Muskiz. Hace 79 años, a orillas del río Cadagua en el baracaldés barrio de Burtzeña, Erasmo Imbert ponía los cimientos de una empresa, IMAR. S.A., que hoy día es un referente de carácter internacional en la fabricación de chapa perforada y metal expandido.
Una trayectoria que no ha pasado desapercibida para el jurado de la decimocuarta edición del premio Marcelo Gangoiti, que ayer reconoció, de la mano del lehendakari Patxi López, el empuje de esta industria que, según manifestó Jon Viteri Solaun, el gerente de la empresa, "ha sabido reinventarse transformando nuestro posicionamiento desde una tecnología muy concreta a una solución global o un sistema que se desarrolla en otros múltiples campos".
Un nuevo posicionamiento que se expande a sectores tan diversos como la arquitectura, el diseño de mobiliario, la construcción, el sector ferroviario, los electrodomésticos o la automoción y que tiene en el equipo humano una de sus bazas fundamentales. "El equipo de personas que forma la empresa está muy comprometido para abordar nuevos retos. Retos como la creatividad en la oferta y en los sistemas para trasladarla al mercado. Con productos diferenciales desde el diseño, el servicio conjugando este espíritu de hacer bien lo que hacemos", destacó Viteri.
Una labor ardua en el momento de crisis actual "que lógicamente también nos afecta", pero ante la que no temen, sobre todo por la larga trayectoria que acumula esta empresa de casi 80 empleados, distribuidos entre las plantas de Ortuella y de Miranda de Ebro. "La crisis nos ha afectado sobre todo porque muchos de nuestros productos van dirigidos a sectores económicos donde la crisis ha golpeado con dureza como la construcción o la automoción. Sin embargo tenemos un proyecto sólido por lo que no vamos a renunciar a ninguna de las apuestas de inversión y desarrollo tecnológico que teníamos previstas", apuntó Viteri.
Una convicción que también se mantiene en su firme compromiso con Ezkerraldea, un dato relevante en la concesión del premio Marcelo Gangoiti "donde llevamos casi 80 años generando valor y donde continuaremos", aseguró Viteri.
Una continuidad que para esta empresa pasa por un desarrollo intenso de nuevos nichos de mercado ligados a la arquitectura singular, una faceta las de los revestimientos exteriores e interiores la que ha realizado ya grandes aportaciones en obras de cada vez mayor relieve. Así pueden verse obras realizadas por Imar S.A. en edificios como la planta de Aceites Urzante en Navarra, el auditorium del Caixa Forum de Madrid, el conservatorio de música de Burgos, el complejo de equipamientos de San Roque en Portugalete, el revestimiento del nuevo edificio de ingenieros o el sorprendente talud de la avenida de Jesús Galindez, ambas en Bilbao.