El Cross Internacional de Zornotza inició una nueva etapa en la historia. En una fecha diferente debido a la reestructuración del calendario de atletismo, el ambiente navideño con su frío y sus habituales precipitaciones dieron paso a una carrera disputada en octubre con los rayos de sol todavía muy presentes y haciendo que los participantes se enfrentaran a la prueba en temperaturas muy agradables para correr. También es decisivo en este nuevo capítulo su inclusión dentro del circuito mundial de campo a través diseñado por la Federación Internacional. La prueba de Amorebieta fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a esta competición y eso hizo que su nivel de corredores aumentara aún más. Estos ingredientes hicieron que se viera una carrera muy rápida, en la que el eritreo Awet Habte y la burundesa Francine Niyomukunzi consiguieron hacerse con la txapela zornotzarra.

Todos estos cambios dieron un nuevo toque al Cross Internacional de Zornotza, pero su esencia se mantuvo intacta. El circuito de Jauregibarria mantuvo su exigencia y sus continuas subidas y bajadas encadenadas provocaron más de un calentón a la carrera. Solo faltó el barro para añadir más dureza a la prueba y esa ausencia la aprovecharon tanto los atletas de la carrera masculina como las de la femenina. El trazado completamente seco permitió que la prueba se disputara a altas velocidades y los kilómetros se corrieron muy cerca de la barrera de los tres minutos, una prueba clara del alto ritmo que se vivió en Amorebieta, más propio casi de las carreras de asfalto.

La primera en imponer ese ritmo arrollador fue Niyomukunzi. La carrera femenina comenzó agrupada y la atleta de Burundi no quiso esperar para romperla completamente. Se marchó en solitario en los primeros kilómetros y el esfuerzo de sus perseguidoras hizo que todos los grupos quedaran disueltos y se viviera una lucha de poder a poder entre todas las atletas, cada una separada considerablemente de su perseguidora. Niyomukunzi amenazó con tener una jornada plácida, pero la eritrea Dolshi Tesfu no tiró la toalla. Era la principal favorita a hacerse con la victoria y dejó clara su calidad con una remontada de mucho mérito. Este esfuerzo hizo que las dos primeras clasificadas llegaran a la par a las dos largas rectas finales y ahí la burundesa aprovechó su mayor punta de velocidad para ganar en un igualado esprint. La otra sorpresa del día fue el tercer puesto de Isabel Barreiro.

Muy peleada

En la carrera masculina, ningún atleta pudo destacarse en los primeros kilómetros, pero eso no fue debido a que fuera muy lenta, todo lo contrario. Los atletas africanos se alternaron en la cabeza y pelearon con uñas y dientes por el puesto de honor, la iniciativa fue cambiando, mientras el resto de competidores fue cediendo en un goteo constante de corredores. Esa lucha de poder quedó rota definitivamente a falta de dos kilómetros y medio para la meta. Habte aceleró y comenzó su exhibición. El eritreo voló sobre la hierba de Jauregibarria y bajó de los tres minutos en los tres kilómetros finales. Imposible de alcanzar para sus rivales, cruzó la meta en primer lugar. El segundo puesto fue para Oussim Oumaiz, que dio una auténtica lección táctica. El malagueño quedó rezagado en el primer cambio de ritmo, pero guardó fuerzas para subir su velocidad en el último kilómetro y remontar a todos sus rivales excepto al ganador del día. El tercer lugar fue para el también eritreo Yemane Haileselassie.

Prueba masculina

Prueba femenina