Las mariposas aún no revoloteaban por el estómago de Beñat Rezusta (Bergara, 1993). Son caprichosas y viven en la frontera entre las altas pulsaciones y el frenopático. Las mariposas no llevan reloj de pulsera. Son impuntuales e incómodas. Sin embargo, cuando aparecen comienzan a crecer hasta convertirse en una manada de perros de presa hambrientos, indómitos, rasgando el plexo solar. Las mariposas son solo rumores cuando se manifiestan, pero su senda se asfalta de baldosas amarillas repletas de ilusión y miedo.

Rezusta aún no sentía este jueves sus alitas plegándose en las entretelas porque no ha tenido tiempo. El zurdo de Bergara asoma en la elección de material de la final del Manomanista celebrada en el frontón Bizkaia de Bilbao como si fuera un trámite ajeno, pues su condición de aspirante al título llega por la renuncia de Iñaki Artola, aquejado de una rotura de fibras en el dorsal ancho del hombro derecho. Lo hace junto a su botillero: el profesional Xabier Erostarbe, que ha compartido labor con Jokin Etxaniz. No habrá problemas con el material para la final del Manomanista del domingo: “Son pelotas para jugar. No son excesivas”, definen tanto el zurdo como Jokin Altuna, su rival.

“No he tenido casi ni tiempo de sentir las mariposas, pero se trata de una final, no voy a mentir y a decir que es un partido más, porque no lo es. No le he dado demasiadas vueltas. Quiero disfrutar de cada día que nos queda y de cada entrenamiento”, revela Rezusta, quien determina que “llevo tiempo ejercitándome, con la duda de si iba a jugar o no, pero he seguido preparándome igual”.

Respecto a su entrada en la cita, Rezusta confiesa que lo ha “asimilado ya”. “No hay muchos días para darle demasiadas vueltas”, relata el guardaespaldas de Bergara, quien concreta que “he seguido entrenando igual que antes, por ese lado no hay ninguna excusa. Sí que el hecho de llegar a una final, con las semanas que hay de espera, provoca que le des más vueltas a la cabeza, pero no ha sido mi caso. Estoy con ilusión y ganas”. Lo que es cierto es que la tensión generada en el bando de Baiko por el estado físico de Artola ha evitado que Rezusta sufriera el asalto mediático que corresponde a un finalista del mano a mano. En ese sentido, tal y como reconoce, “no he tenido demasiado tiempo para darle vueltas”.

Todo ha ido a velocidad de vértigo. Beñat perdió la semifinal el 29 de mayo en el frontón Labrit de Iruñea ante Artola por 16-22semifinal el 29 de mayo en el frontón Labrit. Al día siguiente, el rumor sobre Iñaki comenzó a extenderse y ese miércoles se le concedió el aplazamiento de una semana. El jueves 3 de junio se celebró la elección de material de la final de consolaciónelección de material . El domingo 6, Rezusta superó a José Javier Zabaleta por 8-22superó a José Javier Zabaleta por 8-22 en Irun y ganó el bronce. Desde entonces, el bergararra ha pasado diez días entre bambalinas. Lo tuvo claro: “Voy a entrenar como si tuviera que jugar”. ¡Bingo! La confirmación llegó este miércoles. Entretanto, las mariposas estaban hibernando, a la espera del semáforo verde del pit lane. Ha sonado la alarma. ¡Ring! “Sería algo grande para mí lograr una txapela del mano a mano”, sostiene Rezusta.

“ME CENTRO EN LO MÍO”

En la otra orilla, con la vitola de favorito anclada en el techo del frontón Bizkaia como una espada de Damocles, Jokin Altuna se centra en sí mismo. “Antes de la decisión de Iñaki ya pensaba en que iba a jugar contra Beñat. No me ha trastocado los planes. Me daba igual jugar contra uno o contra otro, me he centrado en mi juego. En profesionales, cuando no me he centrado en lo mío, he tenido dificultades y cuando he hecho mi juego, he obtenido buenos resultados”, declara el pelotari guipuzcoano, quien argumenta que “llevo tiempo con la etiqueta de favorito en los partidos individuales y no le doy ninguna importancia. La presión se la pone uno mismo. Leo menos lo que dicen los medios y le doy menos importancia. Estoy enfocado en el domingo y en hacer un buen duelo”. El amezketarra, campeón de la especialidad en 2018, explica que “también desconectaré un poco estos días”.

Es una final del Manomanista. La más grande. “Si ganas, tu nombre queda marcado. Del subcampeón solo se acuerda el pelotari que ha llegado. Los dos tenemos presión”, remacha Altuna III.