Olatz Arrizabalagadominadora actual de la mano individual femeninaleva un verano para enmarcar

“Estoy encantada de cómo han salido las cosas estos meses. En Plazandreak era la primera vez que jugaba en el acotado con este tipo de material y había ciertas dudas. Al final, hay mucha diferencia con la goxua. Con el saque se marca más distancias. Además, no soy manista de pelotear, a mí me gusta el salseo”, declara Arrizabalaga. Tal fue su adaptación en la cita estival que se impuso en todos los compromisos en los que fue alineada por su capitana. Pleno. Imparable. Todo un éxito. Nueve de nueve. “Me sorprendí a mí misma. Mi fallo suele radicar en la confianza y la precipitación; sin embargo, me mantuve seria y centrada. Ya desde el primer partido, ante Olatz Ruiz de Larramendi, me vi bien, así que me vine arriba”, desbroza la vizcaina. Posteriormente, ante la peligrosa Larrarte -“en los cuadros alegres juega muchísimo”, explica- fue capaz de tomar el timón a base de fuerza y oficio en El Antiguo. “He jugado muchas finales en mi carrera y ahora me noto más tranquila. Estoy aprendiendo”, define.

Con todo, la base del triunfo radica en solo una cosa: “El trabajo”. “Gentzane y yo éramos las últimas en llegar a la pelota mixta en el Parejas. Sabíamos que nos iba a tocar entrenar el doble que el resto de las participantes. Quizás por eso, por todas las horas que he metido en el frontón, estas txapelas tienen un sabor más especial todavía”, desgrana Arrizabalaga, quien no duda en ceder parte del protagonismo a su hermano Unai, que ejerce como entrenador. “Ha tenido mucha paciencia con nosotras y ha trabajado mucho para enseñarnos cómo ponernos los tacos. Recuerdo el primer entrenamiento que hicimos y fue horroroso, pero, tras mucho trabajo, logramos adaptarnos”, evoca la gernikarra. Y es que, a su juicio, “tanto la pelotari como el público disfruta mucho más con este tipo de material”. Respecto a las manos, Olatz afirma que “nunca he tenido las manos mejor que este verano”, pero todo está supeditado a la preparación de los “tacos”. “Aún me queda mucho por aprender”, sostiene.

EL FUTURO

Si bien Olatz Arrizabalaga tuvo una carrera muy fructuosa en la pala, la gernikarra se encuentra en estos momentos “centrada” en la pelota a mano. “Antes podía compaginar las dos disciplinas, pero actualmente tenemos partidos todas las semanas. Hay bastante actividad y la pelota mixta necesita dedicación”, agrega la vizcaina, quien recita que “el salto de categoría ha sido para bien, porque los tantos son más espectaculares. Me gusta la explosividad”.

De hecho, desde muchos sectores se augura el material rápido como “el futuro”. “Las chicas entrenan con esas pelotas desde que son muy jóvenes y no van a volver hacia atrás, a la goxua. Somos las veteranas las que nos tenemos que adaptar. En mi caso, era el momento de intentar subir ese escalón”, certifica. Llegar y besar el santo. Virtud de camaleón.