y en medio de un endeudamiento sin precedentes, en el que la materia prima, el dinero, cada vez es más escaso no debería extrañar la escalada de tipos de interés ofrecidos por las entidades financieras -bancos y, sobre todo, cajas de ahorros- para captar fondos de los ciudadanos de cara a poder hacer frente a unos vencimientos de deuda que aprietan y también ahogan. El problema es que la guerra por el pasivo, con tipos de interés entre el 4 y el 5%, emprendido por las cajas, normalmente por las más necesitadas aunque también hay ofertas defensivas, sólo es una muestra de su debilidad y va a generar más problemas en el futuro bajo el lema de pan para hoy y hambre para mañana. El brutal estrechamiento de los márgenes que esta política está generando va a hacer que los beneficios de las cajas se hundan en picado. De hecho en los nueve primeros meses, el sector ganó 3.693 millones, un 28% menos que en 2009, según la CECA, con una economía estancada pero no en declive.
Naturalmente, las alarmas ya llegan desde fuera y así el miembro del Comité Ejecutivo del BCE, José Manuel González-Páramo, advirtió esta semana a las cajas de ahorros que la actual guerra de depósitos para captar liquidez "es autodestructiva" y suicida para el sistema y lo único que hace es retrasar las fusiones. Aunque el proceso de concentración sigue y el viernes se hizo oficial la integración de Cajasol con Caja Navarra, en Banca Cívica, proyecto para el que ya se empieza a reconocer que se precisarán cerca de 1.000 millones de euros en ayudas públicas del FROB. En este sentido, no deja de ser curioso que la CAN, integrada en unas estructuras comunes en la FCAVN, opte por alianzas con entidades como Cajasol, que no destacaron por sus niveles de solvencia en los test de estrés, en vez de explorar el profundizar las colaboraciones con entidades como BBK o Caja Vital, mucho más solventes.
Desde el propio sector financiero ya han puesto cifras a los costes que esta guerra del pasivo pueden suponer para el conjunto de entidades que operan en el Estado español. El consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, muy crítico con el mantenimiento de la guerra del pasivo en el mercado bancario, calcula que está teniendo un efecto en el margen de intereses (el negocio típico bancario) de casi 7.000 millones de euros.
Por su parte, Fernando Ruiz, presidente de Deloitte, la mayor consultora y auditora mundial, en España, abogó por que no se mantengan las altas remuneraciones de los depósitos pues "será muy difícil" la situación de las entidades que se mantengan en esta estrategia durante el difícil 2011 que se avecina.
Mientras tanto, y tomando como ejemplo la emisión de bonos en Catalunya, las entidades han ofrecido a los clientes interesados en la operación rentabilidades del 4%, caso de La Caixa, o del 4,25% en Catalunya Caixa. Por no hablar de Caixa Penedes, que remunera el ahorro con hasta el 4,75%. Sa Nostra cuenta con un depósito al 4,5% a un año para determinados importes. Y si se vinculan a otros productos como planes de pensiones se llega al 5%, caso del Banco Sabadell.