El sueño de Zierbena de hacerse con la primera Bandera de La Concha deberá esperar al menos un año más. Los galipos volvieron al escenario de 2018, a ese lugar privilegiado de pelear por la victoria general en el segundo domingo. Pero otra vez la historia se repitió. Hondarribia fue el verdugo de las ilusiones de la trainera vizcaina al igual que sucedió en 2018. La Ama Guadalupekoa acabó con todas las esperanzas de la cuadrilla preparada por Juan Zunzunegui y se embolsó su tercera Bandera de La Concha consecutiva. Ese espíritu de remontada quedó hundido ante el potencial hondarribitarra. Los entrenados por Mikel Orbañanos fueron los indiscutibles dominadores de la cita donostiarra y ni siquiera permitieron que asomara ni el más pequeño indicio de esperanza para sus rivales. Dominó cada escenario de la siempre compleja regata. Aguantó en los pocos momentos de sufrimiento con los que se encontró y brilló con el viento de cara. Zierbena no realizó una mala regata, incluso llegó a ser superior al resto de las traineras participantes, pero le tocó enfrentarse a una tripulación que en los últimos años domina con mano de hierro la bahía de La Concha.

La presente Ama Guadalupekoa dibuja una racha para la historia. Son tres ya las Banderas de La Concha que atesora de forma consecutiva y su dominio en la bahía donostiarra es una evidencia. Con condiciones de todo tipo, los hondarribitarras siempre se supieron adaptar y acabar ondeando la bandera. Sin ganar jornadas en 2018 y con exhibiciones en 2019 y 2020. La jerarquía de la embarcación verde es un muro para Zierbena, que en dos de esas tres ocasiones se erigió como el rival más directo de los hondarribitarras, en esta última vez el único que rivalizó con ellos. Siempre el desolador segundo puesto se cruzó con la trainera vizcaina. El desembarco de ayer fue una contradicción de sensaciones para los galipos. La pena y la rabia mandaron pero al mismo tiempo también quedó un pequeño deje de satisfacción por la buena regata realizada y que no se tradujo en el premio deseado debido a que una de las mejores traineras de los últimos años se cruzó en su camino.

La Bandera de La Concha se entrega en la segunda jornada pero su destino empieza a tejerse en la primera. Pocas veces las remontadas llegan a buen puerto y más cuando son superiores a los cinco segundos. Romper la estadística era una de las metas de Zierbena. Ser una de esas pocas tripulaciones capaces de realizar volteretas cercanas a los diez segundos. Aunque para lograr una gesta de este tipo no solo es necesario rendir a la perfección. El mar tiene que ejercer de aliado y el rival sufrir una mal día. Ni uno de esos condicionantes se cumplió ayer. El mar, aunque proclive para abrir distancias y con una ola vaga capaz de dar un buen impulso, estuvo lejos de ser un escenario de supervivencia. Por su parte, Hondarribia se mostró como suele ser habitual en las grandes citas. Fue un adversario tremendamente sólido y cuando tuvo la bandera en el punto de mira no la dejó escapar. La cabezonería de Zierbena no le permitió claudicar pero los hondarribitarras llegaron a degustar la victoria desde la entrada en la bahía.

La victoria hondarribitarra no llegó por falta de empeño de Zierbena. Los galipos contaron con el lastre de los ocho segundos en contra y no tuvieron miedo a romper la regata desde la primera palada. Fue un órdago desde la txanpa inicial. Salida poderosa para dejar claras las intenciones y poner el listón de la regata muy alto. Sin especular lo más mínimo y una amenaza de veinte minutos de agonía para su rival. Hondarribia recogió ese guante y no guardó fuerzas de cara a una posible vuelta demasiado larga. Los entrenados por Juan Zunzunegui abrieron las hostilidades, Hondarribia aguantó entero y Santurtzi y Orio cedieron los primeros metros del día. Todo quedó en cosa de dos.

El duro golpe de Zierbena lo encajó con entereza Hondarribia. Los líderes de La Concha no solo se agarraron a la estela galipa también fueron capaces de contraatacar. Los dos segundos favorables se convirtieron en un dos en contra para los entrenados por Zunzunegui. La Ama Guadalupekoa La ventaja se fue hasta los cuatro segundos y eso obligó a Zierbena a realizar una maniobra arriesgada. En la ciaboga, Hondarribia giró sin apuros y los galipos se abrieron demasiado perdiendo otro segundo adicional.

Fue un contratiempo al plan inicial. Zierbena no fue capaz de destrozar la regata con su poderoso arranque y el objetivo de meter el miedo en el cuerpo a Hondarribia no se logró. Aunque en la cuadrilla galipa ir a la par de la Ama Guadalupekoa en el largo de ida no le provocó un nerviosismo extremo. Era una opción muy real visto el nivel dado por los hondarribitarras en el último mes y la fortaleza que hay en sus tostas. En Zierbena siempre tuvieron claro que la regata se iba a decidir en el largo de vuelta y trataron de engancharse a esas primeras olas para recortar la diferencia y empezar el mano a mano de nuevo de cero, con la ventaja que suponía tener una calle más cercana a la isla.

Tampoco pudo ser. Hondarribia dio otro recital de navegar en popare y ahí las esperanzas galipas menguaron a toda velocidad. La distancia no se movió lo más mínimo e incluso se amplió un segundo más. Zierbena pegó y pegó, pero los hondarribitarras esquivaron los zarpazos de su rival uno tras otro. La velocidad de crucero impidió toda remontada posible y la embarcación vizcaina se tuvo que conformar con viajar al mismo ritmo que su rival, incapaz de remontar lo más mínimo en la primera parte de la vuelta.

El buen hacer de Hondarribia convirtió la remontada en una misión imposible. A los ocho segundos de la primera jornada, hubo que sumarle otros siete durante varias fases y con cada vez menos metros para realizar la heroica. Sin embargo, en Zierbena tienen ese gen competitivo que les impide rendirse. Esa lucha hasta la última palada por realizar lo imposible. Los galipos no se dejaron llevar una vez sentenciada la Bandera de La Concha. Cabezones hasta el final, apretaron y apretaron para colocarse a cuatro segundos. Fue un baile de olas entre las dos embarcaciones. Las dos acertaron y la distancia osciló siempre entre los cuatro y siete segundos. A Zierbena le faltó el error hondarribitarra. Los fronterizos rozaron la perfección en todo momento y una vez que entraron en la bahía disfrutaron de su merecido triunfo.La Bandera de La Concha de 2020 quedará como una exhibición de Hondarribia, que no se convirtió en un paseo militar debido a la resistencia impuesta por Zierbena. El resto de los botes fueron testigos de un duelo disputado demasiado lejos de su posición.

la sotera, en el podio

La tercera posición en la regata fue para Orio. Los oriotarras no fueron candidatos a hacerse con la victoria en ningún momento pero eso no les impidió exprimirse hasta la última palada. La San Nikolas se midió con Santurtzi en la tanda de honor de la jornada de ayer mientras Zierbena y Hondarribia vivieron otra batalla. Los oriotarras se aprovecharon de una mala maniobra de la Soterapara poner pies en polvorosa y asegurarse el tercer puesto. Por su parte, los entrenados por Iker Zabala acabaron quintos en la regata y terceros en la bandera.

Antes, en la primera tanda, Urdaibai, que naufragó en la primera jornada, se hizo con la victoria gracias a una bonita remontada en la bahía. Los bermeotarras sufrieron en la salida pero luego supieron aprovechar las condiciones del campo de regatas para adelantar en los metros finales a Donostiarra. Esta actuación sirvió para quedar cuarto en el día. Sin embargo, la Bou Bizkaia se quedó fuera de los puestos de la tanda de honor.

Bandera de La concha

Segunda jornada

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