BILBAO. "Los empresarios industriales vascos sí tienen razón al quejarse del incremento de las tarifas eléctricas porque sí nos atenemos, por ejemplo, a las tarifas de lo que antes se conocía como horas punta la verdad es que en el periodo 2004-2010, incluyendo la previsión de subida de enero, casi se han multiplicado por cuatro", afirma Fernando Oruetxebarria, consultor en materia energética de la firma Asesoría Urnes.

Oruetxebarria recuerda que las tarifas eléctricas son muy complejas y es difícil hacer medias pero para la industria la subida en enero puede ser de un 5 al 8% en términos absolutos.

El responsable de la consultora Urnes recuerda que tras la liberalización eléctrica del pasado verano "las tarifas se dividen en dos tramos, uno para remunerar el transporte y la distribución, -cuyas tarifas son las que modifica el Gobierno-, y otro sobre los kilowatios consumidos que depende de las comercializadoras y que fijan sus precios según mercado".

Fernando Oruetxebarria reconoce que en el tema de las tarifas eléctricas que depende de las comercializadoras sí existe competencia y se puede negociar mejores precios con unos y con otros, según las circunstancias.

En su opinión lo aconsejable es "mantener un contrato de transporte con una compañía y otro, por la electricidad con una comercializadora distinta".

Ante la imposibilidad de influir sobre las tarifas que fija el Gobierno, Fernando Oruetxebarria aconseja a las empresas que quieran trabajar sobre los costes de su factura energética realizar un plan para controlar el coste.

"El primer paso es realizar un estudio energético para ver las posibles medidas correctoras que permitan ahorrar energía, mejoras de aislamientos, cambios de hábitos, cosas así. Por ejemplo, teóricamente puede ser más barato, en términos de tarifa eléctrica, utilizar las máquinas en horario nocturno pero en la práctica, por temas de personal o de otro tipo, no es operativo", indica.

Según el ingeniero Fernando Oruetxebarria un aspecto en el que los asesores energéticos pueden ayudar mucho a las empresas para controlar sus tarifas es en el de fijar la potencia instalada. "Puede ser más rentable contratar una potencia por debajo del máximo puntual que pueda utilizar la empresa y pagar la penalización en el caso de sobrepasarla, que contratar una más alta y más cara".