NDARROA fue la sorpresa positiva de la última semana. Acabó en tercera posición en el estreno de la ETE y conquistó el Campeonato de Bizkaia en aguas de Lekeitio. No solo venció, si no que lo hizo con autoridad, superando en más de veinte segundos a todos sus perseguidores. Su tripulación es la misma de la temporada pasada, pero su rendimiento es completamente diferente. En una plantilla tan joven como la ondarrutarra cada año es oro, cada entrenamiento y cada regata suponen un aprendizaje. Pero si a esa experiencia obtenida se le suman grandes cantidades de trabajo e ilusión, el crecimiento está asegurado. Ondarroa está en la cresta de la ola. Es el momento de recibir alabanzas y confirmar que lo trabajado funciona, pero este buen momento no confunde a las ondarrutarras, que siguen con los pies en el suelo y saben que al más mínimo despiste todo puede cambiar en una competición tan igualada.

Nagore Osoro y June Aranbarri son las encargadas de preparar la trainera de Ondarroa. Fue su primer título como entrenadoras pero la satisfacción iba más allá de la victoria conseguida. “Estoy súper contenta. Para todas las chavalas era su primera bandera ya que nunca habían ganado nada en las categorías inferiores. Estaban con muchísima ilusión por empezar ganando y además un Campeonato de Bizkaia. Nosotras como entrenadoras estamos súper orgullosas de ellas porque nos lo ponen muy fácil”, declara Aranbarri. La mayoría de esta tripulación solo lleva dos años de trainera y muchas de ellas todavía están en edad juvenil. Pero esa falta de experiencia queda compensada de sobra con el trabajo diario. “El mérito lo tienen ellas. Nosotras ponemos el bote e intentamos atenderlas bien. Como lo llevan es una pasada. Yo que he estado en otros equipos puedo decir que es impresionante lo disciplinadas que son para lo jóvenes que son”, opina la remera y entrenadora ondarrutarra.

Osoro y Aranbarri tienen muchas banderas en su haber. Vivieron la época dorada de Zumaia y en su palmarés aparecen dos ligas de la ACT y una Bandera de La Concha. Pero entre tanta victoria, no apareció hasta el miércoles el Campeonato de Bizkaia. “Habíamos ganado el de Gipuzkoa pero nunca el de Bizkaia en trainera. Para mí fue especial porque fue con Nagore, con mi hermana que este año ha debutado y porque iba con una de la cuadrilla en el bote. Aunque sobre todo fue especial por compartirlo con las demás remeras”, comenta Aranbarri. Fue un estreno y también un reencuentro con la victoria, algo que no habían disfrutado desde que ganaran en 2015 la Bandera Euskotren en Portugalete. Aunque la del miércoles siempre quedará como ese primer triunfo logrado como entrenadoras y con la trainera de casa.

Firmar un inicio mejor que el vivido sería “surrealista” para las entrenadoras ondarrutarras y miran con cautela lo que queda de temporada. “Queremos ir regata a regata porque no sabemos que margen de mejora tiene el resto. Si se rema bien estaremos contentas. Vamos a rotar y creo que es posible evitar la última tanda de la clasificación”, opina Aranbarri.

En un año lleno de incertidumbre, con los entrenadores teniendo que probar cosas nunca realizadas, Osoro y Aranbarri dieron con la clave para comenzar con buen pie la temporada. “Hicimos las pruebas de ergómetro personalizadas antes del confinamiento y eso fue un acierto. Cada remera tuvo sus pulsos, intensidades, analíticas y su suplementación bien puesta para afrontar estos meses. No hemos podido entrenar al cien por cien pero le metimos mucha zurra. El equipo descansó, entrenó bien, muy específico y no perdonó ni una”, declara Aranbarri. Las dos ondarrutarras confirmaron con este inicio que la preparación funciona y que apostar por las remeras de casa como entrenadoras puede dar resultado: “Muchas veces los fichajes que se hacen de entrenadores son gente que tiene una trayectoria y pocas veces se confía en mujeres como entrenadoras, más si son jóvenes y nunca lo han sido antes. Fue una satisfacción de la leche ver cómo va la trainera y eso también significará algo”, opina. La reivindicación de dos ondarrutarras que tocaron el cielo como remeras fuera de casa y ahora ayudan a que la trainera de casa crezca por encima de las expectativas.

Este solo es la segunda temporada de trainera de la mayor parte de la joven tripulación de la embarcación ondarrutarra