- Emma Raducanu completó lo que ha sido un cuento de hadas en Nueva York. La británica, en el segundo Grand Slam de su carrera, se convirtió en la primera tenista que gana un grande partiendo desde la previa. La británica, que recoge el testigo como referente de tenis de su país, ha jugado diez partidos en el US Open y no ha perdido ni un set. En la final de ayer, se impuso a Leylah Fernandez por 6-4 y 6-3 en el duelo de adolescentes, de teenagers, el noveno en la historia y el primero desde 1999, que ha incendiado el último Grand Slam del año. Porque ninguna de las dos finalistas había nacido cuando se produjo en atentado de las Torres Genenlas del que justo ayer se cumplieron 20 años.

La ganadora recibió el premio a su valentía ante un rival que sufrió para imponer su dominio con el servicio. Raducanu se lo hizo pagar y siempre llevó la iniciativa. No puede hablarse de que ganó la más experta, porque ambas jugadoras se lleven meses y por ejemplo hace tres años se enfrentaron como juniors en Wimbledon, pero la británica mostró más empaque y claridad de ideas mientras que a Fernandez pareció pasarle el escenario y el mayor esfuerzo realizado para llegar hasta la final.

A Raducanu no le tembló el brazo y cerró el partido con un saque directo. Desde luego, ha aprendido rápido porque en el pasado Wimbledon se retiró en octavos de final al sentirse agobiada por la presión. Unos pocos meses después, ya es campeona de Grand Slam y da un salto en su carrera extraordinario ya que se mete entre las 25 primeras del mundo cuando llegó a Nueva York como la 150. Es la ganadora más joven de un Grand Slam desde Sharapova en 2004 y la primera británica desde que Virginia Wade se llevó Wimbledon en 1977.

Novak Djokovic está a un paso de convertirse en el tenista más legendario. El serbio jugará hoy ante Daniil Medvedev su novena final en el US Open, su trigésimo primera de Grand Slam en busca de lograr su vigésimo primer grande y el cuarto este año, algo que en el tenis masculino de la Era Open solo ha logrado Rod Laver. El mito australiano lleva unos días en Nueva York por si tiene que hacer honores a Djokovic, que venció a Alexander Zverev en una semifinal excelente que se prolongó durante tres horas y media y cinco sets: 4-6, 6-2, 6-4, 4-6 y 6-2.

"En este tipo de partidos preferiría jugar contra cualquier otro. Al final, Djokovic siempre encuentra la forma de lograr los puntos que necesita", reconoció el alemán, que estrelló su racha de 16 triunfos seguidos ante la coraza mental del jugador de Belgrado en un partido que acabó en un listón altísimo de exigencia. Zverev puso todo de su parte, como salvar una bola de set en el tercer parcial tras un intercambio de 53 golpes, pero tuvo que ceder ante un deportista que desde hace dos semanas está en una misión histórica. "Voy a tomarme el partido como si fuera el último de mi carrera", anuncia Djokovic sobre la final ante Medvedev, repetición de la que se jugó en febrero en Australia y cayó del lado del serbio con facilidad en tres sets. En el duelo particular entre ambos manda Djokovic por 5-3.