Aunque al Zubileta Evolution Zuazo aún le queda un partido para terminar el curso, el que le enfrenta esta tarde, a partir de las 19.00 horas en Lasesarre, ante el Salud Tenerife, el club ya planifica el año siguiente en División de Honor. Su técnico Joseba Rodríguez, que afrontará su cuarta temporada en el banquillo rojinegro, habla de un cambio de ciclo impulsado por la marcha de jugadoras clave como Ainhoa Hernández, Maddi Aalla, June Loidi, Maider Barros y Oihane Manrique.

¿Qué le llevó a renovar un año más con el Zuazo?

-Mucha gente me ha preguntado por cómo me adentraba en la aventura de continuar una temporada más en un club con problemas económicos y con futuro incierto; pero en los últimos meses se ha visto un rayo de esperanza. Me gustaría darle continuidad al proyecto que comenzamos hace tres temporadas y que el Zuazo comenzara a pelear de una vez por todas con los equipos de mitad de tabla. Quiero dejar la parte baja y ese es un reto bonito que me apetece afrontar y del que me veo capaz. Por eso renové con el Zuazo.

Entonces no les costó al club y a usted ponerse de acuerdo.

-No, tampoco tuve más ofertas. El único club que se interesó por mí fue el Zuazo, pero aún así me quería quedar porque ellos apostaron por mí para entrenar por primera vez en la élite y les estoy muy agradecido. Es el momento de que todos arrimemos el hombro, es momento de quedarse. Hasta que no sienta que se ha acabado mi ciclo quiero seguir dándoles las gracias de esta manera. Además, soy un tío familiar y Barakaldo tiene el plus de que puedo seguir viviendo en casa.

Aún les queda un partido, pero con la permanencia asegurada, ¿qué valoración hace de la temporada?

-Ha sido la temporada más dura que he vivido como entrenador y como jugador. Se me ha hecho muy larga porque ha habido parones, confinamiento y los protocolos diarios del covid-19 se hacen muy cansados. Hemos llegado al final del curso casi sin fuerzas y si a eso le sumas que no hemos cumplido los objetivos marcados pues ha sido una temporada desilusionante. Necesitamos llegar al final, renovar la mente y coger fuerzas para la temporada que viene porque si se mantiene la idea de hacer un grupo de 14 equipos y 4 descensos, va a ser muy dura.

El partido de esta tarde va a ser la despedida de jugadoras muy importantes como Ainhoa Hernández.

-Cuando perdimos ante Porriño perdimos la oportunidad de quedar primeras, ahora solo aspiramos al segundo puesto. Aún así siendo el último partido y despidiendo a Ainhoa, que es un estandarte del Zuazo, nos gustaría hacerlo de la mejor forma posible. Si no es ganando, al menos haciendo un buen partido y que quede un buen juego en el recuerdo.

Pero no solo se va Ainhoa, también Maddi Aalla, June Loidi, Oihane Manrique y Maider Barros. ¿Cómo afronta esas marchas como entrenador?

-Esto pasa en todos los deportes, de repente se te van cinco jugadoras y tienes que reinventarte. El Zuazo está en ese momento. Se cierra un capítulo y tienes que empezar otro, pero no por eso vamos a tirar la toalla. Hay que pesar que el Zuazo es mucho más que una jugadora o un entrenador, que hay muchas niñas de base y que por qué no pensar que puede llegar otra Ainhoa en el futuro. Hay que mirar el pasado con cariño, pero no con nostalgia.

Es la primera vez desde que llegó al Zuazo que le toca rehacer el equipo. ¿Cómo tiene pensado hacerlo?

-Lo primero es que no hay mucho dinero para grandes fichajes. Se nos van jugadoras top, una medallista mundial, una debutante con la absoluta, una fija en la selección B... Intentar tapar ese hueco con jugadoras del mismo nivel va a ser imposible porque no tenemos esa capacidad económica. Pero a veces con jugadoras de un nivel medio que se acoplan bien y captan la filosofía de juego se pueden hacer grandes cosas.

¿La intención es tirar de cantera y alrededores?

-Sí. Lo primero que hacemos para intentar suplir una baja es mirar lo que tenemos y, a partir de ahí, empezar a mirar a Bizkaia y Gipuzkoa. Pero el Bera Bera también se está nutriendo de jugadoras vascas y no hay materia prima para nutrir dos equipos de División de Honor. Así que esta vez va a ser complicado hacer un equipo con tanta vizcaina y probablemente nos tocará mirar fuera de las fronteras vascas.

El club lanzó un grito de ayuda por sus problemas económico. ¿Obtuvieron respuesta?

-Sí que se ha abierto una puerta a la esperanza. No sé hasta qué punto se consagrará en un patrocinio o en un ayuda, pero el hecho de que yo haya renovado y estemos hablando de renovar la plantilla para el año que viene quiere decir que el club tiene la esperanza de competir en División de Honor.

¿Cree que los problemas extradeportivos pasaron factura en los resultados?

-En el tramo final creo que sí, aunque fuera inconscientemente. La publicación del comunicado del club coincide con el bache más gordo de la temporada. Cuando perdimos tres partidos seguidos al comienzo de la segunda fase dando, además, muy mala imagen dentro de la pista. A nivel mental eso fue la gota que colmó el vaso. La plantilla bajó un poco los brazos y comenzó a sentir el cansancio de la temporada.

¿Condicionarán la temporada que viene?

-Hombre, cierto es que lanzar ese SOS hace que las jugadoras puedan ser reacias a venir, que les entren dudas; pero soy optimista y creo que podremos hacer un equipo competitivo. Ya tenemos el cartel de favoritas al descenso para el año que viene, pero hay que demostrar que podemos pelear por cotas más altas.