Bilbao. La actividad de compra de joyas y metales preciosos, lo mismo que los montes de piedad y las casas de empeño, existen desde hace muchísimos años, pero la crisis económica y la elevada cotización del oro les han dado una nueva relevancia, además de hacer de la compra de oro un negocio en auge. En Bilbao y otros núcleos urbanos de Bizkaia y el resto de la Comunidad Autónoma Vasca han proliferado los establecimientos dedicados a la adquisición de oro a particulares con el objetivo de fundir las joyas adquiridas y reintroducir el metal en el mercado mayorista. Los factores que explican que en Bizkaia el número de locales de compraventa de oro se haya multiplicado por cuatro en el último año son básicamente dos. Por un lado está la situación del mercado internacional del oro, con una demanda creciente y un precio en máximos históricos y, por otro, la coyuntura económica de muchas familias, que se ven abocadas a desprenderse de algunos bienes y a convertirlos en efectivo para sobrevivir a la crisis.
El elevado número de personas dispuestas a deshacerse de joyas de oro para seguir tirando ahora que les ofrecen un buen precio por ellas ha hecho que la actividad de compra aumente, tanto con establecimientos físicos a pie de calle, como por internet. Muchos de estos locales, fácilmente identificables gracias al cartel amarillo con letras negras que reza compro oro, están vinculados a negocios tradicionales de joyería o antigüedades, mientras que otros han surgido recientemente al vislumbrar una oportunidad de ganar dinero. Y es que el margen que da esta actividad es importante. En las tiendas de compraventa el oro de 24 quilates se paga actualmente entre 15 y 19 euros el gramo, mientras que en el mercado se cotiza en torno a los 30 euros/gramo.
Sobre el auge de los establecimientos de compraventa de oro al por menor, la vicepresidenta de la Asociación Española de Metales Preciosos (AEMP), Marion Mueller, advirtió de que "unos son más serios que otros y hay quienes no conocen el sector pero abren un negocio atraídos por los precios altos".
La empleada de un establecimiento de reciente apertura en el barrio bilbaino de Rekalde señalaba que los dueños del negocio no tenían vinculación previa con el sector, pero que la habían contratado porque había trabajado diez años en una joyería y "algo sé de este tema". Sobre las personas que acuden al local -también compran por internet- para vender joyas, afirma que hay de todo, desde "quien necesita el dinero para pagar la hipoteca hasta el ya no quiere o no usa alguna joya y la vende para comprarse otra cosa". Esta joven afirma que no puede evaluar si ahora hay más gente que acude a la compraventa de oro que hace unos años, ya que el establecimiento sólo lleva abierto desde abril y "antes me dedicaba a vender, no a comprar".
Aunque hay una relación entre la cotización del oro y la proliferación de los negocios de compra de joyas, lo cierto es que la mayoría fija un precio por cada gramo de metal dependiendo de su pureza y lo mantiene durante bastante tiempo, adecuándolo, si acaso, a lo que marque la competencia, pero este precio de compra no oscila en función de la cotización diaria o semanal del metal en los mercados internacionales.