Duración: 38:21 minutos de juego.

Saques: 4 de Víctor (tantos 5, 9, 16 y 19).

Faltas de saque: 1 de Irribarria.

Pasas del Cuatro y Medio: Ninguna.

Pelotazos: 170 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 7 de Irribarria y 14 de Víctor.

Errores: 3 de Irribarria.

Marcador: 1-0, 2-0, 2-2, 2-3, 3-3, 3-5, 5-5, 5-13, 6-13, 6-20, 7-20 y 7-22.

Apuestas: No hubo corredores.

Incidencias: Partido correspondiente a los octavos de final del Campeonato del Cuatro y Medio de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Mimetiz de Zalla. Buena entrada. En el primer partido, Ezkurdia-Aretxabaleta ganaron a Olaizola II-Ibai Zabala (12-22).

Zalla - En los prolegómenos del descorche del Cuatro y Medio, Víctor Esteban e Iker Irribarria, encargados de dar el pistoletazo de salida a la campaña invernal, transitaban entre la necesidad de cometer el menor número de errores posible y la paciencia. Lo marcaron en su hoja de ruta como elementos imprescindibles para superar los octavos de final de la jaula, territorio que incomoda al campeón del Manomanista por comprimido y en el que el riojano colecciona caras y cruces. Ni uno ni otro regalaron; sin embargo, el de Ezcaray, espumoso en la elaboración, más volcánico que paciente, realizó el envite perfecto. Víctor lo bordó y está en cuartos de final de la jaula. Desde el saque dio velocidad a la pelota, desnudando a Irribarria, serio pero sometido, fuera de lugar por tener que vivir a contrapelo, siempre en defensa, como un títere, buscando un golpe de poder que no llegó. La realidad es que Víctor le superó por mucho, dando muestras de las características que pueden elevarle a las cotas que necesita Baiko, que espera a un estelarista fijo en su nómina de delanteros con futuro. Con todo, el ezcarayense reveló que tiene profundidad en el saque, mordiente y látigo. Sufrió en el transporte Irribarria, forzado a velocidades de vértigo, sin opción alguna de desnortar a un adversario más serio que nunca.

Y eso que el zurdo comenzó entonado y esforzándose por mostrar un rictus sobrio y elegante. Buscó el pelotazo largo con las dos manos en los primeros compases con la idea de eliminar el peligro del ezcarayense cerca del frontis, funambulista, en vena. ¡Cuidado! La premisa le salió bien para abrir boca y percutió en el txoko para llenar el buche (2-0). Un pelotazo por la pared le provocó el primer problema. Víctor tuvo pelota para sacar y no perdonó, soberbio con la cortada. ¡Bingo! Cambió el signo (2-3), pero no domó a Irribarria, que sumó un gancho y falló un saque-remate (3-4). Aún le quedaban fuerzas al de Arama para igualar en el quinto cartón tras encajar un buen saque del azul.

Un fallo de Iker con la zurda en labores defensivas fue la primera piedra de la derrota. Víctor no hizo prisioneros. Noqueó al guipuzcoano desde el primer golpe, coleccionó dos saque-remates consecutivos y hurgó en la herida de una tormenta perfecta. Sin piedad. El riojano se largó al primer descanso largo siete tantos por delante, autoritario, inspirado (5-12).

Y ya no hubo paz para Irribarria, quien, voluntarioso, se encontró en un huracán que provocó el naufragio. Sin opciones de dominar el tanto, tuvo que afanarse en la defensa a la espera de un yerro que le diera cierto oxígeno. Pero no llegó. No hubo relajo. Víctor, centradísimo, ni contemporizó ni se salió del guion. Solo encajó un gancho (6-13) y una cortada sobre chapa de Irribarria (7-20), a la que siguieron dos fallos del aramarra, el primero una falta de saque.