Bilbao - El remo cántabro no está viviendo su mejor momento. Las escuadras poderosas de antaño ya no existen. Nombres como Castro o Pedreña deambulan en la ARC y solo Astillero aguanta en la Eusko Label Liga, defendiendo el orgullo de una tierra acostumbrada a vivir grandes días de gloria y que ahora debe ver como la realidad es muy distinta. El club astillerense es ejemplo de esta situación. El proyecto está en una constante reestructuración y este año ha sufrido otro duro golpe a su economía, quedándose a las puertas incluso de la desaparición. Lo deportivo tampoco ha servido para crear una situación de esperanza dentro de la entidad. Este año la San José no puede mirar más que a la lucha por la permanencia. La cuadrilla ha tenido que remodelarse a todo correr después de comenzar el curso con solo seis remeros y con un cambio de entrenador ya con la temporada en su amanecer.
La remodelación en Astillero empezó desde la parte alta. Una nueva directiva entró con Elisabet Carral a la cabeza y comenzó a trabajar por reconducir la situación de la trainera de su pueblo. Sin embargo, los primeros golpes no tardaron en llegar y la situación económica se volvió crítica. “No ha sido nada fácil el invierno porque los acreedores de la anterior gestora ejecutaron los embargos y tuvimos que utilizar el dinero que era para los remeros para recomponer esto”, cuenta Carral. Estos embargos no sirvieron para pagar toda la deuda de Astillero y tanto la presidenta como el propio club se vieron inmersos en una “persecución” por parte de algunos acreedores. “Ha sido duro porque venimos aquí a trabajar gratis, para que esto se mantenga. Esta gente, con deudas muy antiguas, nos han venido a acorralar ahora que he entrado yo, que no les he hecho nada”, añade la presidenta.
Paciencia es lo primero que se pide desde la directiva. Entienden la situación, pero piden comprensión ante el momento que vive el club: “En ningún momento se les ha negado las cosas, pero pedimos que nos dejen trabajar. Hemos sufrido una persecución casi diaria. Gracias a dios, con la colaboración del ayuntamiento, del entrenador y otra serie de personas del pueblo, hemos podido avanzar algo”. Ante todo, Carral pide “respeto” y que sean conscientes de que la “trainera es de todo el pueblo y que esta gente, que es del pueblo, debería respetar más”.
Esta situación económica ha tenido influencia en todos los aspectos internos del club. El primer cambio importante llegó a la hora de convencer a un entrenador para que tomara las riendas de la trainera en esta delicada situación. Miguel Ángel Ruiz, exremero de Urdaibai, sustituyó en el cargo a Daniel Pérez, que tan buenos resultados había dado en los últimos años. Sin embargo, Ruiz decidió no continuar vinculado al proyecto. “Se le juntó todo. Por un lado un equipo desestructurado, porque cuando llegó solo había seis remeros y por el otro tuvo problemas laborales. Además, en mi opinión creo que se sintió algo desangelado cuando la gente empezó a hablarle de deudas de años anteriores”, explica la presidenta. En su lugar llegó Vasile Matei. “Ha conseguido que se una el grupo y me da buena sensación. Les veo bien y eso a mí me vale muchísimo. Esta claro que hay días que los entrenamientos salen bien y otros no, pero eso es normal”, comenta Carral.
La primera labor deportiva, antes de pensar en cualquier objetivo, fue formar una cuadrilla para competir con garantías en la Eusko Label Liga. Muchas horas al teléfono intentando convencer a gente, buscar en la cantera juveniles que estuvieran preparados para dar el salto? “No ha sido sencillo hacer el equipo y prácticamente toda la plantilla es nueva, solo hay ocho remeros que han remado en Astillero alguna vez”, afirma la presidenta del club cántabro. Las prisas nunca son buenas consejeras, pero hay veces que no queda más remedio que sucumbir a ellas. En Astillero lo saben, el equipo ha sido hecho con más premura de la indicada y por eso la meta para este curso es realista: “El objetivo de este año es mantenernos. Tenemos entrenador nuevo, remeros nuevos y con estos cambios tan bruscos es por lo que debemos luchar”.