Bilbao - "Otra vez ese putt", le dijo con una sonrisa Jon Rahm a su caddie Adam Hayes. La imagen de su primera victoria como profesional llegó a la memoria del vizcaino. Ese golpe magistral que le hizo firmar un eagle y conquistar el título. Tres años más tarde y con solo unos metros de diferencia, el destino quiso que el golfista de Barrika tuviera la obligación de repetir aquel momento histórico para poder forzar el play-off del Farmers Insurance Open. Pero encontrar la exactitud en el golf es una tarea casi imposible. Rahm conocía la caída y lanzó muy bien el putt, pero esta vez le faltó un poco de fuerza y la bola se quedó a escasos centímetros del hoyo. Fue una desilusión que no borra el buen torneo global que realizó ya que una vez más estuvo en la pelea y solo el australiano Marc Leishman evitó que se llevara el trofeo a casa.

Rahm tardó en despertar en la última jornada del Farmers Insurance Open y apareció un sólido Leishman para arrebatarle el liderato e irse directo hasta el título final. Dos bogeys y un doble bogey en los primeros cinco hoyos condenaron a Rahm, le hicieron ir contracorriente todo el último día y borraron de un plumazo el buen trabajo realizado la jornada anterior. El barrikoztarra estuvo muy desacertado con los hierros y tuvo muchos problemas para encontrar los greenes. Además, en el hoyo 3 todo se torció y cometió un doble bogey después de perderse en un laberinto de errores y salir tocado en este inicio.

Por su parte, Leishman fue a lo suyo. El australiano cogió el liderato y con un juego sin grandes errores y tremendamente eficaz abrió un hueco considerable en los primeros hoyos. Una brecha que finalmente le sirvió para hacerse con el Farmers Insurance Open. El juego de Leishman no viajó por los caminos habituales y sus primeros golpes fueron bastante malos, con pocas calles cogidas y visitando las zonas de espectadores en más de una ocasión. Pero los hierros y, sobre todo, el putt le salvaron. Cada vez que parecía que el primer bogey iba a llegar a su tarjeta, el golfista de Warrnambool se las ingenió para embocar lejanos tiros desde el green.

Rahm llegó a estar a seis golpes de Leishman y otros nombres fueron los que amenazaron con inquietar al líder. Pero nunca se puede descartar del todo a Rahmbo. El vizcaino paró la sangría con un birdie en el hoyo seis. A partir de ahí no pudo dar continuidad a ese buen hoyo en forma de números pero sí en sensaciones. Recuperó su toque con los hierros y con el putt estuvo sólida. Además, los golpes desde el tee también le ayudaron a ir ganando confianza. En el hoyo 13 un birdie de Leishman dejó a Rahm a seis golpes y ahí fue cuando entró en ebullición. Logró primero un eagle, el bogey en el 14 le detuvo ligeramente, pero mantuvo su juego y firmó otro hoyo por debajo del par del campo para ponerse segundo y a solo tres golpes de la cabeza después del primer bogey del líder.

Rahm no podía permitirse hacer ni un solo par en los hoyos restantes. Cumplir no valía y había que dar un paso más. El riesgo se convirtió en algo necesario y el vizcaino dejó claro que disfruta en esas situaciones de tensión. Sin margen de error jugó su mejor golf del día y encadenó dos birdies consecutivos, obligando a Leishman a bajar del par en el 18 para evitar el empate. El australiano no falló y Rahm se vio necesitado de un eagle que se escapó por escasos centímetros.