L acusado mantuvo su rodilla sobre el cuello del señor Floyd durante 8 minutos y 46 segundos, de los cuales 2 minutos y 53 segundos fueron después de que el señor Floyd dejara de responder a estímulos". Este fragmento es parte del documento que presenta la Fiscalía del condado de Hennepin, Minnesota, Estados Unidos, contra el agente de policía Derek Chauvin, imputado por el asesinato de George Floyd. Otro rastro de la violencia policial. Otra brutalidad contra una persona negra. "Ya hemos tenido suficiente".

El pasado viernes, el presidente de los EE.UU., Donald Trump, se refugió en el búnker de la Casa Blanca. En las afueras, manifestantes por la muerte de Floyd trataban de saltar las vallas del palacio presidencial. Los deportistas, desde las diferentes formas que puede adoptar el proceso de comunicación, estallaban contra el racismo.

El 25 de mayo, la Policía atendió la queja de un tendero por un supuesto billete falso de 20 dólares. El informe de la Fiscalía recoge que la Policía detuvo a Floyd, con quien forcejeó al no querer acceder al vehículo policial. Floyd fue tirado al suelo y el agente Chauvin presionó con la rodilla el cuello del presunto infractor. "No puedo respirar", "mamá", "por favor", fueron los últimos susurros de Floyd, grabados en vídeo por un transeúnte. Poco después, Floyd fallecía. Ira y fuego.

El pasado fin de semana, el jugador de los Boston Celtics Jaylen Brown se puso al volante y condujo durante 15 horas para encabezar unas protestas que se han propagado por todo el planeta. Stephen Jackson, exmiembro de la NBA y amigo íntimo de Floyd, se sumó al movimiento: "Estoy aquí porque no van a degradar como persona a George Floyd, mi gemelo". El técnico de los Golden State Warriors, Steve Kerr, reaccionó a las palabras de Trump, que llamó "matones" a los protestantes: "Esto es por lo que los racistas no deberían ser presidentes".

"Veo el dolor y la frustración de todos y me posiciono con los que se han levantado contra el racismo y la violencia contra la gente de color que está arraigada en este país. Ya hemos tenido suficiente", expresó el legendario Michael Jordan, ex compañero de Kerr en los Chicago Bulls. Mientras, LeBron James, de Los Angeles Lakers, publicó una imagen del exjugador de la NFL Colin Kaepernick, emblema porque antes de los partidos hincaba su rodilla mientras sonaba el himno estadounidense. Tras adoptar aquel gesto de denuncia, el cerebro de una franquicia finalista de la SuperBowl quedó sin equipo. "Cuando los actos cívicos nos conducen a la muerte, las revueltas son la única reacción lógica", dijo el desahuciado.

El pasado domingo, cuando el futbolista Marcus Thuram -hijo del reputado defensa francés Lilian- marcó un gol para el Borussia Mönchengladbach, emuló el arrodillamiento de Kaepernick. También Jadon Sancho, autor de un hat-trick para el Borussia Dortmund, se acordó de Floyd reclamando justicia con una palabras escritas en la camiseta interior que mostró después de anotar. Kylian Mbappe, delantero del PSG, fue otro de los que sumaron al movimiento.

El Fútbol Club Barcelona también mostró su rechazo. Como lo hicieron deportistas de diferentes disciplinas. Lewis Hamilton, primer piloto negro de la Fórmula 1, denunció la apatía de su gremio. "Estoy solo en un deporte dominado por blancos", espetó, para añadir: "Algunos sois estrellas, pero permanecéis en silencio en medio de la injusticia". Carlos Sainz también se sumó. Tom Brady, héroe de la NFL recién mudado a los Tampa Bay Buccaneers, el luchador Conor McGregor, la tenista de 16 años Coco Gauff -"¿Seré yo la próxima?", cuestionó-, el baloncestista Kareem Abdul-Jabbar -"parece que se ha abierto la temporada de caza de negros", dijo-, o la genial gimnasta Simone Biles -que anhela "avanzar hacia una América mejor"- son unos pocos de los muchos que alzan la voz.

J.R. Smith, excompañero de James en los Cleveland Cavaliers, fue más allá en este clima degenerado en confrontación y disturbio. La violencia llama a la violencia. Eso sucedió con este veterano de la NBA ahora sin equipo. Fue grabado durante las protestas propinando una paliza a una persona después de que esta supuestamente rompiera una ventanilla de su coche. Desde luego, el vandalismo se ha desatado. Cientos aprovechan para armar caos y robar en establecimientos. Propietarios de tiendas han sido apaleados por proteger sus negocios. "No somos putos animales", criticó el exBull Dennis Rodman.

El colectivo hacker Anonymous ha regresado a la actividad, con amenazas a Trump. Tras piratear la web de la Policía de Minnesotta y la emisora de radio de la Policía de Chicago, publicó una lista de contactos del difunto empresario Jeffrey Epstein, supuesto cabecilla de una red de pederastia. Figuran Trump, Michael Jackson, Naomi Campbell, José María Aznar o Alejandro Agag, entre otros. Si bien, no los relacionó con los presuntos crímenes.

La muerte de Floyd ha encendido la chispa de un fuego que se propaga sin fronteras, alimentado por años de injusticia racial y violencia policial. "Ya hemos tenido suficiente", proclama Jordan. "Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su origen o su religión. Las personas deben aprender a odiar, y si aprenden a odiar, se puede pensar que también a amar, porque el amor es más natural para el corazón humano que su opuesto", expresó el golfista Jon Rahm, un eco de Nelson Mandela.