¿Por qué decidieron impulsar este campeonato al margen de la Federación?

-Somos un grupo de jóvenes aizkolaris, una nueva generación en la que todos tenemos ideas parecidas para el futuro. Tras unas conversaciones con la Federación, no muy exitosas, decidimos tomar nuestro camino. Sobre todo, porque la Federación había dicho que este año no iba a organizar ningún campeonato y empezamos a organizar el nuestro. Tampoco queremos ir en contra de nadie ni de nada. Queremos hacer nuestro camino y que sea en favor de la aizkolaritza y de los herri kirolak en general. Veíamos que el camino de los últimos 30 años estaba un poco estancado y decidimos arriesgarnos por un nuevo camino.

¿Qué quieren mejorar?

-Primero, queremos cambiar la imagen. Queremos diferenciarnos, porque hasta ahora era igual ver un campeonato de los años 90 que de los años 2000. Podía ser cualquier campeonato. Queríamos adaptarnos a los nuevos tiempos. Por ejemplo, hemos creado una página web con la información del campeonato -aizkolaritxapelketanagusia.eus-, y un perfil de Instagram. Decidimos empezar por esa red social porque queríamos captar a nuevas generaciones que se acercaran al mundo de la aizkolaritza, y que fuera también una red social educativa, explicando qué es la aizkolaritza, de dónde vienen los troncos, las hachas, la madera, quiénes somos nosotros. También hemos hablado con la televisión para buscar nuevos ángulos. Hemos cuidado más el envoltorio, por decirlo así. Ya se verá en la final. Es una pena que este año sea sin público, pero seguro que muchas cosas se verán por televisión.

¿Han conseguido organizar el campeonato que tenían en mente?

-La verdad es que no. Todavía tenemos cosas en la recámara. Pero sí que es un camino hacia ello. Este va a ser un campeonato un poco más clásico deportivamente, porque al final va a sustituir al Campeonato de Euskadi, y es el que se va a tener en cuenta en las hemerotecas y en el palmarés de los aizkolaris en el futuro, y en ese sentido la labor va a ser la misma, con cuatro kanaerdikos, cuatro troncos de 60 pulgadas y cuatro de 72. Sin público y con todos los problemas sanitarios que estamos pasando, están siendo tiempos difíciles para hacer las cosas como es debido, pero estamos contentos con lo que vamos a hacer.

La Federación no les permitió usar el nombre de Campeonato de Euskal Herria.

-Por eso no se llama así y se va a llamar Aizkolari Txapelketa Nagusia, pero es donde se encuentran los mejores deportistas. Es como cuando en el fútbol primero se llamó Copa de Europa, y luego Champions League, cambiando de formato y de nombre. Al final, donde compiten los mejores deportistas es el campeonato más relevante.

La final tendrá que disputarse sin público.

-Hemos hecho lo posible y lo no posible para que hubiera público. Hemos cambiado la final de lugar, porque la final iba a ser en Navarra, y debido a la situación sanitaria, la pasamos a Bilbao. La final iba a ser en noviembre, y tuvimos que pasarla a diciembre. Todo ha sido en balde y lo único que hemos hecho ha sido perjudicar nuestra preparación. Todo ha sido para que nos apoyase el calor del público, pero lo hemos tenido que dejar a un lado. No entendíamos este campeonato sin público, pero no ha habido otra.

¿La falta de espectadores les supondrá un revés económico?

-Indudablemente, y tenemos que agradecer su esfuerzo a Sherpa.ai, la empresa patrocinadora del campeonato, y a Xabier Uribe-Etxebarria, porque gracias a ellos este campeonato sigue adelante. Nosotros también hemos aportado todo lo que hemos podido. Indudablemente, será un traspié económico, pero esto demuestra las contradicciones de la Federación, que decía que nosotros por lo único que queríamos organizar el torneo era por interés económico y estamos viendo que eso no es así.

La Federación les acusó de primar la economía a la solidaridad.

-Eso es. Ya se está viendo que no es así. Este campeonato nos ha costado a todos de nuestro bolsillo. Estamos haciendo una apuesta de futuro, y somos solidarios al 100%. En este caso, además, vamos a ser la final de promoción a la vez, sin dejar a nadie de lado.