¿Qué tal se encuentran usted y su familia?

—Estamos bien. Al principio fue un lío porque cuando empezó el confinamiento el niño tenía una semana. Ahora está ya todo controlado.

Lo de los dos meses de encierro para un deportista profesional debe ser como vivir en un universo paralelo.

—Se hace durillo, pero igual que para mucha gente. Al haber sido padre recientemente me tuve que acostumbrar otra vez a dormir poco, tener encerrada a mi otra hija de tres años también fue difícil porque no entendía lo que pasaba… Ahora, el poder salir aunque solo sea un poco te da mucho aire. Ha sido algo duro pero necesario y esperamos no tener que estar mucho tiempo más así en el futuro y aprender de una situación que te pone los pies en el suelo.

¿Cómo ha sido el regreso a una cancha después de tanto tiempo?

—Algo raro, sobre todo por las sensaciones en los entrenamientos al tener que trabajar de manera individual. Debemos seguir muchas más regulaciones, hay un protocolo de actuación. Además, solo puedo ver a una parte de la plantilla porque los jugadores nos turnamos hora a hora. También se hace duro porque el cuerpo no está acostumbrado a estar dos meses encerrado en casa, sin casi moverse.

Vamos, es una vuelta a la normalidad en absoluto normal.

—Así es. Pero es lo que hay y nos tenemos que acostumbrar. Es la nueva situación que toca vivir y, por lo que se ve, va para largo. Tenemos que ser conscientes de lo que nos jugamos todos y aplicar de manera correcta lo que dice el protocolo.

¿Uno nota que tiene el cuerpo muy oxidado tras el confinamiento?

—Sí. Hemos entrenado, pero cada uno en nuestro piso, con poco espacio. Hicimos un trabajo para estar en un estado de forma correcto, pero no de alta competición. Ahora cuesta arrancar, pero también hay muchas ganas.

¿Y en el tiro? ¿Se pierde toque o eso es como andar en bicicleta?

—Eso no se olvida, pero en el tiro también importa tener fuerza en las piernas, no solo es toque de muñeca. El parón se nota más en el dominio del balón, en controlar el ímpetu y no hacer las cosas más rápido de lo aconsejable… Pero son aspectos que se pueden recuperar en poco tiempo.

¿Había estado alguna vez tanto tiempo sin tirar a canasta?

—No lo sé, quizás por alguna lesión… También te digo que en los primeros años de mi carrera no solía hacer demasiado trabajo relacionado con el baloncesto durante los veranos. Era joven y estaba como un avión (risas).

Hablando del colectivo, el parón les ha estropeado un curso fantástico.

—Es cierto. A nuestra temporada no hay que quitarle ningún mérito. Ha llegado hasta donde ha llegado, pero el equipo ha superado muchas cosas. Se nos fue un jugador, se nos lesionó otro, trajimos un par de refuerzos que se adaptaron bien y en la última jornada jugamos un partidazo ante el Obradoiro. Una pena no haber podido acabar todo el trabajo, pero el mérito del equipo ha sido muy grande.

Hay de plazo hasta el día 31 para ver si se puede reanudar la competición. ¿Es usted optimista?

—No lo sé, depende del día. Soy más optimista que hace dos semanas, pero es una situación muy difícil. La cosa va mejorando, pero aún mueren muchas personas cada día y todo esto es muy bestia. Para los jugadores también es complicado por el riesgo de lesiones, que las habrá en el momento en el que empecemos a jugar a tope. Hay que ir poco a poco, poner el cuerpo a punto y si se acaba jugando bien y, si no, a pensar en el año que viene.

¿Usted es partidario de jugar o no?

—Si se juega, que sea con un protocolo de baloncesto y con la máxima seguridad. El que hay hasta ahora es de fútbol y el CSD está trabajando en un protocolo serio de baloncesto. Con esas condiciones se podría jugar, pero hay situaciones que no controlo, clubes en ERTE... Nosotros tenemos la suerte de que hemos cobrado al día todos los meses y de que el club se ha portado muy bien con nosotros. Seguro que entre los jugadores habrá mil opiniones. Si se acaba jugando, querrá decir que la cosa va bien a nivel de sociedad y que hay mínimo riesgo.

En estos meses se ha dejado de hablar de canastas para hacerlo de ERTE o bajadas de sueldo. No ha sido el caso del Bilbao Basket.

—El club se ha portado perfecto. Cobramos al día y cada semana tuvimos una reunión con Pedja Savovic para tenernos informados y decirnos que nos preocupáramos solo de trabajar. Ha sido una de las claves para que los jugadores se hayan quedado. De los nuestros solo un jugador se ha ido (Tyler Haws), normal con la familia en Estados Unidos y por sus circunstancias. A nivel de cómo ha afrontado el club todo esto, mis compañeros y yo estamos encantados.

¿Cómo se ha sentido en su primera temporada en Bilbao?

—Muy a gusto. Quería jugar un año más en una ciudad en la que mi familia estuviera bien y hemos estado perfecto. En cuanto al equipo, las cosas no podrían haber salido mejor. Estábamos quintos en la tabla, jugamos la Copa… Ha sido una campaña un poco inesperada desde el punto de vista de los resultados y yo he podido jugar, disfrutar de los compañeros y sumar mi granito de arena.

¿Tiene claro si quiere seguir un ejercicio más en activo?

—Aún le tengo que dar alguna vuelta, ahora que tengo tiempo no me quiero precipitar. Seguir un año más está difícil por el tema de mi rodilla pero haré lo posible para mantenerme en forma y veremos qué pasa.

Si juega un año más, ¿el Bilbao Basket será una opción?

—No lo sé (risas)… Está difícil. Ya veremos qué pasa, pero está difícil lo de continuar aquí.

Se pueda terminar o no, la temporada del Bilbao Basket ya tiene el gran premio del regreso a Europa.

—Sí que es una recompensa importante. Bilbao es una plaza con un pabellón y una afición espectaculares y, además, el equipo ha acabado arriba en la ACB y tiene a sus espaldas una buena trayectoria deportiva, por lo que la FIBA ha querido que esté en su Champions League, una competición en la que cada vez hay equipos de mayor nivel. Deportiva y económicamente le puede ir muy bien.

“Jugar un año más está complicado por el tema de mi rodilla. ¿En Bilbao? No lo sé, está difícil lo de seguir aquí”

“A nuestra temporada no hay que quitarle ningún mérito, el equipo ha superado muchas cosas”

“Tenemos la suerte de que hemos cobrado al día todos los meses y el club nos ha tenido informados de todo”