A tripulación de Lekittarra es más que una tripulación al uso. En sus tostas hay un sentimiento especial, una unión del remero con la trainera que solo se consigue tras muchos años vinculado a un mismo proyecto. Amigos, primos, compañeros de estudios€ forman la gran familia de Lekittarra y sienten una sensación de pertenencia enorme cada vez que se suben a la embarcación del pueblo. La trainera de Lekeitio es una de las clásicas de la competición, uno de los socios fundadores de la ACT y que actualmente vive en una situación de supervivencia. Tras muchos años en las categorías inferiores del remo, lograron ascender y luego asentarse en la Eusko Label Liga. Ahora, no quieren perder ese lugar de privilegio y lucharán para mantenerse entre los mejores pero sin renunciar a sus señas de identidad y con la gente de la casa como principal bloque del equipo.

Falta menos de una semana para el inicio de la competición y todos los equipos continúan en ese proceso de adaptación forzada creado después de tantos meses con el ergómetro como único aliado de los entrenamientos y sin poder salir de casa. Es un trabajo a contrarreloj que en Lekeitio también están viviendo en estas fechas. Toca hacer bloque en el agua y también adaptar el cuerpo a los esfuerzos que parecían olvidados. "Físicamente no hemos perdido mucho pero es verdad que por mucho que trabajemos en el ergómetro, no es lo mismo. Es una musculatura parecida pero diferente y falta adaptación", comenta Osertz Alday. Los remeros de Lekittarra están inmersos en un trabajo en el que siempre parece que faltan horas y las secuelas de los entrenamientos se notan en los cuerpos. Pero este año esos peajes que deben pasar, a pesar de ser más grandes de los habituales, empiezan a ser pagados de sobra por la ilusión de la competición.

A la hora de mirar la clasificación del curso anterior y analizando la plantilla, las previsiones sitúan a Lekittarra en la pelea por la salvación. Dejar a dos detrás es la primera meta de los vizcainos, pero Alday apuesta incluso por ir con más calma y buscar metas aún más cercanas: "En principio me suele gustar ir poco a poco. Primero tratar de sacar el mayor rendimiento posible del equipo y a partir de ahí ver dónde estamos. Sin descartar que el objetivo principal es seguir un año más en esta liga". Lo que no quiere que ocurra el preparador hondarribitarra es que exista esa sensación de no haber dado todo lo que tienen dentro, no quedarse con ninguna espina y tratar de sacar el máximo jugo a este curso atípico. "Sin conseguimos dar nuestro nivel y si tuviésemos que bajar creo que sería distinto. Lo malo sería perder esa plaza sin haber podido disfrutar del año, de la temporada y con esta situación especial", reconoce. La situación creada por el coronavirus hace que los equipos no miren tanto a los resultados directos y se centren de disfrutar al máximo tratando de llegar a su máximo rendimiento.

Para lograr estos objetivos, Alday cuenta con una plantilla bastante similar a la del año pasado. La gente de la casa vuelve a formar el bloque principal y los remeros llegados desde fuera aportan ese plus necesario para competir en la Eusko Label Liga. "Intentamos trabajar sobre todo cara al futuro con la gente y los recursos que tenemos. Eso hace que la evolución sea más lenta y que no haya grandes cambios. Pero vas formando a la gente, dando pasitos adelante y eso es lo bonito, ver en los remeros esa progresión y esa filosofía del club", apunta. Esa manera de trabajar provoca que los propios remeros sean más que bogadores que pasan por la trainera y se dedican exclusivamente a remar, tantos años con una misma filosofía crea una unión especial: "Se siente parte del club y lo dan todo. Es otra forma de sentir unos colores y un equipo. Si puede salir de esa forma y disfrutar de regatas de alto nivel, ya es un logro de cara a la valoración del año", opina el entrenador de Hondarribia.

Esta situación puede suponer un valor añadido en este curso excepcional. Los tiempos para adaptarse a la trainera son mucho menores de lo habitual y en Lekittarra tienen una remada ya asentada tras muchos años trabajando con el mismo entrenador y bloque: "Tenemos un bloque muy grande que es como si fuera una familia y llevan muchos años remando juntos. Eso favorece y ayuda. Ahora para andar a un nivel que exige la ACT no es suficiente solo con eso. Para avanzar en esta situación especial puede ayudar pero no marcará diferencias", reconoce Alday. Esa familia tratará de mantener su unión y hacer que su manera de trabajar continúe un curso más en la máxima competición del remo.

Remeros

La tripulación de Lekittarra está compuesta por remeros que llevan muchos años en el club y entiende su filosofía

El principal objetivo que se marcan desde la cuadrilla vizcaina es sacar el máximo rendimiento posible a la trainera