BILBAO - Hace quince meses, le preguntaban en una entrevista con Tolosaldeko Ataria a Beñat Urretabizkaia si veía la oportunidad de debutar de profesional. El guipuzcoano fue rotundo y dijo que con su edad, 22 años entonces, no creía que fuera posible. La oportunidad le llega con 24.

¿Veía muy lejos durante estos últimos años en aficionados el momento del estreno en profesionales?.

-No me lo esperaba. La cuestión es que cuando jugaba de delantero ya me habían llamado un par de veces para ir a entrenar. Sin embargo, el debut ha sido cosa de un mes. Empecé a ensayar en el club junto a Mikel Olaetxea -exprofesional de Asegarce- y de cachondeo me puso de zaguero. Terminé el entrenamiento y me dijo que me veía bien. Otro día me comentó que había hablado con Rubén Beloki para ir a entrenar con ellos un día. Al principio les dije que no, porque siendo delantero y con 24 años me daba un poco de vergüenza. Así, sin más, fui hace dos semanas al Beotibar de Tolosa y Berasaluze y los técnicos me explicaron que se habían quedado contentos con mi rendimiento. Me propusieron que fuera otro día y durante la semana se dijo que podía salir la oportunidad del debut. Habiendo otros tres pelotaris con precontrato, yo ni me lo creía. Entrené y, tras terminar, me sacaron el contrato para firmar.

De un entrenamiento medio en broma ha pasado a profesionales.

-Más o menos, algo así ha sido.

Debuta el próximo lunes en Tolosa, ¿cómo está?

-Estoy ilusionado. Tengo muchas ganas de que llegue el día.

Siempre ha sido delantero.

-Solamente he jugado una vez de zaguero. Soy entrenador en un club de al lado de Tolosa y, durante las fiestas, traemos a profesionales y antes hacemos un campeonato de aficionados. Necesitábamos un zaguero y me puse yo. Lo hice muy mal (risas). En un año han cambiado las cosas.

Desde los últimos años, las empresas se dedican a hacer debutar a pelotaris que no alcanzan prácticamente la veintena. Usted tiene 24 años y cambia un poco la tendencia. Llega un pelotari hecho.

-En los últimos años hemos podido ver cómo han debutado pelotaris de esas edades y, mientras tanto, yo he jugado mucho en el campo aficionado. El año pasado, por ejemplo, actué en 90 partidos. En mi caso, me he dado cuenta de que cambia todo: la velocidad, la exigencia... Además, me estrenaré en un puesto que no es el mío. Eso sí, en el mano a mano siempre me he sentido cómodo. Así, a la hora de restar saques tengo el rodaje ganado. Pero es todo nuevo.

¿Dónde reside la diferencia entre el campo aficionado y el profesional?

-Sobre todo, en el ritmo. Son otras pelotas y el físico es importante.

¿Cuesta administrar las fuerzas?

-Puede ser. Aquí sales a tope y, en el tanto dieciséis, no puedes más. Antes, quizás dominaba yo, pero ahora me va a tocar estar dominado. Poco a poco iré cogiendo la distancia.

¿En qué le dicen los técnicos de Asegarce que tiene que hacer hincapié en su reconversión a la zaga?

-Sobre todo, en la constancia a la hora de jugar. Si hay que pegar mil pelotazos, tengo que dar mil. Como siempre había sido delantero, todo el mundo me decía que tenía que rematar; sin embargo, en las últimas semanas, me cuentan que tengo que seguir, tener paciencia y se constante.

¿Tiene vicios de delantero?

-Sí, todavía me queda alguno. A veces se me va la cabeza un poco y empiezo a echar dejadas. Aun así, he jugado bastante mano a mano y sé trabajar los tantos. Es una ventaja.

Juega junto a Arretxe II ante Tainta-Beroiz en los Carnavales de Tolosa. ¿Cómo ve el partido del debut?

-Tainta es un pelotari muy duro y Beroiz, aunque ahora no esté jugando en Primera, es un pelotari de Primera. Me tocará trabajar e Iker me ayudará mucho. A priori, será un duelo difícil. Normalmente suelo coincidir con los mismos y nos conocemos.

¿Cómo lleva el trabajo físico?

-He pasado de hacer nada o casi nada a entrenar todos los días. El cuerpo lo está notando y se está adaptando. No sé si es la tensión o qué, pero estoy adelgazando. Me dicen que es bueno a la larga.

¿Quién ha sido su referente en la pelota durante su infancia?

-Al haber sido delantero, mi ídolo siempre fue Titín III. Me gustaba su forma de jugar. También se fija uno en pelotaris como Aimar Olaizola o Juan Martínez de Irujo.

¿Cree que el hecho de cambiar de posición puede poner más el foco en usted?

-Creo que sí y entiendo que, a la hora de criticar, me criticarán más. De no haber entrenado nunca a salir de zaguero, impacta. La verdad es que a mí me da igual. Si ya jugando bien, a veces te critican; jugando mal, también lo harán. A lo hecho, pecho. Esto es lo que hay.

Puede ser beneficiosa su edad.

-Eso sí que es verdad. Tengo 24 años y sé lo que hay en el campo aficionado y cómo funciona. No es lo mismo tener 18 y que te critiquen que tener 24. Lo manejas de forma distinta.

¿Cómo valora su etapa como aficionado?

-He conocido a mucha gente y he hecho un montón de amigos. He tenido la oportunidad de viajar a México y he jugado mucho en partidos de fiestas y con Garfe.

Pelear contra manistas con experiencia es vital para curtirse.

-Sin duda. Cuando pasas a sénior, puedes jugar contra pelotaris experimentados que te hace aprender de ellos. Cuando te crees que eres el mejor con 18 años y viene uno de treinta y pico y te deja en dos, es cuando uno se hace fuerte.