Besiktas67

Bidaideak Bilbao BSR71

BESIKTAS: Dalay (0), Yilmaz (26), Gezingi (4), Acar (2), Aktas (0) -cinco inicial-, Yumuk (2), Gumus (15), Guler (0), Safak (10), Tuncay (0) y Toprak (8).

BIDAIDEAK BILBAO BSR: García (10), Turek (24), Blair (2), O’Neill (27), Lorenzo (6) -cinco inicial-, Mouriz (2).

Parciales: 18-20, 33-40 (descanso), 49-57 y 67-71.

Eliminados: Sin eliminados.

Incidencias: 100 espectadores en el Instituto Inglés del Deporte de Sheffield.

Bilbao - El Bidaideak Bilbao BSR tenía un objetivo claro esta temporada. Quería dejar de ser el equipo de los subcampeonatos y llevar a sus vitrinas el primer título de su historia de una vez por todas. Los sinsabores de las finales perdidas eran una sensación muy conocida para sus jugadores y quería degustar de una ver por todas el sabor de la gloria. Por fin y en un escenario perfecto, bajo los focos de la Euroliga 1, el club bilbaino conquistó su primer campeonato. Lo hizo en una reñida final ante el Besiktas turco, al que venció por 67-71. No faltó ni calidad ni esfuerzo entre los dirigidos por Esteban Núñez. Fueron cuarenta minutos mágicos, llenos de jugadas de mucho brillo y con cada jugador cumpliendo su papel a la perfección. También hubo sacrificio y la mermada plantilla bilbaina, con solo seis efectivos en acción, mostró una fortaleza física tremenda y en el quinto partido en solo tres días estuvo muy entero para aguantar los intentos de remontada de un rival con una rotación mucho mayor.

Fue una final de mucha lucha. Los dos equipos marcaron un ritmo de juego altísimo y el intercambio de golpes fue una constante. Las finas muñecas de Turek y O’Neill dirigidas al son que marcó Asier García fueron las armas de los bilbainos. Nada fuera de lo esperado, pero al mismo tiempo combinación indefendible para el rival cuando la maquina funciona engrasada. Pero para ganar finales no solo vale la calidad. Las defensas de ambos conjuntos permitieron muy pocas canastas fáciles y varias jugadas estuvieron rozaron el límite de lo legal. En esta batalla, los bilbainos supieron sobrevivir. Sus dolorosas experiencias previas les ayudaron a entender el escenario por el que se movió la final. No se achantaron en el cuerpo a cuerpo y cuando lograron una pequeña renta supieron administrarla con sangre fría.

El Bilbao BSR se enfrentó a un rival que ya le había derrotado dos días antes en el descorche del campeonato. Fue con una canasta sobre la bocina, pero en la mente de los vizcainos quedó claro que era necesario hacer algo diferente para sorprender al Besiktas e intentar que la historia fuera diferente. Los dirigidos por Esteban Núñez apostaron por endurecer el choque en su inicio y el resultado se mantuvo igualado hasta el final del primer cuarto.

Fue en el segundo periodo cuando todo cambió. El Bilbao BSR apostó por la velocidad antes que por el tamaño y este quinteto descolocó a los turcos. Los bilbainos empezaron a anotar con fluidez y todos sus jugadores aportaron en las facetas ofensivas. La ventaja creció hasta los diez puntos y el sueño empezó convertirse en realidad.

El conjunto entrenado por Esteban Núñez tuvo la oportunidad de cerrar el encuentro definitivamente. Con la ventaja bilbaina superando la decena, el esfuerzo físico empezó a hacer mella en los jugadores del Bilbao BSR y la mayor rotación del Besiktas comenzó a hacerse notar. No tiraron la toalla y decidieron jugar al todo o nada. Los turcos robaron varios balones para detener la sangría de puntos que estaban recibiendo y sus ataques rápidos llegaron a buen puerto.

Ganar un título europeo no iba a ser fácil y el Bilbao BSR lo comprobó cuando Safak anotó un triple que puso el 65-67 en el marcador a falta de menos de un minuto. En el siguiente ataque, los bilbainos no fueron presa de los nervios, realizaron una buena circulación y el balón llegó a las manos de O’Neill a seis metros del aro. El australiano, tirador letal, cumplió con lo que se espera de él y con su frialdad habitual anotó un lanzamiento vital. Los turcos anotaron, pero ya no quedaba margen para la reacción y Turek certificó desde la línea de tiros libres el primer título de la historia del Bilbao BSR.