bilbao - “Creo que soy el mejor piloto del mundo; todos pensamos que lo somos. Y quiero demostrarlo”. Este sentimiento es el motor para la planificación de Fernando Alonso después de abandonar la Fórmula 1.

El mejor piloto, a juicio del asturiano, es aquel que gana en distintas categorías del automovilismo. Este fin de semana afronta la posibilidad de decorar sus vitrinas con un nuevo título: el Campeonato del Mundo de Resistencia (WEC, por sus siglas en inglés). La competición baja la persiana con las 24 Horas de Le Mans, octava cita del calendario, que arrancan hoy a las 15.00 horas.

Alonso, que comparte monoplaza en el equipo Toyota Gazoo Racing con el suizo Sebastian Buemi y el japonés Kazuki Nakajima, sellará el título si termina la carrera entre los siete primeros. Lo cual sugiere que, salvo desastre mecánico o accidente, será campeón. Porque a lo largo de la temporada el único rival que ha encontrado el bólido número 8 ha sido el otro equipo que pone en pista Toyota, el que porta el dorsal 7, con el que compiten el británico Mike Conway, el japonés Kamui Kobayashi y el argentino José María Pechito López.

Entre los dos coches de la marca japonesa han acaparado todas las victorias, además de las primeras y segundas posiciones en seis de las siete carreras celebradas hasta la fecha. Solo una descalificación de ambos Toyota en Silverstone -que rebaja a seis de siete posibles las victorias de la firma nipona- y un problema técnico en la máquina de Conway, Kobayashi y López en Spa-Francorchamps ha evitado el pleno de dobletes. El monoplaza TS050 Hybrid no ha tenido competencia. Y entre estos dos equipos que conducen el Toyota, el de Alonso ha sumado 160 puntos, por los 129 del otro prototipo híbrido nipón. Si bien, para este epílogo de Le Mans, el dorsal 7 partirá desde la pole, mientras que su homólogo saldrá desde la segunda posición.

El título del WEC será, en caso de conquistarlo, un complemento para los grandes objetivos de Alonso fuera de la F-1: ganar las 24 Horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis, para completar la conocida como Triple Corona. Se denomina así a un logro no reconocido por ningún organismo, pero que se le atribuye al ganador de las tres carreras más prestigiosas: el Gran Premio de Mónaco y las pruebas de Le Mans e Indiana. El único piloto que atesora el triunvirato es el inglés Graham Hill.

Alonso reinó en Mónaco durante su etapa en la F-1. Esta temporada ha sumado las 24 Horas de Le Mans, un escenario que alberga dos pruebas de las ocho que conforman el WEC, la segunda y la octava y última del calendario, que se disputa este fin de semana. La cuenta pendiente del asturiano es la carrera estadounidense, prueba en la que este año no ha participado al no alcanzar la posición mínima exigida -la 33- para estar en la parrilla de salida. Será uno de sus grandes retos en 2020, porque, asegura el ovetense, no renuncia a la Triple Corona.

¿próximo gran reto, el dakar? Una vez concluya mañana el WEC, Alonso ha anunciado que disputará nueve carreras más antes de que expire el 2019: dos de ellas de karting; sobre el resto, guarda silencio. Si bien, esta semana ha comenzado a seguir en las redes sociales la cuenta oficial del Rally Dakar. Tras las especulaciones sobre su concurso una vez que fue visto probando un coche Toyota diseñado para el desierto, estos días ya ha admitido que “es posible que corra el año que viene”.

De modo que, en caso de que finalmente acuda al Dakar, lo que coincide con su intención de amasar gloria en diferentes categorías del automovilismo dado que esta cita es otro emblema del motor, alguna de esas siete carreras podrían ser rallys, como el de Marruecos, que se celebra en octubre y es habitual escenario para quienes preparan el Dakar. Si Alonso está en la prueba marroquí, ganará enteros la opción de estar en la salida que se dará en Arabia Saudí.

“Quiero ser el mejor piloto del mundo y para ello necesito competir en diferentes series, ganar en diferentes coches y a veces tienes que ir fuera del pequeño mundo de la F-1”, expresó Alonso al abandonar el Gran Circo. No obstante, actualmente no despeja la incógnita sobre un posible regreso. “Sé lo que voy a hacer en esta segunda parte del año y en 2020; sé que hay curiosidad, pero todo ha de llegar a su debido tiempo”, pronuncia. Por de pronto, volverá “seguro” al WEC, pero no el año que viene. Tampoco se alistará en la IndyCar Series, campeonato que integra la prueba de las 500 Millas. “Si hago Indianápolis, creo que la forma de hacerlo será con una única carrera otra vez”, declara. Por delante, asevera, tiene “muchos proyectos y muy importantes”. ¿Cuáles son? Sorpresa.